1 La gran creación de Dios Del polvo de la tierra Dios creó a todo ser humano, y al polvo lo hace volver. |
2 Le dio cierto tiempo de vida y autoridad para gobernar la tierra. |
3 Lo hizo a su propia imagen, y le dio un poder semejante al suyo. |
4 También hizo que pájaros y fieras sintieran miedo ante el ser humano, para que éste pudiera dominarlos. |
5 (5-6) Dios le dio al ser humano la facultad de ver, probar, oler, sentir y oír, y la capacidad de pensar. |
7 Le dio mucha sabiduría para elegir entre el bien y el mal. |
8 (8-9) Lo alumbró con su propia luz para que, al ver su gran creación, hablara de ella a todo el mundo |
10 y alabara al Dios santo por sus grandes maravillas. |
11 Alianza de Dios con Israel Dios dio a nuestros padres enseñanzas que dan vida y conocimiento. |
12 Hizo con ellos una alianza, y les dio a conocer sus mandamientos. |
13 Con sus propios ojos vieron el gran poder de Dios; con sus propios oídos oyeron el tono majestuoso de su voz. |
14 Dios les ordenó no dañar a nadie, sino tratar a todos con bondad. |
15 Dios es justo y misericordioso Dios ve todo lo que hacemos; nada se esconde de su vista.[1] |
17 A cada nación le dio un jefe, pero nosotros los israelitas somos su pueblo elegido. |
18 Dios nos ha educado con amor y disciplina, como se educa a todo hijo. |
19 Dios ve todo lo que hacemos como quien ve la luz del sol. |
20 No podemos ocultarle nuestros pecados y maldades. |
21 Dios, nuestro creador, es bondadoso y nos conoce; por eso perdona nuestras faltas y jamás nos abandona. |
22 Dios considera muy valiosa la ayuda que se da a los pobres, |
23 y un día, quienes la dan recibirán de Dios su recompensa. |
24 Dios perdona a los que se arrepienten y consuela a los que no tienen esperanza. |
25 Invitación a volverse a Dios Vuélvete a Dios, y deja de pecar; ora en su presencia, y no lo ofendas más. |
26 Vuélvete al Dios altísimo y rechaza por completo la maldad, pues él condena a los malvados. |
27 (27-28) En el mundo de los muertos nadie puede alabar a Dios; sólo podemos alabarlo y darle gracias los que aún seguimos con vida. |
29 ¡Qué bondadoso es nuestro Dios! ¡Qué grande es su perdón para los que se arrepienten! |
30 Nadie puede tenerlo todo, porque nadie vive para siempre. |
31 Así como las nubes tapan la brillante luz del sol, también los malos pensamientos oscurecen nuestra mente. |
32 Dios gobierna los astros del cielo, pero nosotros somos simples mortales. |