Colosenses 2 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 23 versitos |
1 Pues quiero que sepáis cuan grande lucha sostengo por vosotros y por los de Laodicea, y por cuantos no han visto mi rostro en carne,
2 para que sean consolados sus corazones, estrechamente unidos por la caridad, y en orden a alcanzar toda la riqueza de la plena convicción de la inteligencia, hasta llegar a un pleno conocimiento del misterio de Dios, Cristo, *
3 en el cual se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia escondidos. *
4 Esto digo para que nadie os seduzca con falsas razones propuestas con persuasiva elocuencia.
5 Porque, si bien con el cuerpo estoy ausente, mas con el espíritu estoy con vosotros, gozándome y viendo el buen orden con que procedéis y la solidez de vuestra fe en Cristo.
6 Así. pues, como recibisteis a Cristo Jesús, el Señor, caminad en él, *
7 arraigados en él, y edificándoos sobre él, y fortaleciéndoos en la fe, según fuisteis enseñados, rebosando en hacimiento de gracias.
8 Mirad no haya quien os coja como presa por medio de la filosofía y vana falacia, conforme a la tradición de los hombres, según los rudimentos del mundo y no según Cristo. *
9 Porque en él habita toda la plenitud de la deidad corporalmente, *
10 y vosotros en él estáis cumplidamente llenos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad;
11 en el cual también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha por mano de hombre, con la eliminación del cuerpo de la carne, con la circuncisión de Cristo;*
12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también juntamente resucitados mediante la fe en la poderosa acción de Dios, que le resucitó a él de entre los muertos.
13 Y a vosotros, como estuvieseis muertos por los delitos y por la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él, perdonándoos todos los delitos, *
14 cancelando el acta escrita contra nosotros con sus prescripciones, que nos era contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz;
15 habiendo despojado a los principados y a las potestades, los exhibió a la vista del mundo con osada gallardía, triunfando de ellos por la cruz.
16 Que nadie, pues, os juzgue en cuanto al comer y beber o en materia de fiestas o neomenias o sábados, *
17 que no son sino sombra de las cosas que habían de venir, mas ser el cuerpo es exclusivo de Cristo. *
18 Que ninguno os defraude de vuestro galardón, haciendo alarde de humildad y culto de los ángeles, entregado a sus visiones, vanamente hinchado por la mente de su carne,*
19 y no estando adherido a la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y trabado por medio de las coyunturas y ligamentos, crece con crecimiento de Dios.
20 Si moristeis con Cristo desligándoos de los rudimentos del mundo, ¿por qué, cual si vivieseis en el mundo, os dejáis imponer leyes? *
21 «No tomes, no gustes, no toques»
22 —cosas todas destinadas a la corrupción con el uso—, conforme a los preceptos y enseñanzas de los hombres.
23 Las cuales cosas tienen ciertamente color de sabiduría por su afectada piedad y humildad y severidad con el cuerpo; mas no son de ninguna estima: sólo miran a la hartura de la carne.

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Introducción a Colosenses




EPÍSTOLA A LOS COLOSENSES

LA IGLESIA DE COLOSAS. — Colosas, ciudad de la Frigia, situada junto al río Lico, hacia el extremo oriental del Asia proconsular, fue, según el testimonio de Herodoto y Jenofonte, grande y opulenta. En tiempo de Pablo había perdido su esplendor y preponderancia. Las ruinas que se conservan junto a Chonas señalan el lugar que antiguamente ocupó.

La Iglesia de Colosas no fue fundada por Pablo, sino por su discípulo Epafras, natural de aquella ciudad, convertido por el Apóstol en Efeso. Prisionero Pablo en Roma, fue visitado por Epafras con el objeto de informarle sobre el estado peligroso en que se hallaba su Iglesia.


OCASIÓN DE LA EPÍSTOLA. — La ocasión de escribir la Epístola fue el peligro que amenazaba a la Iglesia de Colosas, invadida por las propagandas malsanas de los primeros representantes o precursores del gnosticismo. Esos extravagantes herejes son los mismos adversarios combatidos por Pablo en la Epístola a los Efesios.

