I Pedro 2 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 25 versitos |
1

Piedras vivas del templo de Dios

Renuncien, pues, a toda malicia, a todo engaño, hipocresía, envidia o maledicencia. º
2 Como niños recién nacidos, nútranse de la leche pura del Espíritu para que con ella crezcan y reciban la salvación, º
3 ya que º han gustado la bondad del Señor. º
4 Al integrarse en él, piedra viva rechazada por los humanos, pero escogida y preciosa para Dios, º
5 también ustedes, como piedras vivas, se van construyendo como templo espiritual para formar un sacerdocio consagrado º que, por medio de Jesucristo, ofrezca sacrificios espirituales y agradables a Dios. º
6 Pues dice la Escritura: Miren, yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; quien ponga su confianza en ella, no se verá defraudado. º
7 Piedra de gran valor para ustedes los creyentes. En cambio, para los incrédulos: La piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal, º
8 en piedra de tropiezo, en roca donde uno se estrella. Y, efectivamente, en ella tropiezan los que no aceptan el mensaje; tal es su destino º. º
9 Pero ustedes son raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada º, pueblo de su posesión, destinado a proclamar las grandezas de quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. º
10 Ustedes que antes eran “no pueblo”, son ahora pueblo de Dios; ustedes que no eran amados, son ahora objeto de su amor. º
11

Modelos de conducta

Queridos hermanos, ustedes son gente de paso en tierra extraña. Por eso les exhorto a que luchen contra los apetitos desordenados * que hacen guerra al espíritu º. º
12 Pórtense ejemplarmente entre los paganos, para que sus buenas acciones desmientan las calumnias de quienes los consideran malhechores, y puedan también ellos glorificar a Dios el día en que venga a visitarlos º. º
13 En atención al Señor, presten acatamiento a toda autoridad humana, ya sea al jefe del Estado º en su calidad de soberano, º
14 ya a los gobernantes puestos por Dios para castigar a los malhechores y premiar a quienes observan una conducta ejemplar.
15 Porque la voluntad de Dios es que, haciendo el bien, cierren ustedes la boca de los ignorantes e insensatos.
16 Son libres, pero utilicen la libertad para servir a Dios y no como patente de libertinaje. º
17 Traten a todos con deferencia, amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al jefe del Estado. º
18 Que los empleados acaten con todo respeto las órdenes de sus jefes, no sólo de los buenos y amables, sino también de los impertinentes. º
19

III.— TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO RESUCITADO (2:19—4:19)

Imitar a Jesucristo

Es una bella cosa aguantar vejaciones injustas conscientes de que Dios así lo quiere.
20 Si los golpearan por ser culpables, ¿qué mérito tendría su aguante? Pero que sufran y aguanten aun habiendo hecho el bien, es cosa que agrada a Dios. º
21 Precisamente a eso han sido llamados: a seguir las huellas de Cristo, que padeciendo por ustedes, les dejó un modelo que imitar: º
22 Cristo, que ni cometió pecado ni se encontró mentira en sus labios. º
23 Cuando lo injuriaban, no respondía con injurias, sino que sufría sin amenazar y se ponía en manos de Dios, que juzga con justicia. º
24 Cargando sobre sí nuestros pecados, los llevó hasta el madero * para que nosotros muramos al pecado y vivamos con toda rectitud º. Han sido, pues, sanados a costa de sus heridas; º
25 Antes, en efecto, ustedes andaban como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al que es pastor y guardián * de sus vidas º. º

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Introducción a I Pedro

INTRODUCCIÓN


1. Características generales


Este escrito, unánime y constantemente atribuido hasta el siglo XIX al apóstol Pedro, presenta de entrada todas las características de una carta, y de una carta cristiana. Comienza con la mención del remitente y de los destinatarios y con los habituales deseos de gracia y paz (1Pe 1:1-2); en el cuerpo del escrito se incluyen varias indicaciones personales referidas tanto al remitente (1Pe 1:8; 1Pe 2:23-25; 1Pe 5:1-2) como a los destinatarios (1Pe 2:12; 1Pe 2:18; 1Pe 2:25; 1Pe 3:1-5; 1Pe 3:13-17; 1Pe 4:1-6; 1Pe 4:12-17); y el final es también inequívocamente epistolar (1Pe 5:12-14).


Es una carta escrita, como confiesa el propio autor, para animar y asegurar (1Pe 5:12), para exhortar y confirmar en la fe a los destinatarios que parecen estar pasando por momentos de prueba y dificultad. Tiene todas las apariencias de ser una carta circular que ha de ser leída públicamente en las asambleas litúrgicas; así lo sugieren las varias doxologías intercaladas en el curso de la carta (1Pe 1:3-12; 1Pe 4:11; 1Pe 5:10-11). Escrita en un griego de buena calidad (las citas del AT están tomadas de la Biblia griega de los LXX), transmite una sensación tal de seguridad, de entusiasmo y de alegría, que el lector queda cautivado desde el primer momento. Es como un grito de esperanza para tiempos de inclemencia. Alguien ha escrito que es la carta que cabía esperar de aquel a quien Jesús había encomendado la misión de ayudar a los hermanos a permanecer firmes en la fe (Luc 22:32).


