Sabiduría 19 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 22 versitos |
1

Los israelitas pasan el mar Rojo; los egipcios sucumben en él

Pero sobre los impíos se abatió hasta el final el azote de tu cólera implacable, pues tú conocías de antemano cuál sería su conducta:
2 sabías que los egipcios urgirían la salida de tu pueblo, para perseguirlo después, cambiando de opinión. º
3 Estaban aún, en efecto, celebrando los funerales y llorando junto a las tumbas de sus muertos, cuando tramaron otro plan insensato y se pusieron a perseguir como fugitivos a quienes antes habían suplicado que se marcharan.
4 El destino º, que bien merecido tenían, los arrastró hasta el punto de no tener en cuenta el pasado y hacerse acreedores de un tormento que aún faltaba, para completar del todo su castigo.
5 Así, mientras tu pueblo realizaba una prodigiosa travesía, a ellos les tocó en suerte una insólita muerte.
6 La creación entera, obedeciendo tus órdenes, cambió su forma natural de comportarse para que tus hijos no sufrieran daño alguno. º
7 Se vio cómo la nube daba sombra al campamento, y cómo, donde antes había agua, emergía la tierra seca. º El mar Rojo se convirtió en vereda transitable y las impetuosas olas en verde llanura por donde,
8 al amparo de tu poder, pasó entera una nación contemplando prodigios asombrosos º.
9 Eran como caballos pastando en la pradera, como corderos triscando en la vaguada, mientras te alababan a ti, Señor, su libertador.
10 Recordaban aún lo sucedido en su destierro, cuando la tierra produjo mosquitos haciendo las veces de la natural reproducción; cuando el río, en lugar de peces, vomitó una ingente cantidad de ranas º. º
11 Más tarde tendrían ocasión de ver una nueva forma de originarse las aves, cuando hambrientos pidieron manjares delicados º
12 y, para saciarlos, llegaron codornices desde el mar º.
13

Los egipcios tan culpables como los habitantes de Sodoma

Se abatió, pues, el castigo sobre los pecadores, no sin el aviso precursor de aterradores truenos. Fue un duro sufrimiento en justo pago a su maldad, por haberse portado tan cruelmente con los extranjeros.
14 Si algunos º no acogieron a visitantes desconocidos, los egipcios trataron como esclavos a quienes les habían prestado buenos servicios.
15 Más aún, si [los de Sodoma] serán castigados º por haber recibido hostilmente a extranjeros,
16 no lo serán menos los egipcios, ya que, habiendo recibido amigablemente a los israelitas y habiéndoles reconocido sus derechos, los sometieron cruelmente a trabajos forzados.
17 Por eso fueron también heridos de ceguera como los que, a la puerta de la casa del justo Lot, quedaron envueltos en una espesa oscuridad y buscaban a tientas cómo entrar en su propia casa. º
18

Maravillosa transformación de la naturaleza

Los elementos naturales cambiaron sus propiedades, como los sonidos del arpa pueden cambiar de ritmo manteniendo inalterado el mismo tono. Así lo prueban los acontecimientos sucedidos: º
19 los animales terrestres se transformaban en acuáticos, los que nadan, paseaban por tierra firme;
20 el fuego incrementaba en el agua su potencia y el agua olvidaba su capacidad extintora.
21 Las llamas, por su parte, no consumían a los indefensos animales que merodeaban por allí, ni derretían aquella especie de manjar divino º parecido a la escarcha que tan fácilmente se derrite.
22 Y es que en toda circunstancia, Señor, has hecho grande y glorioso a tu pueblo. ¡Jamás has dejado de socorrerlo en todo tiempo y en cualquier lugar º! º

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Introducción a Sabiduría

INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


Con independencia de su inclusión o no, según los distintos criterios, en la lista bíblica de libros sagrados, el libro de la Sabiduría es un magnífico ejemplo de diálogo entre dos mundos culturales: el judío y el griego de los últimos años del AT. La verdad es que en el momento actual de la investigación no existe certeza absoluta sobre una serie de cuestiones relativas a su ambientación histórica-literaria: autor, destinatarios, tiempo exacto y lugar concreto de composición, género literario preciso, unidad o diversidad de composición y de estructura. Pero sí disponemos de datos suficientemente probables cuya convergencia arroja la luz indispensable para situar el libro en el marco histórico literario e ideológico correcto.


