I Juan 5 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 21 versitos |
1 Todo el que cree que Jesús es el Mesías, de Dios ha nacido: y todo el que ama al que engendró, ama también al que ha nacido de él. *
2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amáremos a Dios y pusiéremos por obra sus mandamientos. *
3 Porque éste es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son pesados,
4 Pues todo el que ha nacido de Dios, vence el mundo; y ésta es la victoria que venció el mundo: nuestra fe.
5 Y ¿quién es el que vence el mundo sino quien cree que Jesús es el Hijo de Dios?
6 Este es el que vino por agua y sangre, Jesús Mesías: no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre. Y el Espíritu es quien testifica, porque el Espíritu es la verdad. *
7 Pues tres son los que testifican: *
8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en uno.
9 Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio de Dios, por cuanto testificó acerca de su Hijo. *
10 Quien cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí. Quien no cree a Dios, por mentiroso le tiene, por cuanto no ha creído en el testimonio que Dios ha testificado acerca de su Hijo.*
11 Y éste es el testimonio: que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
12 Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
13 Estas cosas os escribí para que sepáis que tenéis vida eterna, a vosotros los que creéis en el nombre del Hijo de Dios. *
14 Y ésta es la segura confianza que tenemos con él: que si alguna cosa pidiéremos, según su voluntad, nos escucha. *
15 Y si sabemos que nos escucha en cuanto le pidiéremos, sabemos que alcanzamos las peticiones que le hemos pedido.
16 Si uno viere a su hermano cometiendo un pecado no de muerte, pedirá, — y Dios le dará vida, a los que pecan no para muerte. Hay pecado para muerte; no digo que se ruegue por él.*
17 Toda injusticia es pecado, y hay pecado que no es para muerte.
18 Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, mas el que nació de Dios se guarda a sí mismo, y el malo no le toca. *
19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo todo estriba en el malo. *
20 Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero, y estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesu-Cristo. Este es el verdadero Dios y vida eterna. *
21 Hijuelos, guardaos de los ídolos.

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Introducción a I Juan




I EPÍSTOLA DE SAN JUAN

EL AUTOR. — El autor de la Epístola no es otro que el autor del cuarto Evangelio. Aun cuando la tradición no lo afirmara, bastaba la crítica interna para convencerle plenamente. La identidad de pensamiento y de estilo - y se trata del pensamiento y del estilo de Juan, inimitables - delatan la mano del autor. OCASIÓN Y OBJETO. — Entre los discípulos de Cristo habían comenzado a surgir los anticristos. El principal de ellos era Cerinto, que rebajaba torpemente la persona del Salvador. Imaginando que el Cristo era un ser superior, un eón, enseñaba que se unió a él en el bautismo de Juan, pero que le desamparó en la cruz; admitía que Cristo había venido en agua, pero no en sangre. Contra esas novelerías blasfemas alza su voz el apóstol para afirmar que «éste es el que vino por agua y sangre, Jesús Mesías: y Mesías no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre» 5:6): Mesías en el bautismo y Mesías en la cruz. Y también Hijo de Dios. Naturalmente, a la heterodoxia de la doctrina seguía el desarreglo de las costumbres. Por esto el apóstol, además de volver por los fueros de la verdad y de la tradición apostólica (2:24; 3:11), inculca el apartamiento del mundo y la observancia de los mandamientos, singularmente del gran mandamiento, antiguo y nuevo, del amor. CARÁCTER. — La Epístola, que apenas tiene la forma de carta ordinaria, es más bien un mensaje y un testimonio. Y al transmitir este mensaje, Juan se remonta a las supremas categorías de la verdad, de la vida y del amor. No menos que la verdad, el amor es luz. Dios es luz, y luz también su revelación y sus mandamientos; y quien los observa está en la luz y camina en la luz. A la alteza trascendente del pensamiento responde la luminosa diafanidad de la palabra. Reaparecen en la Epístola aquellas repeticiones rítmicas y orientadoras del Evangelio y aquellas ondulaciones concéntricas y harmónicas. Y todo esto en un lenguaje sereno, plácido, sugestivo, maravilla literaria, sólo superada por la palabra del Maestro.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

I Juan 5,1

HA NACIDO…, ENGENDRÓ: nuestra filiación divina es algo más que una pura adopción jurídica.


