I Samuel 10 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 27 versitos |
1 Entonces Samuel tomó un cuerno con aceite, lo derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: He aquí que Yahweh te ha ungido como príncipe sobre su heredad.
2 Cuando hoy te vayas de mí, he aquí que te encontrarás a dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en la frontera de Benjamín, en Zelzaj, y ellos te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar fueron encontradas; y he aquí que tu padre ha dejado de preocuparse por las asnas, pero teme por ustedes, y ha dicho: ‘¿Qué voy a hacer en cuanto a mi hijo?’”
3 Y cuando sigas más adelante de allí y hayas llegado a la encina de Tabor, he aquí que te encontrarás allí a tres hombres, los cuales suben a Dios en Betel; uno lleva tres cabritos, otro lleva tres tortas de pan y el tercero lleva un odre de vino.
4 Ellos te saludarán y te darán dos piezas de pan, las cuales tomarás de sus manos.
5 Después llegarás a la colina de Dios, donde hay un destacamento de los filisteos, y cuando hayas llegado a la ciudad, he aquí que allá te encontrarás con un grupo de profetas que descienden del lugar alto, precedidos de salterios, arpas, panderos y tamboriles, y ellos profetizando.
6 Y el Espíritu de Yahweh te impulsará y profetizarás junto con ellos; y serás cambiado en otro hombre.
7 Y sucederá que cuando vengan sobre ti estas señales, harás lo que sea adecuado, porque Dios está contigo.
8 Después descenderás antes que yo a Gilgal, y he aquí que descenderé ante ti, ofreceré holocaustos y presentaré ofrendas de paz; luego esperarás durante siete días, hasta que yo vaya a ti y te haga saber lo que has de hacer.
9 Y aconteció que cuando volvió su espalda para retirarse de la presencia de Samuel, Dios le transformó su corazón, y en aquel día se cumplieron todas las señales.
10 Y llegó a Ramá, y he aquí que un grupo de profetas salió a su encuentro; entonces el Espíritu de Dios lo impulsó y él profetizó entre ellos.
11 Sucedió que cuando vieron todos los que lo conocían desde antes, que he aquí él profetizaba en medio de los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha pasado a este hijo de Quis? ¿He aquí también Saúl entre los profetas?
12 Entonces uno de allí mismo respondió, diciendo: ¿Quién es su padre? Por eso surgió el proverbio: “¿He aquí también Saúl entre los profetas?”
13 Cuando terminaron de profetizar, vino Saúl desde el lugar alto.
14 Entonces un tío de Saúl le preguntó a él y a su criado: ¿Adónde fueron? Y ellos respondieron: A buscar las asnas; pero cuando vimos que no aparecían, acudimos ante Samuel.
15 Entonces el tío de Saúl le dijo: Infórmame, ¿qué les dijo Samuel?
16 Y Saúl respondió a su tío: Nos dio a conocer con precisión que las asnas habían sido encontradas. Pero él no le informó respecto al asunto del reino, del cual Samuel le había hablado.
17 Entonces Samuel convocó al pueblo en presencia de Yahweh en Mizpa,
18 para decir a los hijos de Israel: Así dice Yahweh, el Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de la tierra de Egipto, y los libré del poder de los filisteos y del poder de todos los reinos que los oprimían”.
19 Sin embargo, ahora ustedes han desechado a su Dios, quien los libró de toda adversidad y aflicción, y han dicho: “No sea así, sino que designa un rey sobre nosotros”. Ahora pues, preséntense ante Yahweh por sus tribus y por sus millares.
20 Entonces Samuel hizo que todas las tribus de Israel se acercaran, y fue tomada por sorteo la tribu de Benjamín.
21 Luego se acercó la tribu de Benjamín por familias, y fue tomada por sorteo la familia de Matri; y fue tomado por sorteo Saúl, hijo de Quis, y lo buscaron, pero no lo encontraron.
22 Entonces Samuel consultó de nuevo a Yahweh, diciendo: ¿Dónde está este hombre? Y Yahweh dijo a Samuel: He allí, está escondido entre el bagaje.
23 Entonces ellos corrieron y lo trajeron de allí. Y habiéndose puesto de pie en medio del pueblo, era más alto que todo el pueblo, de los hombros hacia arriba.
24 Samuel dijo a todo el pueblo: Vean que Dios se agradó de él, pues no hay otro semejante a él entre todo el pueblo. Y todo el pueblo prorrumpió en gritos, diciendo: ¡Viva el rey!
25 Enseguida Samuel declaró al pueblo el proceder de un rey, lo redactó en un libro y lo guardó ante Yahweh. Luego Samuel despidió a todo el pueblo y cada uno se marchó a su casa.
26 También Saúl se fue a su casa, a Ramá, y con él iba una multitud a quienes Dios había tocado su corazón.
27 Pero unos inicuos decían: ¿Cómo nos podrá librar éste? Pues ellos lo consideraron un insensato, y no le trajeron presentes. Pero él permaneció callado.

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Introducción a I Samuel

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