El título, que como es habitual en la literatura bíblica no pertenece al texto original, varía según las distintas tradiciones manuscritas. En los manuscritos griegos es constante el de Sabiduría de Salomón; en los latinos prevalece el de Sabiduría sin más añadidos. La atribución del libro a Salomón es, sin duda, ficticia. Se debe a la costumbre, muy extendida en la antigüedad y de la que participa ampliamente la Biblia, de colocar a la sombra y bajo la autoridad de un personaje famoso — en este caso Salomón — un libro o escrito que se quiere divulgar. Salomón, prototipo del rey culto e ilustrado según la tradición judía, nunca es nombrado expresamente en Sabiduría; pero no admite dudas que el autor se identifica ficticiamente con él en diversos pasajes del libro (ver sobre todo Sab 7:4-8; Sab 8:2; Sab 9:15; Sab 9:7Sab 8:12). En realidad, el autor real es un judío orgulloso de su raza y enamorado de su religión, pero al mismo tiempo profundo conocedor e incluso admirador de la cultura y del pensamiento helenista de su tiempo.


En algún momento se ha propuesto la posibilidad de varios autores para el libro de la Sabiduría; actualmente, sin embargo, es prácticamente unánime la opinión de un solo autor. Un autor que pertenecería a la numerosa comunidad judía de Alejandría (Egipto) y que compuso su obra probablemente en la segunda mitad del siglo I a. C. La situación histórica global reflejada en Sb favorece como fecha más concreta de composición los primeros años del reinado de Octavio Augusto (30 a. C.-14 d. C.).


¿En quiénes estaba pensando el autor de Sabiduría cuando escribe su obra? Tampoco aquí las opiniones son del todo coincidentes. Desde luego no son única ni principalmente los gobernantes de la tierra de Sab 1:1, dedicatoria que es también evidentemente ficticia y destinada a dar mayor impacto y autoridad a sus palabras. Los destinatarios de Sabiduría son prioritariamente los judíos que viven en Egipto, que están pasando por dificultades (aunque no lleguen al grado de persecución abierta) y que necesitan ser animados, revitalizados y consolidados en su fe. Pero también el mundo cultural no judío, si bien secundariamente, está en el punto de mira del autor de Sabiduría que en modo alguno es ajeno a un cierto proselitismo y afán de propaganda a favor de la sabiduría de Israel.


2. Características literarias


El libro de la Sabiduría constituye, desde el punto de vista literario, una de las obras más logradas de la Biblia griega. En algún momento se pensó que, al menos en parte (sobre todo los capítulos Sab 1:1-16Sab 5:1-23), podía ser traducción de un original hebreo. Hoy es una opinión descartada. En efecto, el vocabulario, el estilo, determinados recursos retóricos, una serie de fórmulas redaccionales extrañas a la estructura de la lengua hebrea, abogan claramente a favor de una composición original en griego helenístico. Lo cual no impide la presencia casi masiva de elementos característicos de la poesía hebrea, tales como el paralelismo. En realidad, en Sabiduría confluyen armónicamente elementos estilísticos semitas con múltiples recursos retóricos griegos; estos últimos acaban imponiéndose y configurando la fisonomía definitiva de la obra. Sorprende la riqueza de vocabulario y la cantidad de términos, por una parte ajenos a la literatura bíblica y, por otra, estrechamente emparentados con el pensamiento y el discurso propios de la filosofía del tiempo, que era principalmente la platónica.


¿Es el libro de la Sabiduría un poema didáctico o un ensayo filosófico-teológico redactado en un singular tipo de prosa? La disposición material del contenido invita ciertamente a pensar que el autor ha querido componer una obra poética, pero no está claro que en todo momento lo consiga. En cualquier caso, adopta desde el comienzo la forma de los versos hebreos esforzándose en imitar y al mismo tiempo helenizar la poesía bíblica. Cabría decir que en bastantes momentos nos encontramos ante una especie de brillante prosa rítmico-poética.


En cuanto al género literario del libro, ¿es una invitación/exhortación a conseguir la sabiduría? ¿Es un elogio/alabanza de la sabiduría? ¿O es una reflexión/contemplación al estilo rabínico del tiempo — tipo, por tanto, midrash — sobre la presencia y la acción de la sabiduría (providencia) divina en la historia de Israel? Todas estas propuestas se han hecho y todas podrían considerarse correctas según qué parte del libro se tenga principalmente en cuenta. Reducir todo el libro a un solo género literario — que en todo caso sería el de elogio/alabanza con unas características muy peculiares — , parece un tanto problemático. Es preferible pensar en la confluencia de varios géneros literarios. Los enumerados más arriba, por supuesto, pero también otros de menor cuantía que, más que géneros literarios propiamente tales, son más bien recursos retóricos o métodos exegéticos. Podríamos enumerar: el discurso escatológico-apocalíptico, la diatriba de inspiración socrático-estoica, el comentario rabínico de textos bíblicos, la comparación en forma de contraste, etc.


