Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)
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(III) Jesús, sumo sacerdote miseri(-)cordioso y fiel (3,1-5,10).
(A) Jesús, el Hijo fiel, superior a Moisés (3,1-6). El autor inicia en este momento una consideración sobre la misericordia y fideli(-)dad de Jesús en orden inverso al formulado en 2,17. 1.
hermanos santos, partícipes de una vo(-)cación celestial: Los cristianos son «santos» porque están consagrados por Jesús, y «hermanos» debido a su común relación con él (2,11). Están llamados a seguirle hasta el inte(-)rior del santuario celestial donde desempeña ahora la función de sumo sacerdote en favor de ellos,
fijos vuestros ojos en Jesús: El vb. es un aor. ingresivo. El peligro de apartarse del cristianismo se debe al olvido de lo que Cristo ha hecho por ellos; ahora deben poner cons(-)tantemente en él su mirada espiritual,
el após(-)tol y sumo sacerdote: Éste es el único lugar del NT donde Jesús es llamado «apóstol». Signi(-)fica que él es el enviado por Dios como su pa(-)labra definitiva a los seres humanos (1,2). Puesto que el interés del autor se centra prin(-)cipalmente en la obra de Jesús como sacerdo(-)te, y no en su enseñanza, a lo que se refiere principalmente es a la palabra-acontecimiento. Tal vez eso explique la omisión del artículo de «sumo sacerdote»; los dos títulos probablemente constituyen una unidad (K. Rengstorf,
«Apostolos», TDNT 1.423-24), pero no exac(-)tamente una unidad como la concibe Rengstorf (apóstol-revelador-palabra: sumo sacerdote-expiador-obra).
al que confesamos: Lit., «de nuestra confesión». Ésta es la primera de las tres veces (cf. 4,14; 10,23) en que el autor ha(-)bla de una
homología, «confesión», hecha por aquellos a quienes se dirige. Probablemente se refiere a un reconocimiento bautismal de Je(-)sús como Hijo de Dios (nótese el tono bautis(-)mal del contexto). Su enseñanza sobre Jesús como «apóstol y sumo sacerdote» pretende ser una interpretación nueva de lo que los cris(-)tianos han confesado en su bautismo (cf. G. Bornkamm,
Studien zu Antike und Christentum [BEvT 28, Múnich 1963] 188-203; Michel,
Hebraer 173). Sin embargo, lo que en este pun(-)to le interesa al autor no es el contenido de la confesión, sino su potencialidad para dar a aquellos a los que se dirige fortaleza y apoyo en sus tribulaciones (cf. V. Neufeld,
The Earliest Christian Confessions [NTTS 5, Grand Ra(-)pids 1963] 133-37).
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2. La comparación entre Jesús y Moi(-)sés se debe probablemente al hecho de que Je(-)sús es el mediador de la nueva alianza (9,15), lo mismo que Moisés lo fue de la antigua. El carácter de mediador de Moisés no estaba des(-)conectado del sacerdocio y los sacrificios; su sacrificio en el momento del establecimiento de la alianza se recuerda en 9,19-20, aunque en Heb no se le da la designación de «sacerdo(-)te». Cuanto el autor habla del sacrificio de Je(-)sús, el antitipo veterotestamentario no es Moi(-)sés, sino el sumo sacerdote aaronita en el desempeño de sus funciones el día de la ex(-)piación (9,6-15). Sin embargo, Filón habla del sumo sacerdocio de Moisés (
Quis rer. div. 182;
De praem. 53), y es posible que el autor piense en dicho sacerdocio al contraponer en este momento a Jesús y Moisés,
al que le hizo: No se trata de una referencia al origen de Jesús, sino a su designación para el cargo (cf. Schierse,
Verheissung [? 12 supra] 109). El vb. se uti(-)liza con ese significado en 1 Sm 12,6, «El Señor... que hizo a Moisés y Aarón...». La fide(-)lidad de Moisés «en toda su casa [de Dios]» procede de Nm 12,7; esta sección ha sido con(-)siderada un midrás sobre ese versículo (Montefiore,
Hebrews 72). Aunque M. R. DAngelo ve en este pasaje una alusión a ese texto, con(-)sidera que el lugar veterotestamentario citado es 1 Cr 17,14 LXX y que la cita es «una refe(-)rencia deliberada al oráculo de Natán» (
Moses in the Letter to the Hebrews [SBLDS 42, Mis(-)soula 1979] 69); tal opinión es rechazada por
E. Grásser
(ZNW 75 [1984] 15 n. 66). La «ca(-)sa» de Dios en la que Moisés fue siervo fiel es Israel.