Los HEREJES DE COLOSAS. — A un cristianismo más o menos desfigurado añadían varios elementos exóticos: unos prácticos, otros especulativos. Los elementos prácticos eran, por una parte, un culto exagerado y supersticioso de los ángeles, y, por otra, un rigorismo ascético que proscribía el uso de ciertos manjares e imponía la observancia del sábado y de otras festividades judaicas y acaso también de la circuncisión. Los especulativos, que ellos denominaban pomposamente «filosofía», no eran otra cosa que fantasías de visionarios, análogas a las que poco después habían de forjar los gnósticos. Lo más irritante de esas novelerías fantásticas eran las deficiencias que suponían en la persona y en la obra de Cristo: deficiencias que pretendían llenar con esos elementos exóticos. A semejantes desvaríos opone Pablo su maravillosa Epístola.

PLAN. — Además de la introducción y de la conclusión, se divide la Epístola en dos partes: una especulativa, en que se expone el «misterio de Cristo», esto es, la trascendencia divina de su persona y la eficacia de su obra redentora, en contraposición a las vanas filosofías de aquellos visionarios; otra práctica, en que se desenvuelve la idea, tan hermosa como fecunda, de la «vida nueva en Cristo».



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Colosenses 2,2

EL MISTERIO DE DIOS, CRISTO: la paráfrasis de San Agustín EL MISTERIO DE DIOS, QUE ES CRISTO, da el sentido exacto de esta fórmula.


Colosenses 2,3

Este versículo no significa los tesoros de la sabiduría que posee Cristo, sino los derrochados por Dios Padre en la realización del misterio de Cristo.


Colosenses 2,6

RECIBISTEIS A CRISTO JESÚS, EL SEÑOR: el contenido predominante del Evangelio es Jesu-Cristo, como Mesías y como Señor.


Colosenses 2,8

La doctrina de los adversarios la califica Pablo de filosofía y vana falacia, conforme a la tradición de los hombres (opuesta a la tradición divina y apostólica) y conforme a los ELEMENTOS DEL MUNDO, esto es, a los primeros rudimentos religiosos contenidos en el mosaísmo o en el culto gentílico.


Colosenses 2,9

EN ÉL HABITA, tiene su morada fija, TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD, no simplemente la divinidad (derivada del adjetivo divino ), sino la DEIDAD (derivada del sustantivo Dios , más aún, toda la plenitud de la deidad. Y habita CORPORALMENTE; no en sombra y figura, sino en realidad y verdad.


Colosenses 2,11-12

El bautismo es una circuncisión espiritual; una expoliación del CUERPO DE LA CARNE, esto es, del hombre viejo; una comunión o participación de la muerte y sepultura de Cristo para resucitar a una con él.


Colosenses 2,13-15

Pintura atrevida de la redención. Estando nosotros muertos, Dios nos vivificó con Cristo, condonándonos nuestros pecados. Esta condonación se hizo cancelando la escritura que nos condenaba, que era la ley de Moisés. Para ello, Dios canceló el documento que nos era contrario y lo clavó en la cruz. Lo que sigue sobre los principados y potestades, algunos lo han interpretado de los espíritus infernales; pero Pablo habla de los ángeles, que, por haber sido los mediadores de la ley mosaica (Gál_3:19), eran venerados por los colosenses con culto supersticioso. De ellos, pues, dice que Dios los expuso en público espectáculo, dándolos a Cristo como escolta de su carroza triunfal.


Colosenses 2,16

Las prácticas judaicas aquí mencionadas son la abstención de ciertos manjares y bebidas y las fiestas, que Pablo distingue en tres grupos: las grandes fiestas anuales, las mensuales y las semanales.


Colosenses 2,16-18

Se precisa la doctrina de los adversarios, cuyas observancias judaicas y cuyo culto ilegítimo de los ángeles los delata como judaizantes a la vez y gnósticos.


Colosenses 2,17

CUERPO, contrapuesto a SOMBRA, significa realidad y verdad: como CORPORALMENTE en Col_2:9. Con estos términos caracteriza Pablo las dos alianzas: umbrátil la antigua, sólida y consistente la nueva.


Colosenses 2,18

Reprueba aquí Pablo el culto de los ángeles como intermediarios que se interponen entre Cristo y nosotros y eclipsan la persona y la obra del que en todo rigor es el único Mediador. La MENTE DE LA CARNE es la mente carnalizada o hundida en las concupiscencias carnales.


Colosenses 2,20-23

Nueva declaración de los ELEMENTOS DEL MUNDO, entre los cuales se comprenden ciertas abstinencias, de las cuales dice Pablo que, a pesar de sus apariencias de austeridad y piedad, son cosas en si perecederas y cuyo efecto es adelgazar el cuerpo y engrosar la carne: desprovistas, por tanto, de todo valor moral.