Hebreos 11 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 40 versitos |
1 Es la fe una convicción de las cosas que se esperan, argumento de las que no se ven. *
2 Pues por ella merecieron testimonio favorable los antepasados. *
3 Por la fe entendemos haber sido los mundos aparejados por la palabra de Dios, de suerte que no de cosas que estuvieran a la vista ha sido producido eso que se ve. *
4 Por la fe ofreció Abel a Dios un sacrificio superior al de Caín, en razón del cual mereció testimonio de que era justo, dando Dios testimonio favorable sobre sus ofrendas; y por ella, muerto ya, habla todavía. *
5 Por la fe fue Enoc trasladado para que no viese la muerte; y «no compareció, puesto que Dios le había trasladado» (Gen 5:24). Porque anteriormente al traslado había merecido testimonio de haber sido grato a Dios. *
6 Ahora bien, sin fe es imposible ser grato, pues es necesario que quien se llega a Dios crea que existe y que es remunerador para los que le buscan.*
7 Por la fe, Noé, avisado por Dios de cosas que todavía no se veían, inspirado por un religioso temor, construyó un arca para salvación de su casa; fe por la cual condenó al mundo y fue constituido heredero de la justicia que es según la fe. *
8 Por la fe, Abrahán, al ser llamado, obedeció saliendo para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber adonde iba.
9 Por la fe emigró a la tierra de la promesa, como a tierra extraña, habitando en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, los coherederos de la misma promesa;
10 porque aguardaba aquella ciudad asentada sobre los fundamentos, cuyo artífice y constructor es Dios. *
11 Por la fe también la misma Sara cobró vigor para la fundación de un linaje, aun fuera de la sazón de la edad, pues tuvo por fiel al que había hecho la promesa.
12 Por lo cual también de uno solo, y éste amortecido, procedieron (Gen 22:17) «como las estrellas del cielo en muchedumbre, | y como la arena que está en la ribera del mar, innumerable ».
13 En la fe murieron todos éstos sin haber ellos logrado las promesas, sólo de lejos viéndolas y saludándolas, y confesando que eran extraños y forasteros sobre la tierra.
14 Pues los que tal dicen dan bien a entender que andan en busca de una patria.
15 Y si se refirieran a aquella de la cual habían salido, ocasión tuvieran de retornar;
16 mas ahora suspiran por una mejor, esto es, celestial. Por lo cual Dios no se avergüenza de ellos ni tiene a menos el ser apellidado Dios suyo; como que les había preparado una ciudad.
17 Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía al unigénito,
18 respecto del cual le fue dicho que «en Isaac tendrás una posteridad que llevará tu nombre» (Gen 22:1-10);
19 pensando para sí que poderoso es Dios aun para resucitar de entre los muertos; por donde le recobró también en figura. *
20 por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú aun acerca de cosas por venir.
21 Por la fe, Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre la extremidad de su vara. *
22 Por la fe, José, a punto de morir, recordó el éxodo de los hijos de Israel y dio disposiciones acerca de sus restos.
23 Por la fe, Moisés, así que nació, fue tenido oculto durante tres meses por sus padres, como vieron lindo al niño, y no temieron el edicto del rey.
24 Por la fe, Moisés, hecho mayor, repudió el ser llamado hijo de la hija de Faraón,
25 eligiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios que tener el goce pasajero del pecado,
26 reputando por riqueza mayor el oprobio de Cristo que no los tesoros de Egipto, dado que tenía puesta la mira en el galardón. *
27 por la fe abandonó el Egipto, sin temer la cólera del rey, pues, como si viera al invisible, cobró esfuerzo. *
28 Por la fe celebró la Pascua y la aspersión de la sangre, a fin de que el exterminador no tocase sus primogénitos.
29 Por la fe pasaron el mar Rojo como por tierra enjuta, en el cual, habiéndose aventurado, los egipcios fueron tragados.
30 Por la fe se derrumbaron los muros de Jericó después de dar vueltas en torno de ellos por siete días.
31 Por la fe, Rahab la ramera no pereció con los rebeldes, por haber acogido en paz a los exploradores. *
32 Y ¿a qué seguir diciendo? Porque me faltará el tiempo si me pongo a discurrir acerca de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David y Samuel y los profetas,
33 los cuales por la fe conquistaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, *
34 extinguieron la violencia del fuego, escaparon al filo de la espada, convalecieron de la enfermedad, se hicieron fuertes en la guerra, abatieron campamentos de extranjeros. *
35 Recobraron algunas mujeres a sus difuntos gracias a una resurrección. Mas otros fueron estirados en el potro, no admitiendo la liberación por rescate, a fin de alcanzar más aventajada resurrección. *
36 Otros experimentaron ludibrios y azotes y además cadenas y cárcel. *
37 Fueron apedreados, sometidos a prueba, aserrados, murieron al filo de la espada, anduvieron errantes, cubiertos de zamarra, de pieles de cabras, faltos de todo, atribulados, vejados: *
38 de los cuales no era digno el mundo; extraviados por despoblados y montes y cuevas y cavernas de la tierra,*
39 Y todos éstos, si bien recomendados con tales testimonios por razón de su fe, no vieron cumplida en sí mismos la promesa; *
40 disponiendo Dios con su providencia algo mejor acerca de nosotros, a fin de que no llegasen sin nosotros a la consumación. *