21 3.
cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma: Aunque este versículo y el siguiente no existieran, y los vv. 5 y 6 siguieran inmediatamente al v. 2, la su(-)perioridad de Jesús sobre Moisés parecería quedar suficientemente indicada: Moisés fue el siervo fiel en la casa de Dios (v. 5), Cristo es el Hijo fiel al frente de la casa (v. 6). Sin em(-)bargo, el v. 3 está estrechamente conectado con las diferentes posiciones formuladas en los w. 5-6. En cuanto siervo dentro de la casa (Israel), Moisés formaba parte de la casa; Cris(-)to, en cuanto Hijo al frente de ella, era, junto con Dios, su constructor. En su calidad de Hijo preexistente, tenía parte en la obra creadora de Dios (1,2-3); cf. Kuss,
Hebraer 49; O. Michel, «
Oikos»,
TDNT 5.126-27. Para una opi(-)nión parecida («Jesús en cuanto Hijo... perte(-)nece a la familia del constructor»), véase W. Loader,
Sohn und Hoherpriester (WMANT 53, Neukirchen 1981) 77-78. 4.
toda casa tiene su constructor, mas el constructor de todo es Dios: Algunos especialistas entienden el v. 4b como un paréntesis (Héring,
Hebrews 25; Moffatt,
Hebrews 42; Spicq,
Hébreux 2.67); sin embar(-)go, parece que el pensamiento del autor sólo fluye de manera lógica si se extiende el parén(-)tesis al versículo entero y éste se entiende, no como un «aparte edificante» (Moffatt), sino como algo exigido por la argumentación. La casa del v. 2 es la casa de Dios, pero al usar Nm 12,7 el autor ha cambiado el pron. posesivo de la Ia a la 3a pers. («su casa» por «mi casa»). Es(-)te cambio, necesario dada la transformación del estilo directo del AT, se podría interpretar mal; «su casa» se podría interpretar errónea(-)mente como la casa de Moisés, en lugar de la de Dios. Para evitar tal malentendido y refor(-)zar así el argumento del v. 3 de que Moisés no fue quien construyó la casa, sino simplemente parte de ella, el autor recuerda quién la cons(-)truyó: Dios, que construyó todas las cosas. 5.
como servidor, para atestiguar cuanto había de anunciarse: Aquello en lo que se hace hincapié aquí no es el papel de Moisés como mediador de la antigua alianza ni como legislador; más bien, Moisés es quien predijo la dispensación cristiana,
cuanto había de anunciarse: A saber, por medio del Hijo de Dios (1,2; 2,3). 6. La «casa» es la comunidad cristiana. Su continui(-)dad con el antiguo Israel queda indicada por el hecho de que no hay dos casas, sino una so(-)la; la antigua continúa en la nueva. (Para la metáfora de los cristianos como «casa de Dios», véanse 1 Tim 3,15; 1 Pe 4,17; Ef 2,19; como «templo de Dios», véase 1 Cor 3,6; en la LQ véanse 1QS 8,5-9; 9,6.) Para las repercu(-)siones de que Cristo sea el Hijo que está «al frente de» la casa, véase el comentario al v. 3.
si es que mantenemos la confianza y nos gloria(-)mos en lo que esperamos: La mayoría de los mss. añaden «firme hasta el fin», pero tal adi(-)ción no se encuentra en B ni en P4' y parece ser una interpolación procedente del v. 14. Aun(-)que el gr.
parrhésia, «confianza», podría signifi(-)car «audacia» y apuntar a un reconocimiento abierto de la fe ante el peligro y la tribulación (Montefiore,
Hebrews 73), las exhortaciones de Heb a la fidelidad no parecen estar motiva(-)das por el peligro de la persecución, que re(-)queriría una confesión audaz, sino más bien por el peligro de «extraviarse» (2,1), que re(-)quiere confianza.