2. Marco histórico


Siguen siendo numerosos los biblistas que piensan en el apóstol Pedro como autor responsable personal de la carta. La habría redactado con la ayuda de Silvano (Silas) y tal vez de Marcos (1Pe 5:12-13) poco antes el año 64 d. C., probablemente en Roma, a la que designaría con el nombre simbólico de Babilonia (1Pe 5:13). Los argumentos en contra de tal atribución (la buena calidad del griego, los contactos con la teología paulina, un pretendido desconocimiento de la figura histórica de Jesús, una cristología bastante desarrollada y el ambiente de persecución generalizada contra el cristianismo que se reflejaría en la carta y que no habría tenido lugar hasta los tiempos del emperador Domiciano en la década de los 80) no parecen decisivos, aunque tampoco son desdeñables. En la hipótesis de la no autenticidad petrina, habría que pensar en alguien perteneciente a la “escuela” de Pedro que no muchos años después de la muerte de su maestro se dirige a una serie de iglesias cristianas con problemas; unas iglesias a las que intenta confortar manteniendo vivo el recuerdo y la tradición del apóstol Pedro. La cuestión está aún sin resolver.


En cualquier caso, se trataría de comunidades establecidas en zonas más bien rurales, no muy comunicadas entre sí, compuestas de gente sobre todo humilde — campesinos y pastores (1Pe 2:18-25) — y oriunda en su mayor parte del paganismo (1Pe 1:14; 1Pe 1:18; 1Pe 4:3). Comunidades, sin embargo, que ya han adquirido una cierta familiaridad con la Escritura del AT y que, al menos en parte, podrían situarse en la órbita paulina. La mención del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia como regiones donde están asentadas las iglesias destinatarias de la carta (1Pe 1:1), puede entenderse en sentido estricto, pero también como representación de un amplio círculo de cristianos que, dispersos en un ambiente hostil, viven una situación de inseguridad y de amenaza constante (1Pe 2:11-12; 1Pe 3:13-17; 1Pe 4:1-6).


3. Contenido


A primera vista puede parecer que la primera carta de Pedro (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura 1 Pe) no aporta nada verdaderamente importante a la teología del NT. Si acaso, la consideración de los cristianos como sacerdocio consagrado, sacerdocio real (1Pe 2:5; 1Pe 2:9) y el dato de la predicación de Jesucristo a los espíritus encarcelados (1Pe 3:19). Pero si bien se mira, 1 Pe constituye una magnífica síntesis de la fe cristiana y de la conducta vinculada a dicha fe. De ahí el interés que actualmente despierta entre los comentaristas del NT.


En líneas generales puede decirse que el tema de la pasión-resurrección de Cristo constituye la clave doctrinal de la carta. Tanto literaria como teológicamente, este tema ocupa el centro de la exposición (1Pe 3:181Pe 4:11) e inspira el resto de las enseñanzas y exhortaciones del autor. Destacan particularmente dos textos cristológicos (1Pe 2:21-25 y 1Pe 3:18-22), que son como dos primitivos credos cristianos. Sobre ellos se hace gravitar la esperanza y casi la seguridad de poder superar cualquier clase de dificultades (1Pe 3:13-17; 1Pe 4:19-19) y de alcanzar la salvación definitiva (1Pe 1:3-12; 1Pe 5:10-11) mediante una vida libremente entregada al servicio de Dios (1Pe 2:16) y de la comunidad humana (1Pe 4:8-11). Este servicio, concretado en una vida santa (1Pe 1:15-16), debe ejercerse en el seno de la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios constituido en raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada (1Pe 2:9), y compromete absolutamente a todos los cristianos cualquiera sea su condición o situación social (1Pe 1:13-16; 1Pe 2:18; 1Pe 3:1-8; 1Pe 5:1-3; 1Pe 5:5-7).


Y junto al tema de la pasión-resurrección de Cristo, destaca también el de la esperanza. Una esperanza que tiene su origen en Dios (1Pe 1:3), que aspira a una herencia incorruptible e imperecedera en los cielos (1Pe 1:4-5), que es fuente de una vida activa y comprometida (1Pe 1:13) y que está en la raíz del optimismo y confianza que rezuma la carta (1Pe 1:6-9; 1Pe 3:14-15).


4. Estructura


Alternan en la carta breves exposiciones con exhortaciones más extensas, indicativos con imperativos; se repiten términos claves y se observa una cierta disposición simétrica del material. Aun reconociendo la dificultad para establecer una estructura concreta y bien definida, pueden señalarse los siguientes momentos principales de la carta:


— Saludo (1Pe 1:1-2)


I. — UNA HERENCIA RESERVADA EN LOS CIELOS (1Pe 1:3-12)


II. — UN NUEVO ESTILO DE VIDA (1Pe 1:131Pe 2:18)


III. — TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO RESUCITADO (1Pe 2:191Pe 4:19)


IV. — CONSEJOS DIVERSOS (1Pe 5:1-14)


Fuente:

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Notas

I Pedro 2,1Efe 4:22; Stg 1:21.