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Introducción a Hebreos




EPÍSTOLA A LOS HEBREOS

ANTECEDENTES HISTÓRICOS. — El estado de ánimo de los hebreos palestinenses era verdaderamente excepcional. No se trataba de un, peligro ordinario, como las disensiones de los corintios o las preocupaciones escatológicas de los tesalonicenses; se trataba de una crisis gravísima, decisiva, de la Iglesia de Palestina. En un esfuerzo supremo, presagio de la última catástrofe, el judaísmo se empeñó en restaurar su nacionalidad y esplendor religioso. Terminado ya, o a punto de terminarse, el templo de Jerusalén, comenzado más de ochenta años antes por Herodes el Grande, el culto divino podía ostentar toda su magnificencia. Los judíos cristianos, que no habían roto aún definitivamente con el judaísmo oficial, no podían quedar impasibles ante este aparente resurgimiento; y cuando cotejaban la pompa del culto levítico con la sencillez y pobreza de la naciente liturgia cristiana, se apoderaba de ellos una nostalgia religiosa que comprometía su fe. Y no sólo echaban de menos la esplendidez del culto mosaico, sino también las purificaciones rituales y observancias tradicionales. A todo esto se añadía el temor de los odios y persecuciones con que sus antiguos correligionarios, en aquellos momentos de exacerbación nacionalista, habían de responder a su defección del judaísmo. En suma: sentían un gran vacío moral y religioso, aumentado por el terror de la persecución.

ARGUMENTO DE LA EPÍSTOLA. — Puestos los hebreos al borde del abismo, Pablo, que había deseado ser anatema de Cristo por sus hermanos según la carne, voló en su socorro. Valiéndose del anónimo y velándose con el incógnito, si bien más aparente que real, les escribió una carta, o, mejor, un mensaje de aliento, para desvanecer sus preocupaciones y sus temores. La tesis del escrito es eminentemente práctica, y consta de dos afirmaciones íntimamente relacionadas entre si. La primera y principal establece la virtud santificadora de la nueva religión: virtud más poderosa de una santidad más perfecta; la segunda, consecuencia de la primera, infunde valor para no desmayar ante las persecuciones. Al anhelo de perfección, aunque algo extraviado, de los hebreos, responde Pablo, no refrenando esos ímpetus del corazón religioso, antes bien, dando al espíritu mayores vuelos y levantándose a alturas jamás imaginadas.

Para presentar en toda su dignidad y eficacia la santidad cristiana, inmensamente superior a la santidad mosaica, establece un parangón, que fácilmente se convierte en antítesis, entre la antigua y la nueva alianza. Esta comparación entre las dos alianzas, presente siempre a los ojos del autor, es la base y la síntesis de toda su demostración: la antigua alianza, pasajera, preparatoria, imperfecta; la nueva alianza, eterna, definitiva, perfectísima. Pero este cotejo o contraste apenas sale, diríamos, a la superficie; no quiere Pablo herir demasiado en lo vivo
los sentimientos de los judíos; lo que aparece radiante en primer término es la persona amable de Cristo, Autor y Consumador de la fe. En la antigua alianza. Dios se comunicó al pueblo por medio de los ángeles y Moisés, siervo de Dios; en la nueva habla a los hombres por Cristo, hijo de Dios, inmensamente superior a los ángeles y a Moisés. En la antigua alianza, los hombres se comunicaban con Dios por medio del sacerdocio de Aarón, ineficaz y transitorio; en la nueva alianza se comunica por medio de Cristo, sacerdote único y eterno según el orden de Melquisedec. En la antigua alianza los ministerios de mensajero y pontífice estaban repartidos; en la nueva, Cristo los asume todos en sí, Apóstol y Pontífice de nuestra fe. Pero llega más alto el vigor sintético y elevación teológica del autor. Si Cristo reúne en su persona toda la grandeza religiosa de la nueva alianza, su sacrificio en la cruz condensa a su vez toda la obra de Cristo. El sacrificio del Pontífice eterno, punto central de toda la demostración, es juntamente la clave de los dos problemas que en ella se desenvuelven.

