Romanos  3 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 31 versitos |
1 ¿Cuál es, pues, la ventaja del judío o cuál la utilidad de la circuncisión? Muchas y en cualquier aspecto.
2 Ante todo, que les han sido confiados los oráculos de Dios.
3 Entonces, ¿qué? Si algunos fueron infieles, ¿acaso anulará su infidelidad la fidelidad de Dios?
4 De ningún modo. Más bien, él aparecerá como verdadero y todos los hombres como falsos; según está escrito: Para que seas juzgado en tus palabras y triunfes cuando te juzguen.
5 Y si nuestra injusticia sirve para mostrar la justicia de Dios, ¿qué vamos a decir? ¿Que Dios es injusto cuando descarga su ira? (estoy expresándome en términos humanos).
6 De ningún modo; y si no, ¿cómo va a juzgar Dios al mundo?
7 Ahora bien, si la verdad de Dios queda resaltada con mi mentira y ello contribuye a su gloria, ¿por qué se me sigue juzgando como pecador?
8 Y ¿por qué no hacer el mal para que venga el bien? Esto es lo que algunos afirman calumniosamente que nosotros decimos. Estos tales tienen bien merecida su condena.
9 Entonces, ¿qué? ¿Tenemos alguna ventaja? No del todo. Ya que hemos dejado bien sentado que tanto judíos como griegos, todos están bajo el pecado,
10 según está escrito que: No hay nadie justo, ni uno solo;
11 no hay nadie sensato; no hay nadie que busque a Dios.
12 Todos se extraviaron, a una se han pervertido; no hay nadie que haga el bien; no hay ni siquiera uno.
13 Una tumba abierta es su garganta, con sus lenguas urden engaños; veneno de áspides bajo sus labios;
14 su lengua rebosa malicia y amargura,
15 sus pies son veloces para derramar sangre;
16 ruina y destrucción en sus caminos.
17 Y no conocen el camino de la paz.
18 No hay temor de Dios ante sus ojos.
19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley lo dice para quienes viven en el ámbito de la ley ° , a fin de que toda boca enmudezca y todo el mundo aparezca como reo ante Dios.
20 Puesto que por las obras de la ley ningún viviente será justificado ante él, pues a través de la ley solo se logra el conocimiento del pecado.
21 Pero ahora, sin la ley se ha manifestado la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas;
22 justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen. Pues no hay distinción,
23 ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios,
24 y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús.
25 Dios lo constituyó medio de propiciación mediante la fe en su sangre, para mostrar su justicia pasando por alto los pecados del pasado
26 en el tiempo de la paciencia de Dios; actuó así para mostrar su justicia en este tiempo, a fin de manifestar que era justo y que justifica al que tiene fe en Jesús.
27 Y ahora, ¿dónde está la gloria? Queda eliminada. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras? No, sino en virtud de la ley de la fe.
28 Pues sostenemos que el hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.
29 ¿Acaso Dios lo es solo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? También lo es de los gentiles,
30 si es verdad que no hay más que un Dios, el cual justifica a los circuncisos en virtud de la fe y a los no circuncisos también por la fe.
31 Entonces, ¿qué?, ¿privamos a la ley de su valor mediante la fe? De ningún modo. Más bien confirmamos la ley.

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Introducción a Romanos 

ROMANOS

Concebida como un escrito circunstancial, pero compuesta con un enorme esfuerzo por clarificar los contenidos precisos de su Evangelio, la carta a los Romanos es una síntesis llena de fuerza del pensamiento de san Pablo. Su composición habría que situarla en Corinto, en torno a los años 56/57, aunque en fecha posterior a la de Gálatas y antes del viaje que hizo el Apóstol a Jerusalén para llevar la colecta que había realizado entre los cristianos de sus comunidades (cf. Rom 15:25 ss). San Pablo aprovecha la oportunidad que le ofrece tener que escribirles para exponer su Evangelio, es decir, la forma que él tiene de entender la salvación que Dios ha ofrecido en Cristo: en él, en Jesucristo, o, lo que es lo mismo, en su muerte y su resurrección, Dios ha manifestado y sigue manifestando su justicia salvadora para todo el que acoja con fe el Evangelio.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Romanos  3,1-31*1:18-4:25 Este conjunto constituye el primer desarrollo del tema anunciado en Rom 1:16 s; antes que nada se describe ampliamente la impiedad e injusticia de los humanos, sobre quienes tendría que venir, no la salvación, sino la ira divina (Rom 1:18-32; Rom 2:1-29; Rom 3:1-20).


Romanos  3,19*3:19 En Rom 3:20 s la argumentación juega con dos posibles significados de ley: conjunto de los preceptos de la Torá (Rom 3:20 a) y revelación de Dios (Rom 3:20 b). El juego de palabras se ampliará en Rom 3:27, donde ley significa «principio», «norma».