Eclesiástico 27 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 30 versitos |
1 Por amor al dinero han pecado muchos; y quien busca enriquecerse, aparta la vista a otro lado.
2 Entre junturas de piedras se fija el poste; y entre venta y compra se fragua el pecado.
3 Quien no se aferra con diligencia al temor del Señor, presto verá derribada su casa.
4 Cuando se zarandea la criba, quedan las granzas; cuando se examina al hombre aparecen sus escorias.
5 El horno prueba los vasos del alfarero; la prueba del hombre está en su razonamiento.
6 El fruto descubre el cultivo del árbol; la palabra reflexiva el corazón del hombre.
7 No alabes a nadie antes de que hable porque ésta es la prueba del hombre.
8 Si persigues lo que es justo, lo alcanzarás, y te lo vestirás como túnica de gloria.
9 Las aves se aparean con sus semejantes; la verdad retoma hacia quienes la practican.
10 El león acecha la presa; así el pecado a quienes practican la injusticia.
11 El discurso del piadoso es siempre sabiduría; pero el insensato cambia como la luna.
12 Para estar entre insensatos, escatima tu tiempo, detente sin prisas entre reflexivos.
13 El discurso insensato exaspera; en su risa hay derroche de pecado.
14 El lenguaje del que mucho jura eriza los cabellos, y sus riñas son para taparse los o dos.
15 Riña de orgullosos, derramamiento de sangre; sus mutuos insultos son inaguantables.
16 Quien revela secretos destruye la confianza; no encontrará amigo para s.
17 Ama tiernamente al amigo y pon en él tu confianza; pero si revelas sus secretos, no corras tras él.
18 Pues como un hombre destruye al que mata, así has destruido la amistad del prójimo.
19 Has dejado escapar un pájaro de tu mano, así has dejado irse al prójimo y no lo atraparás.
20 No lo persigas, porque se fue lejos, y huyó como gacela del lazo.
21 Porque la herida se venda, y para la injuria hay reconciliación; mas para quien revela secretos no hay esperanza.
22 Quien guiña el ojo urde males; nadie los apartará de él.
23 En tu presencia, su boca es todo dulzura, y admira tus palabras, pero apenas te alejas cambia su discurso y pone reparos a tus palabras.
24 Muchas cosas aborrecí, pero a ninguna como a él; el Señor lo detesta.
25 Quien tira una piedra a lo alto, la tira sobre su cabeza; un golpe a traición reparte heridas.
26 Quien cava una hoya caerá en ella; y quien tiende un lazo, quedará atrapado en él.
27 Quien obra el mal, se verá envuelto en él, y no sabrá de dónde le viene.
28 Sarcasmo e insulto son cosa de orgullosos y la venganza le acechará como león.
29 Serán atrapados en el lazo quienes se alegran de la cada de los piadosos; el dolor los consumirá antes de su muerte.
30 Rencor y cólera también son detestables; ambas son propiedad del pecador.

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Introducción a Eclesiástico

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas