Deuteronomio  31 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 30 versitos |
1 Y Moisés terminó de dirigir estas palabras a todo Israel,
2 y les dijo: Tengo ya ciento veinte años, y no puedo ya salir ni entrar. Además me dijo Yahvéh: No pasarás este Jordán.
3 Yahvéh, tu Dios, pasará delante de ti; él destruirá a tu vista a todos esos pueblos, y tú los desposeerás. Josué pasará delante de ti, como lo ha dicho Yahvéh.
4 Yahvéh los tratará como trató a Sijón y a Og, reyes de los amorreos, y a su tierra, a los que exterminó.
5 Yahvéh os los entregará y vosotros haréis con ellos exactamente conforme al mandato que yo os he dado.
6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis ni les tengáis miedo, porque Yahvéh, tu Dios, va contigo y no te dejará ni te abandonará.
7 Moisés llamó luego a Josué, y le dijo ante todo Israel: Sé fuerte y animoso, porque tú has de entrar con este pueblo en el país que Yahvéh juró dar a tus padres, y tú se lo entregarás en posesión.
8 Yahvéh irá delante de ti, estará contigo y no te dejará ni te abandonará; no temas ni te intimides.
9 Moisés escribió esta ley y la entregó a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca de la alianza de Yahvéh, y a todos los ancianos de Israel.
10 Y Moisés les dio esta orden diciéndoles: Al cabo de cada siete años, en la fecha señalada para el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos,
11 cuando todo Israel vaya a presentarse delante de Yahvéh, tu Dios, en el lugar que él haya elegido, leerás esta ley ante todo Israel, a sus oídos.
12 Reúne al pueblo: hombres, mujeres y niños, y al extranjero que se halle en tus ciudades, para que oigan y aprendan a temer a Yahvéh, vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las disposiciones de esta ley.
13 Sus hijos, que todavía no la conocen, la escucharán y aprenderán a temer a Yahvéh, vuestro Dios, todo el tiempo que viváis sobre la tierra en cuya posesión vais a entrar al pasar el Jordán.
14 Y dijo Yahvéh a Moisés: Se acercan los días de tu muerte; llama a Josué y presentaos en la tienda de la reunión, para que yo le dé mis órdenes. Fueron, pues, Moisés y Josué, y se presentaron en la tienda de la reunión.
15 Y Yahvéh se apareció en la tienda, en una columna de nube; y la columna de nube se quedó parada a la entrada de la tienda.
16 Entonces Yahvéh dijo a Moisés: He aquí que tú vas a reunirte con tus padres. Y este pueblo irá a prostituirse tras los dioses de la tierra extranjera en la que va a entrar; me abandonará y romperá la alianza que he concluido con él.
17 En aquel mismo día se encenderá mi cólera contra él: los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro; será presa que se devora; los alcanzarán muchos males y aflicciones. Y entonces se dirá: ¿No será porque mi Dios no está en medio de mí por lo que me han alcanzado estos males?
18 Pero en aquel día, yo ocultaré totalmente mi rostro, a causa de todo el mal que habrá hecho al irse tras dioses extraños.
19 Ahora, pues, escribid este cántico; enséñaselo a los hijos de Israel, ponlo en su boca, para que este cántico me sirva de testimonio contra los hijos de Israel,
20 cuando los haya introducido en la tierra que prometí con juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel. Cuando, después de haber comido, de haberse saciado y de haber engordado, se vuelva a otros dioses y los sirvan y a mí me desprecien, rompiendo mi alianza;
21 cuando alcancen muchos males y aflicciones, este cántico dará testimonio contra ellos, pues no caerá en olvido en la boca de su descendencia. Porque yo conozco los propósitos que se forja hoy, aun antes de que lo introduzca en el país que le prometí con juramento.
22 Y aquel día escribió Moisés este cántico y se lo enseñó a los hijos de Israel.
23 Y dio orden a Josué, hijo de Nun, diciéndole: Sé fuerte y animoso, que tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les he prometido con juramento, y yo estaré contigo.
24 Y cuando acabó Moisés de escribir en un libro las disposiciones de esta ley, hasta el fin,
25 dio esta orden a los levitas portadores del arca de la alianza de Yahvéh, diciéndoles:
26 Tomad este libro de la ley y ponedlo al lado del arca de la alianza de Yahvéh, vuestro Dios, y que esté allí como testimonio contra ti.
27 Porque yo conozco tu espíritu rebelde y tu dura cerviz. Si hoy, aun viviendo yo con vosotros, sois rebeldes a Yahvéh, ¡cuánto más lo seréis después de mi muerte!
28 Reunid junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros escribas, y hablaré estas palabras a sus oídos, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.
29 Pues sé que después de mi muerte os echaréis a perder totalmente y os desviaréis del camino que os he prescrito, y que en tiempos venideros os alcanzará la desventura, por haber obrado el mal a los ojos de Yahvéh y haberle irritado con las obras de vuestras manos.
30 Moisés pronunció a oídos de toda la asamblea de Israel las palabras de este cántico, hasta el fin.

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Introducción a Deuteronomio 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas