1 2. El mundo judío Dios juzga conforme a la verdad [a] Por eso no tienes disculpa, tú que juzgas a otros, quienquiera que seas. Al juzgar a otros te condenas a ti mismo, [b] pues haces precisamente lo mismo que hacen ellos. |
2 Pero sabemos que Dios juzga conforme a la verdad cuando condena a los que así se portan. |
3 En cuanto a ti, que juzgas a otros y haces lo mismo que ellos, no creas que vas a librarte de que Dios te condene. |
4 Tú desprecias la inagotable bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que precisamente su bondad es la que te está llevando a convertirte a él. [c] |
5 Pero tú, como eres terco y no has querido volverte a Dios, estás acumulando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando Dios se manifieste para dictar su justa sentencia [d] |
6 y pagar a cada cual lo que merezcan sus acciones. [e] |
7 Dará vida eterna a quienes buscando gloria, honor e inmortalidad hicieron siempre el bien; |
8 pero castigará severamente a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad. |
9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo: para los judíos en primer lugar, pero también para los que no lo son. |
10 En cambio, Dios dará gloria, honor y paz a quienes hacen el bien: a los judíos en primer lugar, pero también a los que no lo son. [f] |
11 Porque Dios no hace diferencia entre unos y otros. [g] La ley de Moisés |
12 Todos los que pecan sin haber tenido la ley de Moisés, [h] morirán sin esa ley; y los que pecan a pesar de tener la ley de Moisés, por medio de esa ley serán juzgados. |
13 Porque no quedan libres de culpa los que tan solo oyen la ley, sino los que la obedecen. [i] |
14 Pero cuando los que no son judíos ni tienen la ley hacen por naturaleza lo que la ley manda, ellos mismos son su propia ley. |
15 Por su conducta muestran que la llevan escrita en el corazón. Su propia conciencia lo prueba, y sus propios pensamientos los acusarán o los defenderán [j] |
16 el día en que Dios juzgue los secretos de todos por medio de Cristo Jesús, conforme al evangelio que yo predico. Los judíos y la ley de Moisés |
17 Tú dices que eres judío, te basas en la ley de Moisés [k] y te glorías de tu Dios. |
18 Conoces su voluntad, y la ley te enseña a escoger lo mejor. |
19 Estás convencido de que puedes ser guía de los ciegos y luz de los que andan en oscuridad; |
20 de que puedes instruir a los ignorantes y enseñar a los sencillos, ya que en la ley tienes la regla del conocimiento y la verdad. |
21 Pues bien, si enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Si predicas que no se debe robar, ¿por qué robas? |
22 Si dices que no se debe cometer adulterio, ¿por qué lo cometes? Si odias a los ídolos, ¿por qué robas las riquezas de sus templos? [l] |
23 Te glorías de la ley, pero deshonras a Dios porque no la cumples. |
24 Con razón dice la Escritura: ?Los paganos ofenden a Dios por culpa vuestra.? [m] |
25 Es cierto que la circuncisión [n] tiene valor para quien obedece a la ley de Moisés; pero el que la quebranta es como si no estuviera circuncidado. |
26 En cambio, si el que no está circuncidado se sujeta a lo que la ley ordena, Dios lo tendrá por circuncidado aun cuando no lo esté. [ñ] |
27 El que cumple la ley, aunque no esté circuncidado en el cuerpo, juzgará a aquel que quebranta la ley a pesar de tenerla y de estar circuncidado. |
28 Porque ser judío no es serlo solo en lo exterior, y estar circuncidado no es estarlo solo en lo exterior, en el cuerpo. |
29 El verdadero judío lo es interiormente, y el estar circuncidado es cosa del corazón; [o] no depende de reglas escritas, sino del espíritu. El que es así, resulta aprobado, no por los hombres, sino por Dios.
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