II Corintios 2 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 17 versitos |
1 Decidí, pues, no causarles de nuevo tristeza con mi visita º.
2 Porque si yo los entristezco ¿quién podrá alegrarme a mí? ¡Tendría que ser el mismo º a quien yo causé tristeza!
3 Por eso precisamente les escribí º como lo hice; para que cuando vaya a visitarlos, no me causen tristeza los que deben ser fuente de gozo para mí. Tanto más cuanto que estoy convencido, en lo que a ustedes respecta, que mi alegría es también la de ustedes.
4 Les escribí, en efecto, bajo el peso de una inmensa congoja, con el corazón lleno de angustia y anegado en lágrimas. Pero no era mi intención entristecerlos; sólo quería hacerles caer en la cuenta de que mi amor por ustedes no tiene límites.
5

Perdón para el ofensor

Y si alguno ha sido causa de tristeza, lo ha sido no sólo para mí, sino —en parte, al menos, para no exagerar— también para todos ustedes.
6 La mayoría de ustedes ya le ha impuesto un castigo que considero suficiente. º
7 Lo que ahora procede es que le perdonen y lo animen no sea que el exceso de tristeza lo empuje a la desesperación.
8 Por eso, les recomiendo que le den pruebas de amor.
9 Precisamente les escribí para comprobar si estaban dispuestos a obedecerme sin reservas. º
10 A quien ustedes perdonaron, también yo le perdono; en realidad, lo que yo he perdonado —si algo he tenido que perdonar— lo he hecho por ustedes, y el mismo Cristo es testigo º.
11 Hay que evitar que Satanás saque partido de esto, conociendo como conocemos sus ardides. º
12

Breve estancia en Troas

Me dirigí, pues, a Troas * para anunciar el mensaje de Cristo y, aunque se me ofrecía allí una magnífica oportunidad º de trabajar por el Señor, º
13 mi corazón estaba sobre ascuas al no encontrar allí a Tito *, mi hermano. Así que me despedí de ellos y salí para Macedonia º.
14

II.— EL MINISTERIO APOSTÓLICO (2:14—7:16)

Acción de gracias

Gracias sean dadas a Dios que en todo momento nos asocia al cortejo triunfal de Cristo y que, valiéndose de nosotros, esparce por todas partes como suave aroma º su conocimiento.
15 Porque tanto entre los que se salvan como entre los que se pierden, somos como buen olor que Cristo ofrece a Dios:
16 para los que se pierden, aroma que lleva inexorablemente a la muerte; para los que se salvan, fragancia que conduce a la vida.

Ministros de la nueva alianza

Y ¿quién estará a la altura de tan gran responsabilidad?
17 Porque no somos como tantos otros que trafican con la palabra de Dios. Al contrario, en la presencia de Dios y unidos a Cristo decimos con sinceridad lo que Dios nos inspira. º

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Introducción a II Corintios

INTRODUCCIÓN


1. Contexto histórico de la carta


No es nada fácil precisar las circunstancias que rodearon la composición de esta llamada segunda carta a los Corintios (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura 2Co). Alguien ha escrito que es la más enigmática de las cartas paulinas. Y tal vez el enigma principal sea el siguiente: ¿se trata de una única carta escrita — o dictada — de un tirón por Pablo o es, más bien, el resultado de fundir una serie de cartas enviadas sucesivamente por el Apóstol a los corintios en el curso de unas relaciones que se volvieron por momentos difíciles y conflictivas?


En el primero de los supuestos apuntados — que ha sido sostenido acríticamente durante siglos por la inmensa mayoría de lectores y comentaristas de la carta — , Pablo haría recuento y balance final de lo sucedido entre él y la iglesia de Corinto durante los meses siguientes al envío de la primera carta. Eso habría ocurrido entre los años 54 y 56 d. C., según las distintas cronologías sobre la vida de Pablo. En el trascurso de esos meses, no sólo no se habrían resuelto los problemas existentes, sino que habrían surgido otros nuevos. Ciertos misioneros cristianos procedentes de Judea, y con un pretendido respaldo de los apóstoles de Jerusalén, habían llegado a Corinto donde comenzaron a minar la autoridad de Pablo poniendo en duda su condición de apóstol y anunciando un mensaje distinto, al menos en parte, al proclamado por Pablo (ver 2Co 11:4-5; 2Co 11:12-15). Parece que entonces Pablo realizó una breve visita (2Co 2:1) que no tuvo éxito; es más, durante esa visita el propio Pablo o uno de sus colaboradores debió ser objeto de una grave ofensa sin que la comunidad reaccionara (2Co 2:5). A raíz de esta infructuosa visita, Pablo les escribe una carta llena de emoción y severidad que el propio Apóstol dice haber escrito con el corazón lleno de angustia y anegado en lágrimas (2Co 2:4). Una carta que se habría perdido.


