Gálatas 4 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 31 versitos |
1 Digo, pues: todo el tiempo que el heredero es niño, en nada se diferencia del esclavo, con ser dueño de todo, *
2 sino que está sometido a tutores y administradores hasta el tiempo prefijado por el padre.
3 Así también nosotros, cuando éramos niños, esclavizados estábamos bajo los elementos del mundo. *
4 Mas cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios desde el cielo de cabe sí a su propio Hijo, hecho hijo de Mujer, sometido a la sanción de la ley, *
5 para rescatar a los que estaban sometidos a la sanción de la ley, a fin de que recobrásemos la filiación adoptiva.
6 Y pues sois hijos, envió Dios desde el cielo de cabe sí a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba! ¡Padre!*
7 De manera que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por intervención de Dios.
8 Mas entonces, no conociendo a Dios, servísteis a los que por naturaleza no son dioses;
9 mas ahora, después de conocer a Dios, o más bien, habiendo sido conocidos por Dios, ¿cómo os tornáis de nuevo a los rudimentos impotentes y miserables, a los cuales de nuevo queréis otra vez servir como esclavos? *
10 ¡Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años! *
11 Temo de vosotros, no sea que inútilmente me haya afanado con vosotros.
12 Haceos como yo, pues también yo me hice como vosotros, hermanos; os lo suplico. Ningún agravio me hicisteis.
13 Ya sabéis que a causa de la debilidad de la carne os anuncié el Evangelio la primera vez; *
14 y lo que era tentación para vosotros en mi carne, no lo menospreciasteis ni escupisteis, antes como a un ángel de Dios me acogisteis, como a Cristo Jesús. *
15 ¿Dónde están, pues, aquellos parabienes que os dabais? Porque testigo os soy de que, a ser posible, los ojos os arrancarais y me los dierais a mí.
16 ¿De modo que me ha hecho enemigo vuestro por tratar verdad con vosotros?
17 No son buenos los celos que tienen de vosotros, sino os quieren aislar para que los queráis con celos. *
18 Bueno es ser querido con celos, en cosa buena, siempre, y no sólo mientras me hallo entre vosotros,
19 hijuelos míos, por quienes siento de nuevo los dolores del parto hasta que se forme Cristo en vosotros.
20 Y quisiera hallarme entre vosotros ahora y matizar las inflexiones de mi voz, pues no sé qué hacerme con vosotros.
21 Decidme vosotros, los que deseáis estar bajo la ley, ¿no habéis oído leer la ley?
22 Pues escrito está que Abrahán tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.
23 Mas el de la esclava, nacido es según la carne; pero el de la libre, mediante la promesa.
24 Estas cosas están dichas alegóricamente, pues esas mujeres son dos alianzas: la una desde el monte Sinaí que engendra para la esclavitud, la cual es Agar.
25 Y, en efecto, el Sinaí es un monte en la Arabia; y corresponde a la presente Jerusalén, pues es esclava lo mismo que sus hijos. *
26 Mas la Jerusalén de arriba es libre, la cual es madre nuestra.
27 Porque escrito está (Is 54:1): «Regocíjate, estéril, tú que no engendras; | prorrumpo y da voces, tú que no conoces los dolores del parto, | pues muchos serán los hijos de la que está en soledad, | más que los de aquella que tiene marido».
28 Y vosotros, hermanos, a semejanza de Isaac, sois hijos de la promesa.
29 Mas como entonces el que nació según la carne perseguía al que nació según el espíritu, así también ahora.
30 Pero ¿qué dice la Escritura? «Echa fuera a la esclava y a su hijo, pues no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre» (Gen 21:10).
31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