AUTOR, LENGUA, TIEMPO Y LUGAR. — Que el autor de la Ep. a los Hebreos sea Pablo, no admite duda; no es, con todo, improbable que a las órdenes del Apóstol, bajo su dirección y responsabilidad, colaborase un redactor cuyo nombre no ha llegado hasta nosotros. La lengua original en que se escribió la Epístola no es la hebrea o la aramea, como alguno imaginó, sino la griega, más pura aquí que en otros escritos del N. T. Escribióse, según todas las probabilidades, después de haber sido martirizado Santiago el Menor, obispo de Jerusalén, a cuya muerte se alude en 13:7, y después también de la primera cautividad romana de Pablo, inmediatamente antes o después de su viaje a España. La frase final «Os saludan los de Italia» (13:24) parece indicar haberse escrito la carta desde alguna ciudad de Italia, acaso desde Roma,

DIVISIÓN. — El cuerpo de la Epístola consta de dos partes. La primera, dogmática, presenta a Jesu-Cristo como Dios, sacerdote y víctima (1:5-10:18); la segunda, parenética, contiene exhortaciones a la perseverancia en la fe y a la constancia en la tribulación, seguidas de recomendaciones particulares (10:19-13:17).




Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Hebreos 11,1

LA FE que habla aquí el Apóstol es la actual, es decir, el acto de fe. De dos maneras la define. Es primeramente una CONVICCIÓN DE LAS COSAS QUE SE ESPERAN, esto es, una persuasión racional que nos hace mirar como real y subsistente el mundo sobrenatural; o, en términos más teológicos, un asentimiento de la inteligencia a la palabra de Dios, que nos ha revelado la economía de la salud humana. Es además UN ARGUMENTO DE LAS COSAS QUE NO SE VEN, es decir, tiene la eficacia de la demostración más convincente, por cuanto comunica por si misma al espíritu la certidumbre que normalmente producen los argumentos. No es, por tanto, la fe una ciega confianza de la voluntad, ni un sentimiento del corazón.


Hebreos 11,2

POR ELLA MERECIERON TESTIMONIO…: por semejante fe los antiguos santos del pueblo de Dios obtuvieron testimonio de que eran justos y gratos al Señor.


Hebreos 11,3

LOS MUNDOS: literalmente los siglos , esto es, el universo entero, sujeto a las vicisitudes de los siglos.

|| APAREJADOS: artificiosamente dispuestos y ordenados.En el primer hemistiquio de este versículo habla Pablo, principalmente, de la segunda creación, esto es, de la obra sucesiva de los seis días. En cambio, en el segundo habla de la primera creación: donde la expresión NO DE COSAS QUE ESTUVIERAN A LA VISTA quiere decir no de materia preexistente . Es la creación ex nihilo .


Hebreos 11,4

HABLA TODAVÍA: el clamor de su sangre, que pedía venganza, pronto cesó; mas no ha cesado, ni cesará jamás, el clamor de su fe y de su justicia.


Hebreos 11,5

Que Enoc no murió lo afirma Pablo. Adonde fue trasladado, no lo sabemos. Que volverá al fin del mundo, juntamente con Elías, como precursor de Cristo Juez, es tradición antiquísima y respetable.


Hebreos 11,6

La fe, raíz de la justificación, es necesaria para la salvación. PUES ES NECESARIO QUE QUIEN SE LLEGA A DIOS con el espíritu, con la oración, con el culto, CREA dos cosas: QUE EXISTE Y QUE ES REMUNERADOR. Porque quien no cree en la existencia de Dios, ¿como pensará en llegarse a él? Y quien no cree en un Dios remunerador, ¿con qué alientos emprenderá el arduo camino de la justicia?