Esta carta y los buenos oficios de Tito, probable portador de ella, provocaron afortunadamente un cambio radical en la comunidad: se castiga al ofensor, se restablece la autoridad de Pablo, se recuperan las buenas relaciones. Las noticias del cambio llenan de alegría a Pablo que, a la vez gozoso y apasionado, escribe de nuevo a los corintios. La batalla ha sido dura y es preciso restañar heridas y apuntalar el edificio que ha quedado tambaleante. Este sería, en el supuesto de una única carta, el marco histórico de 2 Co.


Pero en los últimos tiempos se ha ido abriendo paso entre los estudiosos paulinos, cada vez con más fuerza, un segundo supuesto: a saber, 2 Co no sería una única carta, sino varias cartas reunidas por un redactor postpaulino bastantes años después de la muerte del Apóstol. Se habla de tres, de cuatro y hasta de cinco cartas fundidas en una sola. La primera, en orden cronológico, se conservaría en 2Co 2:142Co 7:4 y en ella Pablo sale en defensa de su ministerio apostólico, a la vez que se esfuerza en desenmascarar a los falsos apóstoles. La segunda estaría representada por 2Co 10:1-182Co 13:1-14 y según muchos autores habría que identificarla con la llamada “carta de las lágrimas”. La tercera sería la carta de reconciliación que Pablo escribe a los corintios una vez que ha recibido de Tito las buenas noticias sobre el cambio de actitud de la Iglesia de Corinto. Si no la carta completa, al menos sus pasajes más importantes se conservarían en 2Co 1:12Co 2:17 y 2Co 7:5-16. Finalmente, en 2Co 8:1-242Co 9:1-15 tendríamos al menos el núcleo de otras dos breves cartas de Pablo a los corintios con ocasión de la colecta a favor de las iglesias necesitadas de Judea. Algunos autores piensan que únicamente el capítulo 2Co 9:1-15 es una carta independiente; el capítulo 2Co 8:1-24 formaría en su origen parte de la llamada “carta de reconciliación”.


¿Qué decir de este segundo supuesto? ¿Cómo se desarrollaron realmente las cosas? No hay que descartar la hipótesis de varias cartas; al contrario, tiene grandes probabilidades de ser correcta en líneas generales. Sin embargo, no se ha dicho la última palabra sobre el tema; la cuestión sigue abierta y si la hipótesis de la unidad presenta dificultades, tampoco carece de ellas la de la fragmentación.


En cualquier caso, ya los más antiguos mss. nos transmiten la carta como un escrito unitario. Así la han leído los cristianos de todos los tiempos y así podemos seguir leyéndola hoy, habida cuenta de que los acontecimientos, los protagonistas y la enseñanza fundamental son los mismos, haya sido uno u otro su proceso de composición y formación.


2. Peculiaridades de la carta


2 Co es tal vez el escrito que mejor refleja la personalidad humana y apostólica de Pablo. Es también una fuente inestimable de datos acerca del Apóstol, de su vida azarosa y enamorada de Cristo. Por ella conocemos su colosal esfuerzo misionero repleto de fatigas y peligros, su amor apasionado a Cristo y a la Iglesia, la preocupación por las distintas iglesias cristianas fundadas por él (que era como un fuego que lo devoraba por dentro), las extraordinarias experiencias místicas con que fue agraciado, su enfermedad crónica cuya curación pedía insistentemente al Señor... y los inigualables contrastes de su personalidad excepcional: al mismo tiempo audaz y tímido, sereno y apasionado, prudente y arrebatado, activo y contemplativo, afectuoso y sarcástico, delicado y exigente.


Y en línea con las peculiaridades y circunstancias de la carta, está el estilo, que es directo, patético, apasionado. En ocasiones la pasión roba claridad al discurso. Nos encontramos con expresiones oscuras, con complicadas construcciones gramaticales, con interrupciones desconcertantes en el proceso del pensamiento. Pero 2 Co recompensa con creces el esfuerzo que exige su lectura, pues nos revela mejor que ninguna otra carta el carácter y el corazón de Pablo.


3. Contenido de la carta


Cualquiera que sea el proceso de composición de 2 Co — una o varias cartas — , hay un tema que, de una u otra forma, recorre casi todas las páginas del escrito: el del ministerio apostólico y la distinta manera que tienen de entenderlo, por una parte Pablo y por otra los misioneros que han arribado a Corinto procedentes de Judea. Primero en un tono cálido, paternal y persuasivo (ver 2Co 6:11-13; 2Co 7:2-4), y más adelante de forma áspera, agresiva y amenazante (2Co 10:1-182Co 13:1-14) — ¿ha cambiado la situación y se trata de una carta distinta? — , Pablo reflexiona y hace reflexionar a los corintios sobre cómo debe ser y desarrollarse la tarea misionera del verdadero apóstol de Cristo. Una tarea que está rodeada de grandezas y miserias, que lleva consigo riesgos y compensaciones, que puede causar tristezas y alegrías. Pablo lo resume magníficamente en una frase: se trata de un tesoro que guardamos en vasijas de barro (2Co 4:7), frase que encuentra a su vez el mejor comentario en 2Co 12:9 cuando Jesús le dice al Apóstol: mi fuerza se realiza plenamente en lo débil.