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Introducción a Gálatas




EPÍSTOLA A LOS GALATAS

LOS GÁLATAS. — Hacia el año 280 antes de la era cristiana, varias tribus celtas, procedentes, de la Gaita, invadieron la Iliria, la Grecia y la Tracia, y pasando el Helesponto -los Dardanelos -, se establecieron en el Asia Menor, ocupando parte de la Frigia, la Capadocia y la Paflagonia, que de ellos tomó el nombre de Galacia. Dos siglos más tarde, su jefe, Deyótaro, obtuvo de Pompeyo, con el título de rey, el dominio de nuevas regiones. Amintas, sucesor de Deyótaro, recibió de Augusto la Pisidia, la Licaonia y la Panfilia, situadas al sur de la primitiva Galacia. A la muerte de Amintas, el 25 antes de Cristo, el dilatado reino de Galacia quedó reducido a provincia romana, dependiente del emperador y gobernada en su nombre por un legado propretor, que residía en Ancira. Dos sentidos, pues, tenía la denominación de Galacia: uno etnológico, que comprendía la Galacia primitiva, al norte, y otro político-administrativo, que se extendía además a las regiones meridionales. Se pregunta, pues: ¿quiénes eran los destinatarios de la Epístola a los Gálatas? ¿Los habitantes de la primitiva Galacia septentrional o bien los de las regiones meridionales, sobre todo de Pisidia, Licaonia y Panfilia, comprendidas en la provincia romana de Galacia? Mucho se ha discutido sobre este problema; hoy día la mayoría de los críticos se inclinan a la hipótesis de la Galacia septentrional. Y con razón, a lo que parece. Primeramente, los nombres de Galacia y gálatas, tanto en el uso oficial como en el lenguaje ordinario, se aplicaban exclusivamente a la región septentrional y a sus habitantes. En segundo lugar, lo que escribe el mismo Apóstol en la Epístola (4:13): «Ya sabéis que, a causa de la debilidad o enfermedad de la carne, os anuncie el Evangelio la primera vez», no puede aplicarse a las cuatro ciudades de la región meridional, que él evangelizó no por una ocasión imprevista, sino muy de propósito y conforme a un plan preconcebido. Por lo demás, la solución de este problema no afecta grandemente a la interpretación, principalmente doctrinal, de la Epístola, con tal que se admita que la Iglesia de Galacia estaba integrada en su casi totalidad por gentiles o prosélitos. Los ADVERSARIOS DE PABLO. — Un fenómeno extraño dio mucho que pensar y que padecer al Apóstol. Mientras los gentiles y aun los judíos prosélitos recibían el Evangelio, por el contrario, los judíos de raza, no contentos con rechazarle, perseguían encarnizadamente a su celoso predicador. Esta constitución de las Iglesias de Galacia, formadas casi exclusivamente de gentiles y prosélitos, en una palabra, de incircuncisos, levantó contra Pablo otros adversarios más temibles que los mismos judíos rebeldes. ¿Quiénes eran? ¿Cuántos? ¿De dónde venían? Una sola cosa sabemos, y es que eran cristianos judíos, y más judíos que cristianos. Al ver que Pablo admitía a los gentiles en la Iglesia sin obligarles a la circuncisión, comprendieron, y con razón, que la conducta del Apóstol era la negación práctica de los privilegios de Israel. Su celo farisaico se convirtió en furor contra Pablo. ¿Cómo lo conseguirían?

