Hechos 23 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 35 versitos |
1 Pablo, fijos los ojos en el sanhedrín, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he procedido ante Dios hasta este día. *
2 El sumo sacerdote Ananías dio orden a los que estaban a su lado de que le hiriesen en la boca.
3 Entonces Pablo le dijo: ¡A ti te va a herir Dios, muro blanqueado! Y tú estás sentado juzgándome según la ley, ¿y traspasando la ley me mandas herir?
4 Los que estaban allí presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios ultrajas?
5 Y dijo Pablo: No sabía, hermanos, que es el sumo sacerdote; puesto que está escrito (Ex 22:28): Del jefe de tu pueblo no hablarás mal. *
6 Mas sabiendo Pablo que la una parte era de saduceos y la otra de fariseos, gritó en el sanhedrín; Varones hermanos, yo fariseo soy, hijo de fariseos: por la esperanza y la resurrección de los muertos soy yo juzgado. *
7 En diciendo él esto, se promovió un altercado entre los fariseos y los saduceos, y se produjo escisión en la asamblea.
8 Porque los saduceos dicen no haber resurrección, ni ángel, ni espíritu; mas los fariseos confiesan lo uno y lo otro.
9 Y se levantó una gran gritería, y poniéndose en pie algunos de los escribas, del partido de los fariseos, pugnaban, diciendo: Nada malo hallamos en este hombre: ¿le habrá hablado tal vez un espíritu o un ángel?
10 Y como se armase grande alboroto, temiendo el tribuno no fuese Pablo despedazado por ellos, ordenó que bajase la tropa y le arrebatase de en medio de ellos y le condujese al cuartel.
11 A la noche siguiente, presentándosele el Señor, le dijo: Ten buen ánimo; pues como diste testimonio en Jerusalén de lo que a mí se refiere, así es, menester que lo des también en Roma. *
12 En llegando el día, confabulándose los judíos, se comprometieron, echando sobre sí imprecaciones, a no comer ni beber hasta que hubiesen matado a Pablo.
13 Eran más de cuarenta los que hicieron esta conjuración,
14 los cuales, presentándose a los sumos sacerdotes y a los ancianos, dijeron: Echando imprecaciones sobre nosotros, nos comprometimos a no gustar cosa alguna hasta que hayamos matado a Pablo.
15 Ahora, por tanto, vosotros con el sanhedrín sugerid al tribuno que le haga bajar a vosotros, so color de que vais a examinar con más exactitud lo referente a él; y nosotros, antes de que él se acerque, estamos prevenidos para hacerle desaparecer.
16 Enterado de esta emboscada el hijo de la hermana de Pablo, presentándose y entrando en el cuartel, dio aviso a Pablo. *
17 Haciendo llamar Pablo a uno de los centuriones, dijo: A este joven llévalo al tribuno, porque tiene algo que manifestarle.
18 Con esto él, tomándole consigo, llevólo al tribuno, y dice: El preso Pablo, habiéndome hecho llamar, me rogó que te trajese este muchacho, que tiene algo que hablarte.
19 Tomándole de la mano el tribuno y retirándose aparte, le preguntaba: ¿Qué es lo que tienes que manifestarme?
20 Dijo: Los judíos se han concertado para rogarte que mañana hagas bajar a Pablo al sanhedrín, con el pretexto de querer informarse más exactamente de algo acerca de él.
21 Tú, pues, no accedas a su demanda, porque le tienen preparada una emboscada más de cuarenta hombres de entre ellos, los cuales se comprometieron, echándose imprecaciones, a no comer ni beber hasta que le hayan matado; y ahora están apercibidos, aguardando la promesa de tu parte.
22 El tribuno, pues, despidió al muchacho, después de ordenarle que a nadie manifestase «que has denunciado estas cosas».
23 Y haciendo llamar a dos determinados centuriones, dijo: Preparad para la tercera hora de la noche doscientos soldados para que vayan hasta Cesárea, y setenta de caballería y doscientos lanceros, *
24 que además tuviesen prontas cabalgaduras, para que, haciendo montar a Pablo, le librasen del peligro conduciéndole al procurador Félix;*
25 escribiendo una carta del tenor siguiente:
26 «Claudio Lisias al egregio procurador Félix, salud.
27 A este hombre, que había sido cogido por los judíos y a punto ya de ser matado por ellos, acudiendo yo con la tropa, se lo quité de las manos al enterarme de que era romano;
28 y queriendo conocer el crimen de que le acusaban, le hice bajar a su sanhedrín;
29 y hallé que le acusaban de cuestiones de su ley, pero sin que le hiciesen cargo de cosa alguna digna de muerte o de prisión.
30 Mas habiendo llegado a mí la denuncia de las asechanzas que se fraguaban contra este hombre de parte de ellos, lo remito a ti, notificando además a los acusadores que formulen sus querellas contra él ante ti. Buena salud».
31 Los soldados, pues, conforme a como se les había ordenado, tomando a Pablo, lo condujeron de noche a Antipatris; *
32 y a la mañana siguiente, dejando que los de caballería se fuesen con él, se tornaron al cuartel.
33 Aquéllos, entrando en Cesárea y entregada la carta al procurador, le presentaron también a Pablo.
34 Habiéndola leído, le preguntó de qué provincia era; y hallando que de Cicilia,
35 te oiré, dijo, cuando tus acusadores se presenten. Y mandó que fuese custodiado en el pretorio de Herodes. *

