1 Deberes de los hijos Hijos míos, escuchadme a mí, que soy vuestro padre; seguid mis consejos y os salvaréis. |
2 El Señor quiere que el padre sea honrado por sus hijos, y que la autoridad de la madre sea respetada por ellos. [a] |
3 El que respeta a su padre alcanza el perdón de sus pecados, |
4 y el que honra a su madre reúne una gran riqueza. |
5 El que respeta a su padre recibirá alegría de sus propios hijos; cuando ore, el Señor le escuchará. |
6 El que honra a su padre tendrá larga vida; el que respeta a su madre será premiado por el Señor, [b] |
7 pues obedece a sus padres como si fueran sus amos. |
8 Hijo mío, honra a tu padre con obras y palabras, y así recibirás toda clase de bendiciones. |
9 Porque la bendición del padre da raíces firmes a una familia, [c] pero la maldición de la madre las arranca de raíz. [d] |
10 No te sientas orgulloso viendo a tu padre pasar vergüenza, pues esto no es ninguna honra para ti. |
11 El honor de un hijo está en el honor de su padre; en cambio, el que desprecia a su madre se llena de pecados. |
12 Hijo mío, empéñate en honrar a tu padre; no le abandones mientras tengas vida. |
13 Aunque su inteligencia se debilite, sé comprensivo con él; no le avergüences mientras viva. |
14 Socorrer al padre es algo que no se olvidará; será como ofrecer sacrificio por los pecados. |
15 Cuando estés en aflicción, Dios se acordará de ti, y perdonará tus pecados como el calor del sol derrite el hielo. |
16 El que abandona a su padre ofende al Señor, y el que hace enojar a su madre es maldecido por Dios. [e] La humildad |
17 Hijo mío, sé humilde en todo lo que hagas y te estimarán más que al que hace muchos regalos. |
18 Cuanto más grande seas, más deberás humillarte; [f] así agradarás a Dios. |
19 Porque grande es la misericordia de Dios, |
20 y él revela a los humildes sus secretos. [g] |
21 No busques lo que es demasiado elevado para ti ni quieras saber lo que es demasiado difícil. |
22 Procura entender lo que Dios te ha mandado y no te preocupes de lo que está en secreto. [h] |
23 No te inquietes por lo que te sobrepasa, pues lo que has visto ya es demasiado para ti. |
24 Muchos se han dejado engañar por sus propias ideas, [i] y falsos pensamientos han desequilibrado su mente. |
25 [j] |
26 Al que es terco, al fin le irá mal, y el que ama el peligro, en él perecerá. [k] |
27 Al terco le esperan muchos sufrimientos, y el pecador [l] amontona más y más pecados. |
28 La desgracia del orgulloso [m] no tiene remedio, pues es el retoño de una mala planta. |
29 El sabio entiende los proverbios de los sabios; el que escucha atentamente se alegra en la sabiduría. La ayuda al necesitado |
30 El agua apaga el fuego que arde, y el dar limosnas consigue el perdón de los pecados. [n] |
31 Del que hace el bien se acordarán después; cuando resbale, encontrará quien le sostenga.
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