3. Fuentes de inspiración


Sin menoscabo de la fuerte personalidad del autor de Sb y de la incuestionable originalidad de su obra, hay que constatar sus profundas raíces bíblicas y su enorme aprecio por los valores culturales paganos de su tiempo. No deja de sorprender, pero es así, que un judío fervoroso tomara en serio la cultura helenística para presentar de manera actualizada su fe. Es clave para leer e interpretar correctamente el libro de la Sabiduría partir de esta manifiesta intención de su autor de hacer entrar en amistoso y fecundo diálogo la cultura semita y el mundo helenista, la teología judía y la filosofía griega.


a) Es evidente que el autor de Sabiduría está muy familiarizado con la Sagrada Escritura a la que conoce sobre todo a través de la versión griega de los LXX. Rara vez cita literalmente, pero las alusiones son continuas. Especialmente se inspira en el Génesis, Éxodo, Isaías, Salmos y Proverbios; conoce también la traducción griega del Eclesiástico y alude a él con cierta frecuencia. Y si es cierto que el libro de la Sabiduría está escrito originalmente en griego, no cabe duda de que su autor dominaba el hebreo, al que más de una vez recurre directa o indirectamente. Hay que añadir, además, que el autor de Sabiduría estaba también familiarizado con el modo y los métodos de exponer la Escritura en la sinagoga. Esto hace que trate sus fuentes con una gran libertad y que se haga eco de tradiciones extrabíblicas que amplifican y embellecen los relatos, a veces con rasgos muy cercanos a la leyenda. Todo ello lo da por bueno nuestro autor con tal de apuntalar la amenazada fe de los judíos alejandrinos, consolidar su confianza en el insuperable valor de la sabiduría israelita y de sus tradiciones sagradas, y también de hacer partícipes a los paganos del conocimiento de la auténtica sabiduría, es decir, del verdadero Dios que no es otro sino el Dios de Israel.


b) Y junto a las raíces bíblicas de Sabiduría, es preciso valorar en su justa medida el influjo de la cultura, el pensamiento y la literatura helenística en el conjunto de su obra. Que este influjo ha sido considerable, incluso profundo, es opinión prácticamente unánime. El autor hace gala permanentemente de sus amplios conocimientos literarios, culturales y filosóficos. No puede decirse que sea especialmente tributario de una escuela filosófica concreta (platonismo, estoicismo) o que abunden las referencias expresas a tal o cual autor, pero las reminiscencias y alusiones al mundo cultural helenístico son abundantísimas. Lo que ya resulta más difícil precisar es si se trata de un convencimiento personal profundo sobre los valores de dicha cultura, o más bien de una simple actitud estratégica con el fin de tender un puente entre la fe bíblica y la concreta situación de sus lectores. Tal vez lo más sensato sea evitar planteamientos radicales: ni convertir al autor de Sabiduría en un casi adorador de la cultura helenística fascinado por sus encantos y valores, ni pensar que sólo se sirve de esa cultura, bien a su pesar, como mero instrumento para captar la benevolencia de posibles lectores paganos. Siente, sin duda, un sincero aprecio por dicha cultura y la utiliza inteligentemente para profundizar en su fe judía, para iluminar misterios hasta ahora impenetrables, para encontrar respuestas a difíciles problemas. Eso sí, sin dudar por un momento en rechazar abiertamente todo lo que considera negativo en su confrontación con la fe israelita, a saber, el culto a los ídolos, el materialismo ambiental, los ritos mágicos de las religiones mistéricas, etc.


4. Estructura y contenido doctrinal


Partiendo del hecho, apenas discutido a pesar de la variedad de temas y de recursos estilísticos, de la unidad de autor y de composición, el libro de la Sabiduría suele dividirse en tres grandes bloques. Existen algunas diferencias de criterio a la hora de señalar los límites precisos de cada parte, pero en líneas generales esta sería la estructura:


I. — Cps. Sab 1:1-16Sab 5:1-23 : El tema central de esta sección gira en torno al destino de la vida humana en los planes de Dios. Un tema que el autor desarrolla en una serie de discursos sobre la justicia-sabiduría divina y sobre la distinta suerte de los buenos (inmortalidad feliz) y los impíos (castigo y perdición).


II. — Cps. Sab 6:1-25Sab 9:1-18 : Contiene un apasionado elogio de la Sabiduría. Un elogio puesto en boca del rey Salomón (a quien, sin embargo, no se nombra expresamente) y que describe a la Sabiduría como una realidad personificada estrechamente vinculada a la divinidad. El autor habla del origen, de la naturaleza, de las propiedades y del modo de adquirir esa sabiduría. Evocando el ejemplo de Salomón, que la solicitó humilde y fervientemente de Dios (Sab 7:1-30; Sab 7:1-30), pero al mismo tiempo la buscó con ardor (Sab 8:2), implícitamente está invitando a sus lectores a que procedan de igual modo. La inspiración de esta parte del libro en textos e imágenes de Pr y Eclo parece incuestionable (ver Pro 1:1-33Pro 9:1-18; Sir 1:1-20; Sir 4:11-19; Sir 6:18-37; Sir 14:20Sir 15:10).