I Pedro 2,21Co 3:2; Heb 5:12-13.
I Pedro 2,3Sal 34:8.
I Pedro 2,3— ya que: Varios mss., entre ellos algunos de los más antiguos y mejores, dicen: si es que.
I Pedro 2,4Isa 28:16; Sal 118:22.
I Pedro 2,5— sacerdocio consagrado: Lit. sacerdocio santo. Ver notas a Jua 17:17 y Rom 1:7.
I Pedro 2,5Éxo 19:6; (ver Isa 61:6); Apo 1:6; Apo 20:6; Rom 12:1; Heb 13:15.
I Pedro 2,6Isa 28:16; (ver Rom 9:32-33; Efe 2:20).
I Pedro 2,7Sal 118:22, (ver Mat 21:42; Hch 4:11; 1Pe 2:4).
I Pedro 2,8Isa 8:14; (ver Luc 2:34; Rom 9:33).
I Pedro 2,8— tal es su destino: Todo este pasaje responde al interés que tenía la Iglesia primitiva en explicar la incredulidad de Israel basándose en el AT (ver Rom 9:1-33; Rom 10:1-21).
I Pedro 2,9Éxo 19:6; Deu 7:6; Isa 9:2; Isa 43:20; Hch 26:18, Efe 5:8; Col 1:13.
I Pedro 2,9— nación consagrada: Ver nota a 1Pe 2:5.
I Pedro 2,10Ose 1:9; Ose 1:10, Ose 2:1, Ose 2:23; (ver Rom 9:25).
I Pedro 2,111Pe 1:1; Gál 5:17; Stg 4:1.
I Pedro 2,11— apetitos desordenados: Lit. apetitos carnales. Ver nota a Rom 7:5.

— al espíritu: El término griego psiché aquí empleado y que ha sido habitualmente traducido por alma, corresponde por lo general al vocablo hebreo nefesh que en la cultura semita tiene un significado rico y complejo equivalente con frecuencia a lo que nosotros llamamos vida o persona. En el presente pasaje, sin embargo, habida cuenta del contexto inmediato, se ha traducido por espíritu.
I Pedro 2,12— a visitarlos: Esta expresión se emplea en el AT con un doble valor: tanto para indicar la presencia de Dios que salva (Gén 50:25; Luc 1:68; Luc 7:16; Luc 19:44), como la de Dios que castiga (Isa 10:3; Jer 6:15), especialmente en el día del juicio (Sab 3:7). En el presente caso, caben las dos posibilidades, aunque tal vez sea más probable la que se refiere al tiempo en que los paganos reciban la gracia de la conversión.
I Pedro 2,12Mat 5:16.
I Pedro 2,13— jefe del Estado: Lit. rey.
I Pedro 2,13Rom 13:1-7; Tit 3:1.
I Pedro 2,16Gál 5:13.
I Pedro 2,171Pe 1:22; Pro 24:21; Rom 12:10.
I Pedro 2,18Efe 6:5-8; Col 3:22-25; Col 4:1; Tit 2:9.
I Pedro 2,201Pe 3:14; 1Pe 3:17.
I Pedro 2,21Mat 16:24; Jua 13:15.
I Pedro 2,22Isa 53:9; (ver Jua 8:46; 2Co 5:21; 1Jn 3:5).
I Pedro 2,23Isa 53:7; (ver 1Pe 3:9).
I Pedro 2,24— hasta el madero: Clara alusión al suplicio de la cruz padecido por Cristo; la expresión se inspira en Deu 21:22.

— rectitud: El autor utiliza el vocablo griego dikaiosine de rico y complejo significado. Ver nota a Stg 1:20.
I Pedro 2,24Isa 53:4-5; Isa 53:12; Rom 4:25; Gál 3:13.
I Pedro 2,251Pe 5:4; Isa 53:6; Eze 34:5-6; Mat 9:36; Mar 6:34.
I Pedro 2,25— pastor y guardián: Lit. pastor y obispo. En cuanto a pastor, ver nota a Jua 10:11. Y por lo que se refiere a obispo, este pasaje puede ser un ejemplo de cómo el vocablo en cuestión fue modificando su valor originario de vigilante, inspector, guardián, hasta adquirir el significado técnico que hoy tiene en muchas iglesias cristianas. Parece que el autor de esta carta lo emplea todavía con su valor originario. Ver notas a Flp 1:1 y 1Ti 3:1-2.

— vidas: La palabra griega utilizada es, como en 1Pe 2:11, psiché (ver nota correspondiente). Pero en esta ocasión el sentido de vida o persona resulta el más apropiado.