Eclesiástico 3 Dios Habla Hoy (2002) | 31 versitos |
1
Deberes de los hijos
Hijos míos, escuchadme a mí, que soy vuestro padre;
seguid mis consejos y os salvaréis.
2 El Señor quiere que el padre sea honrado por sus hijos,
y que la autoridad de la madre sea respetada por ellos. [a]
3 El que respeta a su padre alcanza el perdón de sus pecados,
4 y el que honra a su madre reúne una gran riqueza.
5 El que respeta a su padre recibirá alegría de sus propios hijos;
cuando ore, el Señor le escuchará.
6 El que honra a su padre tendrá larga vida;
el que respeta a su madre será premiado por el Señor, [b]
7 pues obedece a sus padres como si fueran sus amos.
8 Hijo mío, honra a tu padre con obras y palabras,
y así recibirás toda clase de bendiciones.
9 Porque la bendición del padre da raíces firmes a una familia, [c]
pero la maldición de la madre las arranca de raíz. [d]
10 No te sientas orgulloso viendo a tu padre pasar vergüenza,
pues esto no es ninguna honra para ti.
11 El honor de un hijo está en el honor de su padre;
en cambio, el que desprecia a su madre se llena de pecados.
12 Hijo mío, empéñate en honrar a tu padre;
no le abandones mientras tengas vida.
13 Aunque su inteligencia se debilite, sé comprensivo con él;
no le avergüences mientras viva.
14 Socorrer al padre es algo que no se olvidará;
será como ofrecer sacrificio por los pecados.
15 Cuando estés en aflicción, Dios se acordará de ti,
y perdonará tus pecados
como el calor del sol derrite el hielo.
16 El que abandona a su padre ofende al Señor,
y el que hace enojar a su madre es maldecido por Dios. [e]

La humildad
17 Hijo mío, sé humilde en todo lo que hagas
y te estimarán más que al que hace muchos regalos.
18 Cuanto más grande seas, más deberás humillarte; [f]
así agradarás a Dios.
19 Porque grande es la misericordia de Dios,
20 y él revela a los humildes sus secretos. [g]
21 No busques lo que es demasiado elevado para ti
ni quieras saber lo que es demasiado difícil.
22 Procura entender lo que Dios te ha mandado
y no te preocupes de lo que está en secreto. [h]
23 No te inquietes por lo que te sobrepasa,
pues lo que has visto ya es demasiado para ti.
24 Muchos se han dejado engañar por sus propias ideas, [i]
y falsos pensamientos han desequilibrado su mente.
25 [j]
26 Al que es terco, al fin le irá mal,
y el que ama el peligro, en él perecerá. [k]
27 Al terco le esperan muchos sufrimientos,
y el pecador [l] amontona más y más pecados.
28 La desgracia del orgulloso [m] no tiene remedio,
pues es el retoño de una mala planta.
29 El sabio entiende los proverbios de los sabios;
el que escucha atentamente se alegra en la sabiduría.

La ayuda al necesitado
30 El agua apaga el fuego que arde,
y el dar limosnas consigue el perdón de los pecados. [n]
31 Del que hace el bien se acordarán después;
cuando resbale, encontrará quien le sostenga.


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Introducción a Eclesiástico

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Fuente: Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)

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