I Juan 5,2

En 1Jn_4:20 se dice que la caridad fraterna es señal del amor de Dios; aquí, inversamente, que el amor de Dios es señal de la caridad fraterna. No hay contradicción. Allí se habla del hecho, aquí del principio o del derecho.


I Juan 5,6

Jesu-Cristo VINO POR AGUA, por cuanto el bautismo de Juan fue como la señal oficial de su mesianidad; y vino por SANGRE, por cuanto su muerte redentora estableció el reino mesiánico.

|| El ESPÍRITU…TESTIFICA no sólo en el bautismo de Juan y en Pentecostés, sino también constantemente en el corazón de los fieles (1Jn_3:24; 1Jn_4:2; 1Jn_4:6; 1Jn_4:13).


I Juan 5,6-12

En dos ciclos se divide esta sección. En el primero (1Jn_5:6-8) se mencionan los tres testigos: Espíritu, agua y sangre. En el segundo (1Jn_5:9-12) se declara el valor divino y el objeto de su testimonio.


I Juan 5,7-8

La adición de la Vulgata Clementina sobre los tres testigos celestes, el Padre, el Verbo y el Espíritu S., no se halla en los códices griegos, y, entre los latinos, sólo se lee en algunos códices españoles. Es probable que su origen sea africano.


I Juan 5,9

MAYOR ES…: más digno de fe.


I Juan 5,10

TIENE EL TESTIMONIO de Dios EN SÍ: lo admite como verídico y además lo posee como prenda de salud eterna.


I Juan 5,13

CREÉIS EN EL NOMBRE…: el NOMBRE, título o dignidad de Hijo DE DIOS es aquí el objeto de la fe.


I Juan 5,14

SEGÚN SU VOLUNTAD: según su beneplácito o inclinación a escucharnos.


I Juan 5,16-17

PECADO PARA MUERTE no es todo pecado mortal, sino algún pecado más atroz, en que el pecador deliberadamente se obstina, con lo cual se cierra el camino de la penitencia. Tal podría ser la apostasía o el odio irreconciliable contra su hermano.


I Juan 5,18

EL QUE HA NACIDO DE DIOS NO PECA: Cf. 1Jn_3:6; 1Jn_3:9.


I Juan 5,19

EL MUNDO TODO ESTRIBA EN EL MALO: el demonio es la base, el sostén y el inspirador de los criterios y de los goces mundanos.


I Juan 5,20

ESTE ES EL VERDADERO…: el pronombre ÉSTE se refiere a Jesu-Cristo. Las razones de esta significación o atribución cristológica son:
1) la denominación EL VERDADERO (precedido de artículo) la emplea Juan como propia y personal del Hijo (Rev_3:7; Hch_19:11);
2) la denominación VIDA (O VIDA ETERNA), predicada por identidad y como sustantivamente, resérvala igualmente á sólo el Hijo (Jua_11:25; Jua_14:16; 1Jn_1:2; 1Jn_5:11-12…);
3) el pronombre «éste» se refiere al nombre inmediatamente precedente, cuando no se refiere al sujeto lógico de toda la frase; y aquí Jesu-Cristo es el sustantivo precedente y el sujeto predominante de toda la frase;
4) tal es la interpretación general de los Santos Padres, entre los cuales pueden citarse Atanasio, Basilio, Dídimo Alejandrino, Cirilo Alejandrino, Ambrosio, Agustín, Jerónimo, Hilario y otros muchos. En este supuesto, probablemente la frase entera parece debe interpretarse y puntuarse así: «ESTE, Jesu-Cristo, ES EL VERDADERO, es Dios y VIDA ETERNA». Y si así es, tenemos uno de los testimonios más espléndidos de la divinidad de Cristo.