III. — Cps. Sab 10:1-21Sab 19:1-22 : Es una actualizada meditación sapiencial sobre la providencia divina, teniendo como punto de referencia los acontecimientos del Éxodo. Se trata de una sección que está articulada sobre la base de siete comparaciones en forma de contraste; en ellas se pone de manifiesto la misteriosa acción de la sabiduría divina que, por una parte, libera y colma de bienes (la justicia salvífica) al pueblo israelita — los fieles del Señor — y, por otra, castiga a los egipcios opresores con una serie de terribles plagas. La descripción de los contrastes se interrumpe con algunas digresiones entre las que destaca una amplia y muy encendida polémica contra la idolatría (Sab 13:1Sab 15:19). También esta tercera parte ha podido tener presente, aunque desde otra perspectiva, la contemplación histórico-sapiencial de Sir 42:1Sir 50:21.


Resumiendo, el hilo teológico conductor del libro de la Sabiduría puede ser el tema de la justicia-sabiduría divina en su triple aspecto de justicia/retribución, justicia/rectitud y justicia/fuerza salvadora. La originalidad y el énfasis con que se plasman en este singular libro ideas sobre el destino inmortal de los seres humanos, sobre la naturaleza y propiedades de la Sabiduría como realidad divina personificada, sobre el espíritu de Dios que llena la tierra y da consistencia a todas las cosas (Sab 1:7), sobre la inutilidad absoluta de los ídolos, y todo ello utilizando el marco de una cultura nueva y brillante como era la helenista, hacen de Sabiduría un libro realmente revolucionario en relación con la literatura bíblica tradicional.


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Notas

Sabiduría 19,1-8— los impíos... prodigios asombrosos: Tras el paréntesis del pasaje precedente, remata el autor de Sb la descripción de los contrastes con el séptimo que es el último y definitivo: los israelitas atraviesan incólumes el mar Rojo, mientras los egipcios perecen anegados en él. Extraordinaria evocación de la epopeya narrada en Éxo 14:1-31 con claras reminiscencias del relato de la creación en Gén 1:1-31; es como si estuviéramos asistiendo al alumbramiento de una nueva creación. En relación con el correspondiente relato del Éxodo, este pasaje de Sb está notablemente embellecido e idealizado de acuerdo con distintas tradiciones judías.


Sabiduría 19,2Éxo 11:1; Éxo 12:31-33; Éxo 14:5-8; Núm 33:4.
Sabiduría 19,4— destino: La traducción literal del término griego aquí utilizado sería: necesidad. El autor de Sb evoca con este término la actitud obstinada del faraón, actitud que se describe como culpable y no como un ciego determinismo.
Sabiduría 19,6Sab 5:17; Sab 16:24.
Sabiduría 19,7Éxo 14:19-22; Éxo 15:1-21; Isa 63:11-14.
Sabiduría 19,10— mosquitos... ranas: Clara alusión a las plagas descritas en Éxo 8:16-18 y Éxo 8:2-4, Éxo 8:5-6 respectivamente.
Sabiduría 19,10Éxo 8:5-6; Éxo 8:16-17.
Sabiduría 19,11Éxo 16:13; Núm 11:31-32.
Sabiduría 19,12— llegaron codornices desde el mar: Lit. subieron codornices del mar, como si las originase el mismo mar, igual que los mosquitos procedían de la tierra y las ranas del río.
Sabiduría 19,14— algunos: Se refiere a los habitantes de Sodoma que según Gén 19:4-5 violaron gravemente la ley de la hospitalidad y se hicieron acreedores a un devastador castigo (Gén 19:24-25).
Sabiduría 19,15— castigados: Lit. visitados. Ver nota a Sab 2:20.
Sabiduría 19,17Gén 19:4-11.
Sabiduría 19,18Sab 16:17-22.
Sabiduría 19,21— manjar divino: Lit. manjar de ambrosía. Según la mitología griega la ambrosía era el alimento de los dioses. La referencia, pues, al maná de Éxo 16:4-36, en cuanto manjar relacionado con la divinidad, es evidente.
Sabiduría 19,22— ... en todo tiempo y en cualquier lugar: Este versículo final constituye una especie de doxología o de himno conclusivo que encierra un claro mensaje de esperanza en el poder salvador de Dios para con los israelitas que, en el momento en que se escribe el libro, residían en Egipto. Un Dios, que ha desplegado en el pasado un grandioso poder liberador, es alguien en quien se puede confiar también en el presente y en el futuro.
Sabiduría 19,22Isa 45:17; Isa 45:25.