La Epístola a los Gálatas nos ha conservado los manejos a que apelaron los adversarios del Apóstol para arruinar su obra. Ante todo, atacaban la autoridad apostólica de Pablo. «¿Quién era ese intruso sin vocación divina, que nunca había visto ni oído al Señor, para oponerse a los Doce, a los apóstoles, que habían recibido directamente del Señor la enseñanza y la misión?» Minada así su autoridad de apóstol; atacaban abiertamente su doctrina. «Contra la ley de Dios, contra las promesas y alianzas divinas, contra todo el A. T., se atreve a blasfemar este apóstata. El Evangelio que niega la ley no es Evangelio». Y no contentos con atacar en su principio mismo el Evangelio de Pablo, sacaban de él las más desaforadas consecuencias. «Lo peor es - añadían - que su enseñanza es inmoral y escandalosa. Sin ley que oponga una barrera a los perversos instintos del hombre, ¿qué resta sino una libertad desenfrenada, que se lance sin obstáculos a los mayores crímenes? Sin ley que lo condene, el pecado queda justificado». LA EPÍSTOLA. — La oposición daba alientos a Pablo. A los cargos que le achacaban sus adversarios respondió con una carta admirable, en que reveló todo el temple de su espíritu, toda la alteza de sus pensamientos. Sin descender a mezquindades personales, indignas de su noble carácter, concreta su apología a tres puntos principales. Primeramente defiende su autoridad apostólica y el origen divino de su Evangelio. En segundo lugar demuestra la tesis fundamental de éste, o sea, la justificación por la fe viva en Cristo, independientemente de la ley mosaica. Por fin, hace ver que su Evangelio, lejos de dar libertad a la carne, la condena y refrena con dos principios poderosos y altísimos de santidad: la caridad y el Espíritu. De ahí tres partes en la Epístola: 1) apologética: 1-2; 2) dogmática: 3-4; 3) moral: 5-6.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Gálatas 4,1

Habla Pablo según el Derecho romano. La metáfora de la prisión, pasando por la del pedagogo, ha venido a parar en la de la menor edad.


Gálatas 4,3

ELEMENTOS DEL MUNDO: son los primeros rudimentos de la educación religiosa.


Gálatas 4,4-5

Cuatro cosas enseña Pablo sobre la encarnación del Hijo de Dios:
1) El tiempo de su venida: el mundo estaba ya en disposición de recibir al Salvador: eso significa LA PLENITUD DEL TIEMPO.
2) El hecho de la venida: el Hijo de Dios, cuando fue enviado, existía ya en el cielo cabe Dios.
3) Doble condición de la venida: HECHO HIJO DE MUJER Y SOMETIDO A LA SANCIÓN DE LA LEY. Estas dos condiciones indican la doble solidaridad de Cristo: con todo el linaje humano, con el linaje de Israel.
4) El fin de la venida: corresponde inversamente a las dos condiciones.


Gálatas 4,6

Para significar la misión del E. S. emplea Pablo la misma palabra que empleó al hablar del Hijo, palabra que expresa su preexistencia divina. Además, el E. S., enviado por el Padre, es llamado ESPÍRITU DE SU HIJO, lo cual supone que el E. S. procede no sólo del Padre, sino también del Hijo. ABBA es palabra aramaica que significa PADRE.


Gálatas 4,9

DE NUEVO: los Gálatas antes de la conversión eran gentiles. Al decirles Pablo que ahora quieren volver a los rudimentos, equipara las prácticas mosaicas a las prácticas gentílicas: pues unas y otras convienen en representar un estadio rudimentario de la religión.


Gálatas 4,10

Estas cuatro palabras se refieren a las principales fiestas judaicas. DÍAS son los sábados; MESES, las neomenias: ESTACIONES, las fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos; AÑOS, cada siete, el sabático; cada cincuenta, el jubilar.


Gálatas 4,13

DEBILIDAD: es decir, enfermedad (2Co_12:7). Esta enfermedad fue la ocasión de que Pablo predicara en Galacia.


Gálatas 4,14

LO QUE ERA TENTACIÓN: la misma enfermedad.


Gálatas 4,17

Anota Santo Tomás: «Tienen celos de vosotros, pero malamente, porque no pretenden vuestro bien; y eso se manifiesta en cuanto quieren que os mantengáis apartados de mí, a fin de que los queráis a ellos celosamente, es decir, que no admitáis a nadie fuera de ellos».


Gálatas 4,25

En el paralelismo que establece entre Agar y Sara, Agar representa la ley de esclavitud dada en el Sinaí. Pablo refuerza esta significación notando que el Sinaí está en la Arabia, donde viven los hijos de Asar.