Deuteronomio  10 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 22 versitos |
1 En aquel tiempo me dijo Yahvéh: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube hasta mí a la montaña; hazte también un arca de madera.
2 Yo escribiré sobre las tablas la palabras que había en las primeras que tú rompiste, y las colocarás en el arca.
3 Hice un arca de madera de acacia, tallé dos tablas de piedra como las primeras y subí al monte con las dos tablas en la mano.
4 El escribió sobre las tablas lo mismo que había escrito en las primeras: los diez mandamientos que Yahvéh os había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea, y Yahvéh me las entregó.
5 Me volví y bajé del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho, y allí han quedado, como Yahvéh me ordenó.
6 Los hijos de Israel partieron de BeerotbenéYaaqán hacia Moserá. Allí murió Aarón y allí fue enterrado. Su hijo Eleazar le sucedió en el sacerdocio.
7 De allí partieron a Gudgodá, y de Gudgodá a Yotbatá, tierra de torrentes de agua.
8 En ese - tiempo separó Yahvéh la tribu de Leví, para que llevara el arca de la alianza de Yahvéh, para que estuviera en su presencia y le sirviera y para que bendijera en su nombre hasta el día de hoy.
9 Por eso Leví no tuvo parte ni heredad entre sus hermanos, porque Yahvéh es su heredad, como le dijo Yahvéh, tu Dios.
10 Yo me estuve en la montaña, como la vez anterior, cuarenta días y cuarenta noches; y Yahvéh me escuchó también esta vez, y desistió de exterminarte.
11 Y me dijo Yahvéh: Anda, inicia de nuevo la marcha a la cabeza del pueblo, para que lleguen a tomar posesión del país que juró dar a sus padres.
12 Y ahora, Israel ¿qué es lo que te pide Yahvéh, tu Dios, sino que temas a Yahvéh, tu Dios, sigas todos sus caminos, ames y sirvas a Yahvéh, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma,
13 y guardes los mandamientos de Yahvéh y sus preceptos que hoy te prescribo yo para bien tuyo?
14 Mira: de Yahvéh, tu Dios, son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella;
15 pero sólo de tus padres se prendó Yahvéh y los amó, y escogió a su descendencia, a vosotros, de entre todos los pueblos, como ahora se ve.
16 Circuncidad, pues, vuestros corazones y no endurezcáis más vuestra cerviz.
17 Porque Yahvéh, vuestro Dios, es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;
18 que hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al extranjero dándole pan y vestido.
19 Amad también vosotros al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.
20 Temerás a Yahvéh, tu Dios, le servirás, te adherirás a él y jurarás por su nombre.
21 El es objeto de tu gloria, él es tu Dios, que ha hecho por ti esas cosas grandes y terribles que han visto tus ojos.
22 Tus padres bajaron a Egipto en número de setenta personas, y ahora Yahvéh, tu Dios, te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.

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Introducción a Deuteronomio 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas