Colosenses 1 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 29 versitos |
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano,
2 a los santos de Colosas y fieles hermanos en Cristo: gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre.
3 Hacemos gracias al Dios Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo, rogando en todo tiempo por vosotros,
4 habiendo oído vuestra fe en Cristo Jesús y la caridad que tenéis con todos los santos,
5 por la esperanza que os está reservada en los cielos, la cual oísteis antes en la palabra de verdad del Evangelio,
6 que ha llegado a vosotros, como también está fructificando y progresando en todo el mundo, lo mismo que entre vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en la verdad,
7 según aprendisteis de Epafras, nuestro amado consiervo, que es fiel ministro de Cristo para con vosotros,
8 el cual también nos manifestó vuestro amor en el Espíritu.
9 Por esto también nosotros, desde el día que esto oímos, no cesamos de rogar por vosotros y pedir que alcancéis el pleno conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
10 a fin de que sigáis una conducta digna del Señor, puesta la mira en agradarle enteramente, fructificando en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios,
11 fortalecidos con toda fortaleza según el poder de su gloria en orden a adquirir toda paciencia y longanimidad con gozo;
12 haciendo gracias al Padre, que os hizo capaces de entrar a la parte en la herencia de los santos en la luz,
13 el cual nos libertó de la potestad de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor, *
14 en quien tenemos la redención, la remisión de los pecados.
15 El cual es imagen del Dios invisible, primogénito de toda la creación, *
16 como que en él fueron creadas todas las cosas en los cielos y sobre la tierra, tanto las visibles como las invisibles, ya sean los tronos, ya las dominaciones, ya los principados, ya las potestades; todas las cosas han sido creadas por medio de él y para él. *
17 Y él es antes que todas las cosas, y todas tienen en él su consistencia. *
18 El es la cabeza del cuerpo, de la Iglesia, como quien es el principio, primogénito de entre los muertos; para que en todas las cosas obtenga él la primacía, *
19 porque en él tuvo a bien Dios que morase toda la plenitud, *
20 y por medio de él reconciliar todas las cosas consigo, haciendo las paces mediante la sangre de su cruz; por medio de él, así las que están sobre la tierra como las qué hay en los cielos. *
21 Y a vosotros, que erais un tiempo completamente extraños y enemigos en vuestro pensamiento por las malas obras,
22 ahora, con todo, os ha reconciliado en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para presentaros santos e inmaculados e irreprochables en su acatamiento
23 con tal que permanezcáis cimentados y estables en la fe e inconmovibles de la esperanza del Evangelio que oísteis, que ha sido predicado en toda la creación que está debajo del cielo, del cual yo, Pablo, fui constituido ministro.
24 Ahora me gozo en mis padecimientos sufridos por vosotros y cumplo, por mi parte, lo que faltaba de las fatigas de Cristo en mi carne por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia. *
25 De la cual fui yo hecho ministro por la disposición de Dios, que me fue dada en orden a vosotros, de anunciar cumplidamente la palabra de Dios,
26 el misterio, que ha estado escondido desde el origen de los siglos y generaciones, mas ahora fue manifestado a sus santos,
27 a los cuales quiso Dios dar a conocer cuál sea la riqueza de la gloria de este misterio en los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.
28 Al cual nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, para presentar a todo hombre perfecto en Cristo.
29 Para lo cual me fatigo también, luchando según la eficacia de su acción, que actúa en mí poderosamente.

Patrocinio

 
 

Introducción a Colosenses




EPÍSTOLA A LOS COLOSENSES

LA IGLESIA DE COLOSAS. — Colosas, ciudad de la Frigia, situada junto al río Lico, hacia el extremo oriental del Asia proconsular, fue, según el testimonio de Herodoto y Jenofonte, grande y opulenta. En tiempo de Pablo había perdido su esplendor y preponderancia. Las ruinas que se conservan junto a Chonas señalan el lugar que antiguamente ocupó.

La Iglesia de Colosas no fue fundada por Pablo, sino por su discípulo Epafras, natural de aquella ciudad, convertido por el Apóstol en Efeso. Prisionero Pablo en Roma, fue visitado por Epafras con el objeto de informarle sobre el estado peligroso en que se hallaba su Iglesia.


OCASIÓN DE LA EPÍSTOLA. — La ocasión de escribir la Epístola fue el peligro que amenazaba a la Iglesia de Colosas, invadida por las propagandas malsanas de los primeros representantes o precursores del gnosticismo. Esos extravagantes herejes son los mismos adversarios combatidos por Pablo en la Epístola a los Efesios.

Los HEREJES DE COLOSAS. — A un cristianismo más o menos desfigurado añadían varios elementos exóticos: unos prácticos, otros especulativos. Los elementos prácticos eran, por una parte, un culto exagerado y supersticioso de los ángeles, y, por otra, un rigorismo ascético que proscribía el uso de ciertos manjares e imponía la observancia del sábado y de otras festividades judaicas y acaso también de la circuncisión. Los especulativos, que ellos denominaban pomposamente «filosofía», no eran otra cosa que fantasías de visionarios, análogas a las que poco después habían de forjar los gnósticos. Lo más irritante de esas novelerías fantásticas eran las deficiencias que suponían en la persona y en la obra de Cristo: deficiencias que pretendían llenar con esos elementos exóticos. A semejantes desvaríos opone Pablo su maravillosa Epístola.