22 (B) Advertencia basada en la infide(-)lidad de Israel (3,7-4,13). 7.
el Espíritu San(-)to: El espíritu de Dios, inspirador de las Escri(-)turas, habla a través de ellas. No se deben ver en la expresión conceptos trinitarios. El ver(-)sículo inicia una sección de advertencia basa(-)da en la experiencia de Israel durante la pere(-)grinación por el desierto. El argumento se apoya en la primitiva concepción cristiana que ve la redención realizada por Cristo como un nuevo éxodo. En el AT, el éxodo había servido como símbolo del regreso de los judíos del exi(-)lio de Babilonia (Is 42,9; 43,16-21; 51,9-11); en el NT, la obra redentora era considerada como un nuevo éxodo, experimentado en primer lu(-)gar por Jesús mismo (Lc 9,31) y después por sus seguidores (1 Cor 10,1-11). Los destinata(-)rios de Heb están todavía en camino hacia la meta de su éxodo: el santuario celestial adon(-)de les ha precedido Jesús (6,20). Se han can(-)sado y están en peligro de interrumpir su via(-)je. De ahí la advertencia para que no dejen de alcanzar la meta, como aquellos hebreos que se rebelaron contra Dios. La cita de los vv. 7b-11 está tomada de Sal 95,7b-l 1, pero difiere en muchos aspectos de la lectura de los LXX. La diferencia principal es que, mientras que los LXX (y el TM) conectan los «cuarenta años» (v. 10) con la ira de Dios, en este caso van con la frase anterior, «vieron mis obras», aunque en el v. 17 se sigue el orden de los LXX. La ra(-)zón de la trasposición no está clara. 9.
vues(-)tros padres me pusieron a prueba: cf. Éx 17,7; Nm 20,2-5. 11. Cf. Nm 14,1-23.
mi descanso: La tierra de Palestina; cf. Nm 20,12; Dt 12,9. Kasemann considera que el motivo de Heb del viaje del pueblo de Dios hasta su descanso asignado es un tema gnóstico (
Wandering [--> 8 supra] 67-75; contra esto, véase C. Colpe,
Die religionsgeschichtliche Schule [FRLANT 78, Gotinga 1961]), pero el equivalente veterotestamentario parece ser una explicación satis(-)factoria de la fuente de la cual echó mano el autor de Heb. (Para la opinión de que a Heb no le interesa el viaje de Israel como tal, sino únicamente la negativa de los hebreos a entrar en la tierra prometida debido al miedo que te(-)nían de que sus habitantes les dieran muerte [Nm 14,11-12.21-23.27-35], véase O. Hoñus,
Katapausis [WUNT 11, Tubinga 1970] 116-46; de manera parecida Strobel,
Hebraer 112). 12.
el Dios vivo: El calificativo «vivo» aplicado a Dios significa que éste se maniñesta en sus obras (cf. Jos 3,10; Jr 10,10). La expresión «apostatar del Dios vivo» se toma frecuente(-)mente como indicio de que Heb no fue escrito para cristianos judíos en peligro de recaer en el judaísmo, sino para convertidos paganos; en el caso de un regreso al judaísmo, se argu(-)ye, no se hablaría de «apostatar del Dios ver(-)dadero». Sin embargo, el autor no habla sim(-)plemente del Dios verdadero, sino del Dios verdadero en cuanto vivo, es decir, en cuanto actúa y, concretamente, en cuanto se mani(-)fiesta en Cristo. Alejarse del cristianismo es, entonces, apostasía del Dios vivo, aun cuando fuera un regreso al judaísmo, donde se pasa por alto el acto supremo de Dios. 13.
mientras todavía es hoy: El autor anticipa lo que va a de(-)cir en 4,2-11. El «descanso» en el que Israel iba a entrar era sólo una prefiguración de aquel descanso al que están llamados los des(-)tinatarios de la epístola; y todavía está abierto a ellos, siempre y cuando perseveren en la fe con la cual iniciaron su vida como cristianos.