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Introducción a Hechos




HECHOS DE LOS
APOSTÓLES

AUTENTICIDAD. — El testimonio unánime y universal de los escritores eclesiásticos de los tres primeros siglos a favor de la autenticidad del libro de los Hechos como obra de San Lucas es una prueba documental cual no lo posee a su favor ningún escrito profano de la antigüedad, y que sólo puede compararse con la que acredita la autenticidad de los Evangelios o de las Epístolas de San Pablo. Y si callase la prueba testifical, bastaba la sola crítica interna para descubrir al verdadero autor de los Hechos. Los prólogos gemelos de las dos obras, y no menos la identidad de lenguaje, en la lexicografía, en la construcción, en los modismos, están diciendo a voces que el autor de los Hechos es el autor mismo del tercer Evangelio. Y los numerosos rasgos paulinos delatan la mano del fiel discípulo de San Pablo, como los frecuentes términos de medicina señala a Lucas el médico. HISTORICIDAD. — Los numerosísimos datos acumulados en la historia de los Hechos, el contacto constante con toda la vida social, política y religiosa de tantos pueblos diferentes y aun contrarios, nos permiten hoy día comprobar la verdad y fidelidad de la narración. Cuanto ha podido comprobarse, que es poco menos que todo, ha resultado rigurosamente exacto. Y es interesante que las dudas suscitadas contra algún pormenor de la narración de los Hechos han sido últimamente disipadas. Un ejemplo significativo. Habla Lucas de Sergio Pablo, procónsul de Chipre- Algunos críticos osaron atacar la exactitud de la expresión, afirmando que Sergio Pablo no fue procónsul, sino propretor. Pero las inscripciones recientemente descubiertas en Chipre hablan del procónsul Sergio Pablo. Y es tanto más admirable la exactitud de Lucas, por cuanto la provincia de Chipre sólo por breve tiempo fue senatoria (o gobernada por un procónsul), habiendo sido poco antes y poco después imperial (o regida por un propretor). Con igual precisión habla del procónsul de Acaya, de los asiarcas y del escriba de Efeso, de los pretores o estrategos de Filipos, de los politarcas de Tesalónica, del Primero de Malta. Y el largo viaje marítimo narrado en los dos últimos capítulos ha sido considerado por los técnicos como un portento de exactitud y precisión. TIEMPO DE SU COMPOSICIÓN. — El año en que se escribió el libro de los Hechos es la bate o punto de referencia para conocer la cronología de los tres primeros Evangelios. De ahí su importancia. Terminan los Hechos en el bienio de la custodia libera en que estuvo San Pablo durante los años 61-63 (o 60-62), sin mencionar la sentencia judicial, que fue entonces de absolución. Al fin, por tanto, de este bienio hubo de terminarse la composición de los Hechos. Como los Hechos comienzan refiriéndose al «primer tratado» (1:1), que es el tercer Evangelio, síguese de ahí que éste hubo de escribirse anteriormente, tal vez hacia el año 60. Por otra parte, sabemos por la tradición que los Evangelios de Mateo y Marcos son anteriores al de Lucas. Fueron, por tanto, escritos antes del año 60, verosímilmente hacia los años 50 y 55, respectivamente. EL TEXTO. — Unos pocos códices, llamados occidentales, representan un tipo de texto algo más largo que el de los códices orientales. Surge, pues, el problema: ¿cuál de los dos textos es el primitivo y genuino? ¿Hay interpolaciones en el texto occidental o más bien hay o misiones en el oriental ? No es posible dar una solución simple y tajante. Sólo en general puede decirse que, si algunas veces es el texto oriental quien abrevia indebidamente el texto primitivo, las más de las veces, empero, es el occidental quien lo interpola. Algunas de estas interpolaciones parecen ser anotaciones hechas al texto de Lucas por algunos que quisieron enriquecerlo con noticias personales que parecen fidedignas.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Hechos 23,1-6

Comienza Pablo su declaración con seriedad y modestia (Hch_23:1); herido por orden de Ananías, se yergue y apela a la invectiva (Hch_23:2-3); excusa su ultraje (¿irónicamente?) (Hch_23:4-5); con gran habilidad da a la acusación un giro nuevo, que obtiene el resultado apetecido.


Hechos 23,5

NO SABÍA: puede explicarse esta ignorancia por la falta de vista de Pablo, o porque realmente no supo de quién había partido la orden de golpearle, o tal vez mejor irónicamente: o aludiendo a la ilegitimidad del sumo sacerdocio de Ananías, o bien diciendo: No creía yo que pudiera ser el sumo sacerdote quien dio orden tan injusta.


Hechos 23,6

POR LA ESPERANZA…: hendíadis en vez de «por la esperanza de la resurrección».


Hechos 23,11

EN ROMA: esta orden del Señor confirmó a Pablo en sus antiguos deseos de llegar hasta Roma y contribuyó quizás más tarde a su decisión de apelar al César.


Hechos 23,16

De este sobrino de San Pablo no se sabe sino lo que aquí se dice.


Hechos 23,23

LA TERCERA HORA DE LA NOCHE: tres horas después de puesto el sol.

|| DOSCIENTOS SOLDADOS: de armadura pesada.

|| Y SETENTA DE CABALLERÍA…: también éstos debían ir HASTA CESÁREA. Después (Hch_23:32), empero, creyóse que para el objeto propuesto no era necesario que los cuatrocientos de infantería llegasen hasta allá.


Hechos 23,24

FÉLIX: de este liberto escribió Tácito: «Per omnem saevitiam ac libidinem ius regium servili ingenio exercuit» Hist ., 5:9).


Hechos 23,31

ANTÍPATRIS: ciudad samaritana al NE. de Jope, casi a medio camino entre Jerusalén y Cesárea.


Hechos 23,35

EL PRETORIO DE HERODES: el palacio DE HERODES, que servía de PRETORIO y era la residencia habitual de los procuradores romanos en la Judea.