PLAN. — Además de la introducción y de la conclusión, se divide la Epístola en dos partes: una especulativa, en que se expone el «misterio de Cristo», esto es, la trascendencia divina de su persona y la eficacia de su obra redentora, en contraposición a las vanas filosofías de aquellos visionarios; otra práctica, en que se desenvuelve la idea, tan hermosa como fecunda, de la «vida nueva en Cristo».



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

Patrocinio

Notas

Colosenses 1,13

Es inefablemente bella la designación de Cristo como EL HIJO DEL AMOR.


Colosenses 1,15

IMAGEN DEL DIOS INVISIBLE. En cuanto Dios, Cristo es imagen adecuada, pero invisible, del Padre; y ésta es su propiedad personal. Pero Pablo habla de Cristo como imagen visible, por cuanto en su misma humanidad se reflejaban sus perfecciones divinas.

|| PRIMOGÉNITO DE TODA LA CREACIÓN: es decir, primogénito o mayorazgo respecto de toda la creación, o de todas las criaturas, que junto con El forman la casa y familia de Dios.


Colosenses 1,15-20

Es éste uno de los pasajes cristológicos más importantes de Pablo. En él se enumeran en dos series los excelsos atributos de Cristo: como Dios, en la creación (Col_1:15-17); como hombre, en la Iglesia (Col_1:18-20).


Colosenses 1,16

EN ÉL FUERON CREADAS TODAS LAS COSAS: a semejanza de la fórmula EN CRISTO JESÚS, significa que toda la creación, como prolongación del cuerpo místico de Cristo, forma como un inmenso organismo, cuya cabeza es Jesu-Cristo. También es probable la significación de causalidad ejemplar, por cuanto todas las criaturas fueron como vaciadas y moldeadas en Cristo.

|| TODAS LAS COSAS FUERON CREADAS POR ÉL o por medio de él. Esta acción de Cristo en la creación no implica dependencia instrumental, sino cierta posición intermedia entre Dios Padre y el mundo.

|| TODAS LAS COSAS HAN SIDO CREADAS… PARA ÉL: esto es, orientadas hacia él, que es el centro adonde todos tienden y convergen, al fin adonde están ordenadas.

|| Estas tres relaciones del mundo con Cristo, expresadas con las fórmulas EN ÉL, POR ÉL, PARA ÉL, son otro testimonio de la divinidad de Cristo (cf. Rom_11:36).


Colosenses 1,17

EL ES ANTES QUE TODAS LAS COSAS: así por su eterna preexistencia como por su eminente dignidad.

|| TODAS LAS COSAS TIENEN EN ÉL SU CONSISTENCIA: en él tienen su cohesión, estabilidad y harmonía; él es la base de sustentación, el vínculo de unidad y el principio de orden del universo entero, que por él es un sistema coherente y harmónico y no un montón de seres desligados y caedizos.


Colosenses 1,18

EL ES LA CABEZA: tres prerrogativas señala Santo Tomás en la cabeza:
1) su posición elevada o eminente dignidad;
2) su influjo vital sobre los demás miembros;
3) el ser la sede de los principales sentidos, en ella concentrados.

|| ES EL PRINCIPIO: de él derivan su ser y sus perfecciones todas las criaturas.


Colosenses 1,19

PORQUE EN ÉL TUVO A BIEN DIOS QUE MORASE TODA LA PLENITUD: toda la plenitud de las perfecciones divinas y humanas en el sentido más amplio, la plenitud de la deidad y de la gracia, la plenitud de la inteligencia y de la fuerza, la plenitud de la soberanía y de la santidad.


Colosenses 1,20

Y POR MEDIO DE ÉL RECONCILIAR TODAS LAS COSAS CONSIGO: Jesu-Cristo es el Mediador de la reconciliación de todas las cosas con Dios, restableciendo el orden primordial, puesto por Dios creador y trastornado por el pecado. Es asombrosa la amplitud que atribuye el Apóstol a la redención obrada por la sangre de Jesu-Cristo. Las guerras encendidas en los cielos por la rebelión de los ángeles prevaricadores, las suscitadas en la tierra por la insubordinación de Adán; la hostilidad de los ángeles santos contra los hombres prevaricadores, la hostilidad de la naturaleza insensible violentada por el pecado: todas esas guerras y hostilidades apaciguó la sangre del Redentor, que reconcilió entre si y con Dios toda la creación.


Colosenses 1,24

CUMPLO POR MI PARTE LO QUE FALTABA DE LAS FATIGAS DE CRISTO EN MI CARNE. No habla aquí Pablo de los padecimientos con que Cristo redimió a los hombres, en los cuales no hubo deficiencia, sino de los trabajos que tomó en orden a la predicación del Evangelio, los cuales habían de ser completados por los apóstoles.