14.
hemos llegado a ser compañeros de Cristo: Probablemente la participación significa com(-)partir el destino común de entrar en el san(-)tuario celestial.
23 16-19. Cf. Nm 14,1-38; Dt 1,19-40. De(-)bido al miedo que les producía la perspectiva de entablar batalla con los cananeos, los he(-)breos se negaron a entrar en la tierra de Canaán. En castigo, el Señor decretó que todos, salvo los exploradores Caleb y Josué y quienes habían nacido después de la salida de Egipto, murieran en el desierto sin llegar a entrar en la tierra prometida. El autor hace hincapié en la conexión entre desobediencia (v. 18) e incre(-)dulidad (v. 19). 4,2.
el evangelio nos ha sido predicado a nosotros lo mismo que a ellos: De(-)bido a que la promesa hecha a los hebreos de que entrarían en Palestina prefiguraba la pro(-)mesa hecha a los cristianos de que entrarán en el cielo, el autor utiliza terminología neotestamentaria para describir lo que había oído Is(-)rael; fue «el evangelio». 3-4. El «descanso» de Dios se ve con una dimensión más honda que no lo limita a Palestina. Sal 95,11 llama a esa tierra descanso de Dios («mi descanso») por(-)que era el lugar de descanso que iba a dar a su pueblo (contra G. von Rad, que ve la espiri(-)tualización del concepto en el salmo mismo; véase
Gesammelte Studien zum Alten Testa(-)ment [Múnich 1965] 101-08 [trad. esp.:
Estu(-)dios sobre el Antiguo Testamento (Salamanca 1982]). El autor lo entiende como una partici(-)pación en el descanso en el que Dios entró des(-)pués de que la obra de la creación hubiera quedado completada. Quienes sean fieles en(-)trarán en la morada de Dios, descrita aquí como un lugar de descanso, y no como el san(-)tuario celestial (modo habitual en que la de(-)signa el autor) ni como la ciudad permanente (13,14).
24 6-9. El autor intenta encontrar dentro del salmo su personal interpretación del des(-)canso de Dios. El sustantivo hebr. equivalente a «descanso» en Sal 95,11 es
menüha y es dife(-)rente del vb. «descansar» en Gn 2,2 (
sábat), pe(-)ro los LXX utilizan en ambos casos una pala(-)bra derivada de la misma raíz gr.:
katapausis (Sal 95,11) y
katapauó (Gn 2,2). De ahí que el autor de Heb encuentre en el texto del salmo una base para su interpretación. Sostiene él que lo que se les prometió a los hebreos no fue Palestina, sino una participación en el descan(-)so propio de Dios tras la creación; cf. la idea ju(-)día de que el sábado, que refleja ese descanso, es «la imagen del mundo venidero»
(Gen. Rab.17 [12a]). Debido a su incredulidad, muchos de los hebreos del período del éxodo quedaron ex(-)cluidos de ese descanso, y ni siquiera los que entraron en Palestina bajo el mando de Josué (v. 8) entraron en el descanso prometido, que es una realidad mayor que la tierra prometida. (Puesto que la forma gr. de «Josué» es la mis(-)ma que la de «Jesús», el nombre como tal po(-)ne de relieve tanto la semejanza como el con(-)traste entre la figura del AT, que condujo a los hebreos a Palestina, y Jesús, que conduce a sus seguidores al descanso celestial de Dios.) Si no fuera así, Dios no seguiría ofreciendo la promesa mucho después de que Palestina hubiera sido ocupada. Sin embargo, sigue haciéndolo, como demuestra el mandato «de David» a los israelitas de su tiempo. Dicho mandato tam(-)bién va dirigido a los cristianos: «Si hoy escu(-)cháis su voz, no endurezcáis vuestros corazo(-)nes» (Sal 95,7-8). Debido a que la promesa sigue en pie, «queda un descanso sabático pa(-)ra el pueblo de Dios» (v. 9), una participación en el descanso sabático de Dios mismo.