Hebreos 11,7

LAS COSAS QUE TODAVÍA NO SE VEÍAN: esto es, el diluvio, que había de sobrevenir ciento veinte años más tarde.

|| CONDENÓ AL MUNDO: la fe de Noé, contrastando con la incredulidad universal, puso de manifiesto la perversidad del mundo.


Hebreos 11,10

AQUELLA CIUDAD: la celeste y eterna, en la cual tenía Abrahán puestos los ojos de su fe mientras moraba en tiendas portátiles.


Hebreos 11,19

EN FIGURA: la preservación de Isaac se convirtió en tipo de resurrección de Jesu-Cristo; como también el sacrificio del unigénito, espiritualmente consumado en el corazón del padre y místicamente realizado en la inmolación del carnero, figuró el sacrificio sangriento del Redentor.


Hebreos 11,21

ADORÓ…: esta expresión ambigua, literalmente traducida, suena: ADORÓ INCLINADO SOBRE o hacia LA EXTREMIDAD DE SU VARA. El sentido más obvio es: (Jacob) inclinado adoró (a Dios) (apoyándose) sobre la extremidad de su (propio) báculo.


Hebreos 11,26

EL OPROBIO DE CRISTO: prefigurado en las persecuciones de Israel.

|| El tener PUESTA LA MIRA EN EL GALARDÓN divino en ninguna manera se opone a la perfección del amor de Dios; de lo contrario, no lo contara Pablo entre los méritos de Moisés.


Hebreos 11,27

ABANDONÓ EL EGIPTO: sacando de allí al pueblo de Israel.


Hebreos 11,31

POR LA FE, RAHAB…: Santiago atribuye la justificación de Rahab a sus obras, mientras que Pablo atribuye a su fe su salvación. Ambas afirmaciones, lejos de contradecirse, se completan y suponen mutuamente. Pues las obras, que ensalza Santiago, nacían de la fe; y la fe, que enaltece Pablo, se traducía en obras.


Hebreos 11,33

CONQUISTARON REINOS: como los Jueces y David.

|| OBRARON JUSTICIA: como Samuel y David.

|| ALCANZARON PROMESAS: como el mismo David la de un trono eterno.

|| TAPARON BOCAS DE LEONES: como Daniel en el lago de Babilonia.


Hebreos 11,34

EXTINGUIERON LA VIOLENCIA DEL FUEGO: como los tres jóvenes hebreos de Babilonia.

|| ESCAPARON AL FILO DE LA ESPADA: como David, que escapó de las manos de Saúl; Elías, de las iras de Jezabel; Eliseo, de la espada de Jorán.

|| CONVALECIERON: como el piadoso rey Ezequías.

|| FUERTES EN LA GUERRA: como los Jueces y David.

|| ABATIERON CAMPAMENTOS DE EXTRANJEROS: como los Macabeos.


Hebreos 11,35

ALGUNAS MUJERES: como la viuda de Sarepta y la Sunamitís, cuyos hijos fueron resucitados por Elías y Eliseo.

|| ESTIRADOS EN EL POTRO: como Eleázaro.


Hebreos 11,36

EXPERIMENTARON LUDIBRIOS: como Eliseo, Job, Tobías.

|| AZOTES: como los hijos de Israel en Egipto.

|| CADENAS Y CÁRCEL: como Miqueas y Jeremías.


Hebreos 11,37

APEDREADOS: como Nabot jezraelita y Zacarías, hijo de Joiadas.

|| SOMETIDOS A PRUEBA: como el paciente Job.

|| ASERRADO: como Isaías, según la tradición.

|| AL FILO DE LA ESPADA: como tantos profetas bajo el reinado del impío Acab.

|| ANDUVIERON ERRANTES: como David y Elías.

|| CUBIERTOS DE ZAMARRAS…: como Elías y Eliseo.

|| FALTOS DE TODO…: como David, Elías y muchos fieles israelitas en tiempo de los Macabeos.


Hebreos 11,38

EXTRAVIADOS…: como David, perseguido por Saúl, y Matatías con sus hijos.


Hebreos 11,39

NO VIERON…LA PROMESA: no lograron ver con sus ojos al Mesías prometido.


Hebreos 11,40

DISPONIENDO DIOS…: que ellos guardasen la realización de la promesa, para dar tiempo a las generaciones de justos que habían de venir, a fin de que todos juntos llegasen a la consumación de la vida eterna por la universal resurrección.