Por lo demás, tal como ha llegado hasta el presente, 2 Co se abre con una solemne acción de gracias y una serie de explicaciones de Pablo sobre sus proyectos apostólicos en relación con los corintios (2Co 1:12Co 2:13). Sigue una extensa reflexión sobre el ministerio apostólico, reflexión que puede considerarse la parte central de la carta (2Co 2:142Co 7:16). Vienen luego los dos capítulos dedicados a la colecta a favor de los creyentes necesitados de Judea (2Co 8:1-242Co 9:1-15). Y con un brusco cambio de tono (difícilmente explicable, por lo demás, dentro de la misma carta), Pablo pasa a redactar una vigorosa defensa de su autoridad y sus derechos de apóstol frente a los competidores que le han salido en Corinto y a los que califica irónicamente de “superapóstoles” (2Co 10:12Co 13:10). Una conclusión breve y de talante más bien frío cierra la carta (2Co 13:11-13).


4. Estructura de la carta


— Introducción (2Co 1:1-7)


I. — PABLO Y LA IGLESIA DE CORINTO (2Co 1:82Co 2:13)


II. — EL MINISTERIO APOSTÓLICO (2Co 2:142Co 7:16)


III. — COLECTA A FAVOR DE LOS CREYENTES DE JUDEA (2Co 8:1-242Co 9:1-15)


IV. — PABLO DEFIENDE SU MISIÓN APOSTÓLICA (2Co 10:12Co 13:10)


— Conclusión (2Co 13:11-13)


Fuente:

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Notas

II Corintios 2,1— mi visita: Además de la visita fundacional (ver Hch 18:1 ss), Pablo debió realizar, antes de escribir estas líneas, una segunda visita a Corinto. Una visita breve, pero tormentosa y en el curso de la cual alguien ofendió gravemente al Apóstol o tal vez a alguno de sus colaboradores. A esta circunstancia alude reiteradamente Pablo en este pasaje.


II Corintios 2,2— el mismo: Sería el ofensor mencionado en la nota anterior, cuya identidad, así como el contenido preciso de la ofensa, nos son desconocidos.
II Corintios 2,3— les escribí: Alusión a una carta de Pablo que suele llamarse “la carta de las lágrimas” (ver 2Co 2:4) y que, o bien se ha perdido, o bien se conserva, al menos en parte, en 2Co 2:10-13 (ver Introducción a 2 Co y nota a 1Co 5:9).
II Corintios 2,6Mat 18:15-17; 1Co 5:1-3.
II Corintios 2,92Co 10:6.
II Corintios 2,10— Cristo es testigo: Otras posibles traducciones: en la presencia de Cristo, o bien: en representación de Cristo.
II Corintios 2,11Mat 4:1-11; Luc 22:31; Rom 16:17-20.
II Corintios 2,12Hch 14:27; Hch 16:8-11; Hch 20:5-12; 1Co 16:9.
II Corintios 2,12— Troas: Ciudad situada en la costa noroccidental de la península de Asia Menor; allí tuvo Pablo, según Hch 16:8-9, la célebre visión del macedonio que lo invitaba a evangelizar Europa.

— una magnífica oportunidad: Lit. se me abrió una puerta (ver Apo 3:8).
II Corintios 2,13— Tito: Se trata de uno de los mejores colaboradores de Pablo (ver 2Co 7:6; 2Co 7:13-15; 2Co 8:6; 2Co 8:16-23; 2Co 12:18; 2Ti 4:10). Probablemente fue convertido a la fe por el propio Apóstol, a quien acompaña ya en el segundo viaje a Jerusalén (ver Gál 2:1-3). Supo desempeñar con éxito las misiones que Pablo le encomendó (ver Introducción a la carta a Tito).

— para Macedonia: Este pasaje parece tener su continuación lógica en 2Co 7:5. De ahí que no pocos consideren que 2Co 2:14 -2Co 7:4 es una carta aparte (ver Introducción a 2 Co).
II Corintios 2,14— suave aroma: Es posible que Pablo evoque aquí el desfile triunfal de los generales romanos cuando regresaban victoriosos de sus campañas militares. La carroza del triunfador iba precedida de esclavos que esparcían todo tipo de perfumes.
II Corintios 2,172Co 4:2; 2Co 11:15.