1 Buenos y malos gobernantes El gobernante sabio educa a su pueblo y organiza bien su gobierno. |
2 Todo pueblo tiene el gobierno que se merece. |
3 Cuando el rey es ignorante, el pueblo acaba en la ruina; cuando el rey es sabio, el pueblo prospera. |
4 (4-5) Dios tiene en sus manos el poder de gobernar este mundo, y el poder de nombrar gobernantes. Cuando llega el momento, elige al gobernante adecuado y le da su propia autoridad. |
6 No debemos ser orgullosos Si alguien te ofende, no le hagas ningún daño ni le guardes rencor. |
7 Ni Dios ni los hombres soportan a la gente orgullosa y malvada. |
8 Por la maldad y el orgullo las naciones cambian de dueño. |
9 De nada nos sirve el orgullo; sólo somos polvo y ceniza, y finalmente todos moriremos. |
10 Ante una enfermedad grave, el médico no tiene nada que hacer; hoy reinamos, mañana morimos, |
11 y en cuanto nos entierran nos devoran los gusanos. |
12 Comenzamos a ser orgullosos cuando dejamos de tomar en cuenta a Dios, nuestro Creador. |
13 Del orgullo brota el pecado como agua de un manantial; por eso Dios nos manda desgracias que nos destruyen por completo; |
14 (14-15) quita del trono a los reyes, expulsa de su tierra a las naciones, y en su lugar pone a los humildes. |
16 (16-17) Dios ha borrado de este mundo a naciones y a pueblos enteros; a esa gente nadie la recuerda. |
18 Ciertamente Dios nos creó para que seamos humildes. |
19 La gente respetable ¿Quieres ver un hombre honrado? Mira al hombre que obedece a Dios. ¿Quieres ver un hombre malvado? Mira al que no cumple los mandamientos. |
20 Entre hermanos se respeta al mayor, pero Dios bendice al que le obedece. |
21 En cambio, rechaza a los tercos y orgullosos. |
22 Seamos ricos, seamos pobres, nuestro orgullo es obedecer a Dios. |
23 No respetes al pecador, ni desprecies al inteligente sólo porque es pobre. |
24 Grandes y dignos de respeto son los jueces y las autoridades, pero más grande que todos ellos es el hombre que obedece a Dios. |
25 Al sirviente inteligente y sabio hasta sus patrones lo ayudan. |
26 Humildad y autoestima No te creas sabio cuando cumplas con tu trabajo, ni dejes que tu orgullo te impida pedir ayuda cuando te halles en problemas. |
27 Más vale trabajar y comer que presumir y morirse de hambre. |
28 Querido jovencito, debes ser humilde, sin negar tus cualidades. |
29 Porque nadie te respetará si tú mismo no te respetas, ni nadie creerá en tu inocencia si te declaras culpable. |
30 Al pobre se le respeta por su buena educación, pero al rico se le respeta sólo por ser rico. |
31 Si te respetan siendo pobre, ¡más te respetarán siendo rico! Si te desprecian siendo rico, ¡más te despreciarán siendo pobre! |