25 11.
esforcémonos por entrar: Aunque el vb.
spoudazó, «esforzarse», también puede sig(-)nificar «apresurarse», el contexto no hace pen(-)sar en este significado. No se trata en absolu(-)to de darse prisa para entrar en el descanso, sino más bien de perseverar en el esfuerzo ne(-)cesario para alcanzarlo. 12-13. Estos dos ver(-)sículos continúan la exhortación a perseverar, pues la palabra de Dios juzga correctamente, dado que nada le es desconocido; a su luz han de ser juzgados dignos o indignos de entrar en el descanso de Dios los miembros de la pre(-)sente generación. 12.
la palabra de Dios: Esto hace referencia al v. 7. Es la Palabra que habla a los seres humanos, invitándoles a la fe y la perseverancia. Es una Palabra salvadora, pero también juzga, puesto que condena a quienes se niegan a escucharla,
viva y eficaz: La Pala(-)bra se describe de una manera calculada para poner de relieve su eficacia: produce vida (cf. Dt 32,47) y consigue su propósito (cf. Is 55,10-11) . No parece que el autor pretenda más que una personificación de la Palabra, aunque al(-)gunos ven aquí una referencia a la palabra de Dios encarnada en Jesús (cf. H. Clavier,
«Ho logos tou theou dans lépitre aux Hébreux»,
New Testament Essays [Fest. T. W. Manson, ed. A. J. B. Higgins, Manchester 1959] 81-93; R. Williamson,
ExpTim 95 [1983-84] 4-8).
más cortante que espada alguna de dos filos: cf. Is 49,2; Prov 5,4; Sab 18,16. El poder de penetra(-)ción de la Palabra se describe con lenguaje filoniano (cf.
Quis rer. div. 130-31), pero en su contexto Filón no habla del poder de la Pala(-)bra con respecto al juicio, como ocurre aquí.
alma y espíritu: Algunos ven en estas palabras una concepción del ser humano como com(-)puesto de cuerpo, alma y espíritu (E. Schweizer,
«Pneuma», TDNT 6.446); es difícil estar de acuerdo con F. F. Bruce en que «sería cierta(-)mente aventurado sacar de estas palabras conclusión alguna acerca de la psicología de nuestro autor» (
Hebrews 82). Estos compo(-)nentes humanos, como las correlativas «arti(-)culaciones y médulas», están íntimamente co(-)nectados, y la declaración de que la Palabra es lo bastante cortante para separarlos se hace simplemente para insistir en su poder de pe(-)netración.
capaz de juzgar las reflexiones y pen(-)samientos del corazón: El autor atribuye a la Palabra ese conocimiento de los seres huma(-)nos que sólo tiene Dios (cf. Hch 1,24; 15,8). 13.
desnudo y patente: El ptc. gr.
tetrachélismena, «patente», guarda relación con el sustanti(-)vo
trachélos, «cuello». El contexto indica que es sinónimo de «desnudo», pero ninguna de las explicaciones de cómo llegó a adoptar ese significado resulta realmente satisfactoria. Las palabras gr. de la última frase de este versículo pueden significar «acerca de quien hablamos» o «a quien hemos de dar cuenta». Esto último se ajusta mejor al contexto. Williamson (véase el comentario al v. 12) considera probable que el significado sea «con quien el Logos (Pala(-)bra) está presente en favor nuestro», y compa(-)ra esta frase con Jn 1,1.