Judith 1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 16 versitos |
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Nabucodonosor y Arfaxad

En el año duodécimo * del reinado de Nabucodonosor, rey de los asirios * en la gran ciudad de Nínive, Arfaxad * era rey de los medos en Ecbatana º.
2 Este último º hizo levantar en torno a Ecbatana un muro de piedras labradas. Cada una de ellas medía un metro y medio de ancho por tres de largo, y la altura del muro era de treinta y cinco metros, y de veinticinco su espesor.
3 Junto a las puertas de la ciudad mandó construir torres de cincuenta metros de altura, sobre cimientos de treinta metros de lado;
4 y en cuanto a las puertas, las construyó de treinta y cinco metros º de alto por veinte de ancho, para que por ellas saliera su poderoso ejército y desfilase su infantería.
5 Por aquella época, el rey Nabucodonosor guerreó contra el rey Arfaxad en la gran llanura que está en los términos de Ragau º.
6 A Nabucodonosor se le unieron todos los habitantes de la región montañosa, los que vivían en las riberas del Éufrates, del Tigris y del Hidaspes *, y también todos los de las llanuras de Arioc *, rey de los elamitas. Entonces se unieron muchos otros pueblos para combatir contra los descendientes de Jeleud º.
7 Nabucodonosor, rey de los asirios, envió mensajes a los habitantes de Persia y a los que vivían en occidente: en Cilicia, en Damasco, en el Líbano y en el Antilíbano, además de a todos los habitantes de la costa.
8 También a los pueblos del Carmelo, de Galaad, de la Alta Galilea y de la gran llanura de Esdrelón; º
9 así como a los habitantes de Samaría y sus ciudades, a los del otro lado del Jordán hasta Jerusalén, a los de Batane, Jelús * y Cadés; a los del río de Egipto º, a los de Tafnes y Ramesés, y a todo el país de Gosén
10 hasta más allá de Tanis y Menfis, y a los que habitaban en Egipto, hasta la misma frontera de Etiopía.
11 Pero todos los que vivían en aquellas tierras despreciaron el llamamiento de Nabucodonosor, rey de los asirios; se negaron a ir con él a la batalla, pues no le temían, porque les parecía un hombre falto de aliados. De modo que, después de afrentar a sus mensajeros, los despidieron con las manos vacías. º
12 Nabucodonosor se llenó de cólera contra todos aquellos países, y juró por su trono y por su reino que tomaría venganza de las regiones de Cilicia, Damasco y Siria: que pasaría a cuchillo a todos sus habitantes, lo mismo a los del país de Moab que a los amonitas, a todos los de Judea y a los de Egipto hasta la región de los dos mares. º
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Victoria de Nabucodonosor sobre Arfaxad

El año decimoséptimo de su reinado, Nabucodonosor atacó con sus tropas al rey Arfaxad: trabó batalla contra él, lo derrotó y puso en fuga a todo su ejército con toda su caballería y sus carros.
14 Luego conquistó sus ciudades, avanzó hasta Ecbatana º y se apoderó de sus torres; saqueó las plazas y convirtió su esplendor en ignominia. º
15 Hizo prisionero a Arfaxad en los montes de Ragau, lo acribilló a lanzadas y lo aniquiló definitivamente.
16 Después regresó con sus tropas, con aquella inmensa multitud de guerreros que lo habían seguido; y durante ciento veinte días se entregaron él y su ejército a comer bien y a descansar. º

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Introducción a Judith

INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


El libro de Judit nos cuenta el conflicto que se produce cuando las pretensiones expansionistas, que lleva consigo la ideología imperialista propia de los poderosos de la tierra (personificados en la figura de Nabucodonosor), se confrontan con los deseos de libertad de un pueblo. Como tantas veces en la Biblia, Dios se pone a favor de los más débiles y, contra toda esperanza, destruye las pretensiones arrogantes de los fuertes, haciendo de la debilidad instrumento para su acción.


2. Características literarias


La enorme abundancia de detalles concretos, tanto geográficos como históricos, podrían dar a esta narración una apariencia de historia estricta. Sin embargo, desde el primer momento estos detalles son tan claramente equívocos y anacrónicos, que su función en el relato debe ser necesariamente otra.


El autor de Judit trabaja los datos insertándolos de forma acumulativa, sin preocuparse de la coherencia de los mismos: Nabucodonosor (rey de Babilonia) se convierte en el rey de Asiria; Nínive (destruida años antes de su reinado) es su capital; Holofernes (un personaje persa), el general de su ejército. El valor de estos nombres está en su potencial evocador: son los enemigos de Israel, los tiranos de la historia. Pareciera que el autor, en lugar de facilitar la localización histórica de lo que está narrando, lo que pretendiera es precisamente evitarla o, mejor aún, utilizar este recurso para situar su historia en todos los tiempos. Otra pista nos la dan el carácter simbólico de algunos nombres: Judit (= la judía), Ajior (= mi hermano es luz), Betulia (= la doncella), Ozías (= Dios es mi fuerza)... nos sitúan en un ámbito en el que los protagonistas van más allá de sí mismos y pasan a ser personajes arquetípicos de un conflicto más profundo y más duradero. El mismo tratamiento psicológico de los actores nos encamina en esta misma dirección. Por si esto fuera poco, una lectura atenta nos descubre detrás de este relato el trasfondo de muchas escenas bíblicas.


Podríamos decir que estamos ante una obra de ficción con carácter didáctico que utiliza elementos históricos para plantear un conflicto que trasciende la historia y es siempre permanente: por una parte, el dios imperial, tiránico y prepotente que conduce a la muerte y a la esclavitud; por otra, el Dios de Israel que actúa a través de la debilidad para liberar a los que confían en él.


