Jueces 21 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 25 versitos |
1 Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Que ningún varón de nosotros entregue su hija por esposa a los benjamitas.
2 Entonces llegaron hasta Betel, y permanecieron allí hasta la noche en la presencia de Dios, y levantando su voz, lloraron con amargo llanto,
3 y dijeron: ¿Por qué, oh Yahweh, Dios de Israel, ocurrió esto en medio de Israel, el que se pierda hoy una tribu en Israel?
4 Al día siguiente, la gente se levantó muy temprano para construir allí un altar; y ofrecieron sobre él holocaustos y ofrendas de paz.
5 Después dijeron los hijos de Israel: ¿Quién de entre todas las tribus de Israel no ha subido a la congregación a la presencia de Yahweh? Pues ellos habían hecho un solemne juramento de que todo aquel que no subiera a Miz-pa a la presencia de Yahweh, muriera irremisiblemente.
6 Y los hijos de Israel hacían lamentación por los benjamitas sus hermanos, diciendo: ¡Hoy ha sido quitada una tribu de Israel!
7 Y añadieron: ¿Qué debemos hacer con los que han quedado que no tienen esposa?, ya que juramos por Yahweh que no les daríamos mujeres.
8 Luego preguntaron: ¿Hay alguno de entre las tribus de Israel que no haya subido a Mizpa a la presencia de Yahweh? Y ninguno de los habitantes de Jabes de Galaad había ido al campamento,
9 pues al ser contada allí la gente, no se encontró allí a ninguno de los habitantes de Jabes de Galaad.
10 Entonces el pueblo envió allá a doce mil de los hombres más valientes, y les dieron órdenes, diciéndoles: Vayan a destruir a los habitantes de Jabes de Galaad a filo de espada, incluidas las mujeres y los niños.
11 Así deberán proceder: Maten a espada a todo varón y a toda mujer a la que se haya allegado varón.
12 Y encontraron entre los habitantes de Jabes de Galaad a cuatrocientas jóvenes vírgenes a las cuales no se había allegado varón, y las llevaron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán.
13 Después el pueblo entero envió un mensaje diciendo a los de Benjamín que se encontraban en la peña de Ramón, que les anunciaban paz.
14 Entonces vinieron los de Benjamín en aquel tiempo, y les dieron las mujeres de Jabes de Galaad que habían dejado con vida; pero no les fueron suficientes.
15 Y la gente sentía tristeza por los de Benjamín, pues Yahweh había hecho una brecha entre las tribus de Israel.
16 Los ancianos del pueblo preguntaron: ¿Qué vamos a hacer con los que quedaron, los que se quedaron sin mujer, ya que las mujeres de Benjamín fueron destruidas?
17 Entonces dijeron: Que quede un remanente de Benjamín, a fin de que no sea borrada esta tribu de Israel.
18 Sin embargo, nosotros no podemos entregarles a nuestras hijas por esposas (porque los hijos de Israel habían jurado, diciendo: “Maldito sea el varón que entregue mujer a los de Benjamín”).
19 Y añadieron: He aquí que año tras año se celebra una fiesta a Yahweh en Silo, al norte de Betel, por el oriente, por la senda que sube de Betel hacia Siquem, al sur de Lebona.
20 Luego dieron órdenes a los benjamitas, diciéndoles: Vayan a poner emboscadas en los viñedos;
21 y cuando vean que salen las silomitas a tocar panderos, ustedes salgan de entre los viñedos, y arrebate cada uno a una mujer para sí de entre las silomitas, después váyanse a la tierra de Benjamín.
22 Y si sus padres o sus hermanos acuden a presentarnos queja, nosotros les diremos: Tengan compasión de ellos, porque ninguno de ellos tomó en la guerra mujer alguna, ni ustedes se las entregaron, pues habrían pecado.
23 Los benjamitas procedieron así, y tomaron mujeres para todos ellos; las arrebataron de entre las que tocaban panderos. Luego regresaron y se fueron a su heredad, y reconstruyeron las ciudades y las habitaron.
24 En aquel tiempo, también los hijos de Israel se retiraron de allí, cada uno a su tribu y a su familia; cada quien partió de allí rumbo a su heredad.
25 Y no había rey en la casa de Israel en aquel tiempo, y cada uno hacía lo que le parecía recto en su propia opinión.

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Introducción a Jueces

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