Filipenses 2 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 30 versitos |
1 Si hay, pues, alguna consolación en Cristo, si algún solaz de caridad, si alguna comunión de espíritu, si algunas entrañas y ternuras de misericordia,
2 colmad mi gozo, de suerte que sintáis una misma cosa, teniendo una misma caridad, siendo una sola alma, aspirando a una sola cosa;
3 nada por rivalidad ni por vanagloria, antes bien por la humildad, estimando los unos a los otros como superiores a sí,
4 mirando cada cual no por sus propias ventajas, sino también por las de los otros.
5 Tened en vosotros estos sentimientos, los mismos que en Cristo Jesús,
6 el cual, subsistiendo en la forma de Dios, no consideró como una presa arrebatada el ser al igual de Dios, *
7 antes se anonadó a sí mismo, tomando forma de esclavo, hecho a semejanza de los hombres; y en su condición exterior, presentándose como hombre,
8 se abatió a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 por lo cual a su vez Dios soberanamente le exaltó y le dio el nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los seres celestes, y de los terrenales, y de los infernales,
11 y toda lengua confiese que Jesu-Cristo es Señor, llamado a compartir la gloria de Dios Padre.
12 Así que, amados míos, según que siempre obedecisteis, no como en mi presencia solamente, sino ahora mucho más en mi ausencia, con temor y temblor obrad vuestra propia salud;
13 por que Dios es el que obra en vosotros así el querer como el obrar, en virtud de su beneplácito.
14 Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones,
15 para que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación aviesa y pervertida, entre los cuales brilláis como antorchas en el mundo,
16 exhibiendo la palabra de vida, lo cual será para gloria mía en el día de Cristo, de que no corrí en vano ni en vano me afané.
17 Y más, aun cuando se derrame mi sangre como libación sobre el sacrificio y sagrado ministerio de vuestra fe, me gozo y congratulo con todos vosotros.; *
18 recíprocamente, también vosotros gózaos y congratulaos conmigo.
19 Confío en el Señor Jesús enviaros dentro de poco a Timoteo, para que yo también cobre buen ánimo al saber nuevas de vosotros.
20 Pues no tengo otro de iguales sentimientos que hidalgamente se preocupe por vuestras cosas.
21 Porque todos buscan sus propios intereses, no los de Jesu-Cristo.
22 Mas lo acendrado de su bondad ya lo conocéis, como que cual hijo con su padre ha trabajado conmigo en servicio del Evangelio.
23 A éste, pues, espero enviar, así que barrunte el desenlace de mi situación, sin demora;
24 si bien confío en el Señor que yo mismo pronto iré a vosotros.
25 Entre tanto, estimé necesario enviaros a Epafrodito, el hermano y colaborador y compañero mío de armas, y, de parte de vosotros, delegado y empleado en atender a mi necesidad;
26 pues estaba con añoranza de todos vosotros y en angustias, por cuanto os habíais enterado de que estuvo enfermo.
27 Y así fue, que estuvo enfermo a punto de muerte; mas Dios tuvo piedad de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que no tuviese yo tristeza sobre tristeza.
28 Con tanta más premura, pues, os le envío, a fin de que, al verle, de nuevo os gocéis y yo quede con menos tristeza.
29 Recibidle, pues, en el Señor con toda alegría, y a tales hombres mostradles toda estima,
30 ya que por la obra de Cristo llegó a punto de muerte, habiendo puesto a riesgo su vida, en razón de suplir por vosotros, prestándome los servicios que vosotros no podíais.

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Introducción a Filipenses




EPÍSTOLA A LOS FILIPENSES

LA IGLESIA DE FILIPOS. — Fue la primera que fundó Pablo en Europa. Esta circunstancia y el carácter noble, sincero, afectuoso, de aquella colonia romana explica la predilección del Apóstol a los filipenses. Lucas, en una de las páginas más admirables de los Hechos, refiere las peripecias de esta fundación. Era hacia el año 51 cuando Pablo, durante su segunda misión evangélica, movido por una visión celeste, determinó pasar de Triade a Macedonia; y habiendo desembarcado en Nepolis (hoy Cávala), se fue directamente a Filipos. Allí, después de numerosas conversiones y de maravillosos prodigios, un motín popular, provocado por unos farsantes, le obligó a retirarse de la ciudad, después de padecer los azotes y la cárcel. Pero dejaba allí fundada una cristiandad, adicta como ninguna al Apóstol, «su gozo y su corona», como él la llama. En otras varias ocasiones visitó Pablo a los filipenses. OCASIÓN Y OBJETO DE LA CARTA. — Unos diez años más tarde, hacia el 61, los filipenses, enterados de que el Apóstol estaba prisionero en Roma, le enviaron a Epafrodito con una buena limosna para socorrer a sus necesidades. Este, después de cumplir su misión, se quedó con Pablo para ayudarle en su ministerio apostólico. Pero cayó enfermo de peligro, y después de restablecido, en la convalecencia, sintió la nostalgia. Pablo, para consolar a Epafrodito y para calmar a los filipenses, preocupados con su enfermedad, le envió a su ciudad natal, confitándole al mismo tiempo la presente carta. Su objeto es dar gracias a los filipenses por su caridad, manifestarles la ternura de su afecto paternal y exhortarlos juntamente a perseverar en el camino comenzado. Las advertencias que les hace contra los judaizantes y contra ciertos epicúreos prácticos parecen más bien preventivas. Lo que principalmente les recomienda es la concordia y la caridad acompañada de humildad. DIVISIÓN DE LA CARTA. — Esta en nada se parece a un tratado doctrinal: es una expansión afectuosa de confianza, de gozo, de cariño, envuelto en consejos paternales. Además de la introducción y de la conclusión, en el cuerpo de la Epístola se pueden distinguir dos partes, cada una de las cuales contiene noticias personales seguidas de exhortaciones.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Filipenses 2,6-11

Este pasaje es uno de los testimonios más espléndidos de la divinidad de Jesu-Cristo. La expresión SUBSISTIENDO EN LA FORMA DE DIOS, antitéticamente paralela a esta otra: TOMANDO FORMA DE ESCLAVO, no puede tener otro sentido que el de que Cristo poseía antes de su encarnación la naturaleza divina. Que si FORMA DE ESCLAVO es la naturaleza humana, FORMA DE DIOS no puede ser sino la naturaleza divina. El que Cristo, al hacerse hombre, se ANONADÓ, no quiere decir que se desposeyese de la forma de Dios, sino que escondió la gloria externa de la forma de Dios.

|| EL NOMBRE QUE ES SOBRE TODO NOMBRE es el de Señor , en su significación trascendente. Este nombre se lo dio el Padre a Jesu-Cristo. Aquellas expresiones SE DOBLE TODA RODILLA, TODA LENGUA CONFIESE, si se comparan con Isaías (Isa_45:24), son un testimonio irrecusable de la divinidad de Cristo. Las ultimas palabras: Jesu-Cristo ES SEÑOR EN LA GLORIA DE DIOS PADRE, significan que Cristo es el Yahveh del A. T., que entra en la posesión de la gloria divina al igual que Dios Padre.


Filipenses 2,17

Con imágenes litúrgicas se presenta la fe de los filipenses, acompañada de la caridad y buenas obras, como un sacrificio ofrecido a Dios.