I Samuel 24 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 22 versitos |
1 Aconteció que cuando regresó Saúl de ir tras los filisteos, le informaron diciéndole: He aquí que David se halla en Mizrot, la cual está en Guibaot.
2 Por lo cual Saúl tomó tres mil hombres selectos de entre todo Israel y fue a buscar a David y a sus hombres por las cumbres de la región montañosa donde había cabras monteses,
3 hasta llegar a un redil de ovejas que había en el camino, donde había una cueva; entonces Saúl se metió en la cueva y allí durmió. Y David y sus hombres estaban sentados en lo más recóndito de la cueva.
4 Entonces los hombres de David le dijeron: Éste es el día del cual Yahweh te dijo: “He aquí que entregaré a tu enemigo en tus manos; haz con él como mejor te parezca”. Entonces David se levantó y cortó sigilosamente el borde del manto de Saúl.
5 Sin embargo, después le remordió la conciencia a David por haber cortado el borde del manto de Saúl,
6 y dijo David a los hombres que lo acompañaban: Yahweh no me permita hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Yahweh, que yo extienda mi mano contra él, porque es el ungido de Yahweh.
7 Y contuvo David a los hombres que lo acompañaban con estas palabras, y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Entonces Saúl se levantó de la cueva y siguió por su camino.
8 David se levantó enseguida, salió de la cueva y gritó tras Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Cuando Saúl volteó hacia atrás, David inclinó su rostro en tierra y se postró.
9 Luego David dijo a Saúl: No prestes atención a las palabras de los que te dicen: “He aquí que David busca tu mal”.
10 He aquí que hoy has visto con tus propios ojos que Yahweh te había entregado en mis manos este día en la cueva; y los hombres que están conmigo me decían que te matara, pero yo tuve compasión de ti, y dije: “No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Yahweh”.
11 Voltea y mira también el borde de tu manto en mi mano, porque cuando corté el borde de tu manto, no te di muerte. Reconoce y date cuenta de que no hay maldad ni transgresión en mis manos, y que ningún pecado he cometido contra ti, pero tú me persigues para quitarme la vida.
12 Que Yahweh juzgue entre tú y yo, y Yahweh me vengue de ti, pero mi mano no será contra ti.
13 Como dicen los antiguos proverbios: “De los malos brotará la maldad”, pero mi mano no será contra ti.
14 ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?
15 Que Yahweh sea el juez y juzgue entre tú y yo. Qué Él considere y defienda mi causa y me vengue de ti.
16 Sucedió que cuando David acabó de expresar estas palabras a Saúl, Saúl le preguntó: ¿Es ésta tu voz, hijo mío David? Entonces Saúl alzó su voz y lloró.
17 Luego Saúl dijo a David: Tú eres más justo que yo, porque me has pagado con bien, aunque yo te haya pagado con mal.
18 Tú has demostrado hoy que me has hecho bien, porque Yahweh me había entregado en tus manos, pero no me mataste;
19 pues cuando un hombre encuentra a su enemigo y lo deja ir por buen camino, Yahweh lo recompensa con bien. ¡Yahweh te recompensará por el bien que me hiciste este día!
20 Ahora pues, he aquí que yo sé que de cierto tú vas a reinar, y que el reino de Israel será estable en tus manos.
21 Júrame por Yahweh que no acabarás con mi descendencia después de mí, y que no eliminarás mi nombre de la casa de mi padre.
22 David, pues, le hizo juramento a Saúl, y Saúl se fue a su casa. Entonces David y los hombres que lo acompañaban subieron a Mizpa.

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Introducción a I Samuel

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