Apocalipsis  7 Septuaginta en Español (Jünemann, 1992) | 17 versitos |
1 Y después de esto vi, cuatro ángeles estantes sobre los cuatro ángulos de la tierra, señoreando los cuatro vientos de la tierra, para que no sople viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre todo árbol.
2 Y vi otro ángel ascendiendo del oriente del sol, teniendo sello del Dios viviente; y clamó con voz grande a los cuatro ángeles a quien se les dio dañar la tierra y el mar,
3 diciendo: «No dañéis la tierra ni el mar, ni los árboles, hasta que sellemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes».
4 Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro millares de sellados de toda tribu de hijos de Israel;
5 de tribu de Judá, doce millares de sellados; de tribu de Rubén, doce millares; de tribu de Gad, doce millares;
6 de tribu de Aser, doce millares; de tribu de Neftalí, doce millares; de tribu de Manasés, doce millares;
7 de tribu de Simeón, doce millares; de tribu de Leví, doce millares; de tribu de Isacar, doce millares;
8 de tribu de Zabulón, doce millares; de tribu de José, doce millares; de tribu de Benjamín, doce millares de sellados (a) .
9 Después de esto vi, y he aquí turba mucha que contarla nadie podía, de toda gente, y tribus, y pueblos y lenguas, estantes a faz del trono y a faz del Cordero, vestidos de estolas albas, y palmas en sus manos.
10 Y claman con voz grande, diciendo: «La salud a nuestro Dios, al sentado en el trono, y al Cordero».
11 Y todos los ángeles estaban en torno del trono, y de los ancianos y de los cuatro vivientes; y cayeron a faz del trono sobre sus rostros y adoraron a Dios,
12 diciendo: «Amén. La bendición y la gloria, y la sabiduría, y el agradecimiento, y el honor, y la potestad y la fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos; amén».
13 Y respondió (b) uno de los ancianos, diciéndome: «Estos los vestidos de las estolas las esplendentes ¿quiénes son, y de dónde han venido?»
14 Y he dicho: «Señor mío, tú lo sabes». Y díjome: «Estos son los que vienen de la tribulación la grande; y lavaron sus estolas y esplendoráronlas en la sangre del Cordero.
15 Por esto están a faz del trono de Dios y sírvenle día y noche en su templo; y el sentado en el trono aposentárase en ellos.
16 No tendrán hambre ya, ni sed ya; ni habrá de caer sobre ellos el sol ni todo ardor;
17 pues el Cordero el en medio del trono pastorearáles y encaminaráles a de vida manantiales de agua; y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos».


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Introducción a Apocalipsis 

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Fuente: Jünemann (1992)

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Notas

Apocalipsis  7,8
8 a. Todos ellos israelitas convertidos al fin del mundo y sellados con el martirio, y víctimas del Anticristo.



Apocalipsis  7,13
13 b. A mi pregunta interior, a mi deseo de saber.