3. Estructura y contenido


En cuanto a la estructura de la narración, el libro tiene claramente dos partes bien diferenciadas: los capítulos Jdt 1:1-16Jdt 7:1-32 en que se narra el avance arrollador de Nabucodonosor, mediante su general Holofernes, hasta los pies de la ciudad de Betulia; y la segunda parte, capítulos Jdt 8:1-36Jdt 16:1-25, en que el personaje de Judit entra en escena para liberar a su pueblo.


4. El texto del libro de Judit


Los manuscritos más antiguos que poseemos del libro de Judit están todos ellos en lengua griega; los más importantes son los grandes manuscritos unciales del siglo IV o V. Otras versiones latinas dependen del griego. La Vulgata ofrece un texto más corto y el propio Jerónimo, el traductor de la Vulgata, confiesa que ha hecho la traducción con poco cuidado.


A pesar de que los testimonios más antiguos están en lengua griega, hoy casi nadie reconoce esta como su lengua original. El texto griego no es sino una traducción de un original en lengua semítica, hebreo o arameo.


5. Fecha y lugar de composición


La descripción que el autor de Judit hace de la figura de Nabucodonosor y de sus pretensiones divinas no se corresponde con los usos de las monarquías asiria o babilónica; más bien responde a la figura de los reyes griegos, especialmente Antíoco IV, llamado Epífanes (se puede comparar con la descripción que hace el libro de Daniel de este personaje en Dan 11:36-37). Esto nos anima a pensar que el contexto histórico del libro se corresponde con los años siguientes a la revuelta Macabea, alrededor de la mitad del siglo II a. C. Otros datos provenientes del libro ayudan a confirmar esta fecha: la alusión a costumbres griegas (uso de guirnaldas y coronas de olivo, postura en el banquete); la religiosidad que trasluce el libro está muy próxima a la piedad y espiritualidad del movimiento fariseo (valor de las observancias legales, especialmente las relativas a los alimentos; aprecio de instituciones como el Templo, el sacerdocio, el consejo de ancianos; la centralidad de Jerusalén; la idealización del pueblo de Israel); la estructura política de gobierno, con el sacerdote al frente del Consejo de Ancianos, es también propia de la época griega. El carácter nacionalista y combativo del libro cuadraría bien en este contexto.


En cuanto al autor, aunque no conocemos nada de él, sí que podemos precisar algunos rasgos mínimos a partir de los datos extraídos del libro. La ambientación de la narración, los datos geográficos, el contexto histórico al que pretende responder con su obra, todo el trasfondo semítico del libro y la espiritualidad que trasluce, son elementos que apuntan hacia un judío de Palestina, cercano en su mentalidad al movimiento fariseo.


Fuente:

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Notas

Judith 1,1— En el año duodécimo: El libro se abre con una ficticia identificación temporal, pues nos estaría situando en el año 594-593 a. C.

— Nabucodonosor, rey de los asirios: Nabucodonosor (605-562 a. C.) nunca fue rey de los asirios sino, de Babilonia. La capital del imperio asirio, es decir, Nínive, había sido conquistada el año 612 a. C. por su padre Nabopolasar (625-605 a. C.) aliado con Ciáxares (625-585 a. C.), rey de los medos. La alusión a Nabucodonosor (el rey que realizó la deportación después de destruir el Templo y la ciudad de Jerusalén) junto a Nínive, la capital del tradicional enemigo que viene del norte, sugiere que estos datos no tienen prioritariamente una función histórica y geográfica, sino simbólica y evocadora.

— Arfaxad: La historia no conoce ningún rey medo con este nombre. Puede tratarse de una alusión a Gén 10:22, donde Arfaxad es el tercer hijo de Sem y hermano de Elam y de Asur, antecesor de los caldeos, el pueblo de Nabucodonosor.

— Ecbatana: Fue la capital del reino de medos y persas bajo los aqueménidas; sus ruinas están junto a la actual Hamadán, en Irán.


Judith 1,2— este último: Herodoto atribuye a Deiokes (700-647 a. C.) la fundación y la fortificación de Ecbatana.
Judith 1,2Ver Jdt 1:4.
Judith 1,4— metro y medio... treinta y cinco metros: En todo este pasaje el texto griego expresa las medidas en codos. Para la equivalencia actual, ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS.
Judith 1,5— Ragau: Puede tratarse de la Ragués que aparece en el libro de Tobías (Tob 1:14; Tob 4:1; Tob 4:20), antigua ciudad de Media que corresponde a las actuales ruinas de Rai, a 13 km al sudeste de Teherán.
Judith 1,6— Hidaspes: Hay un río Hidaspes en la India pero es más probable que aquí se refiera al río Joaspes, que corre cerca de Susa, capital del antiguo Elam.

— Arioc: No se conoce ningún rey de Elam con este nombre.

— Jeleud: Otro nombre desconocido, posiblemente se refiere a los caldeos.
Judith 1,8Jdt 3:9.
Judith 1,9— Batane, Jelús: No sabemos a qué ciudades se refiere; posiblemente, debido a la progresión geográfica que sigue el autor, se trate de dos poblaciones al sur de Judá y anteriores a Cadés.

— río de Egipto: No se trata del Nilo sino del Torrente de Egipto o Wadi el Arís.
Judith 1,112Sa 10:4.
Judith 1,121Ma 3:27.
Judith 1,14— avanzó hasta Ecbatana: Otro anacronismo; realmente fue Ciro el que conquistó Ecbatana en el 554 a. C.
Judith 1,141Ma 1:40; 1Ma 2:12.
Judith 1,16Est 1:3-4.