Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)
52 (D) Jesús, Hijo y Siervo de Dios, vence al diablo (4,1-13). Lucas, que basa su relato en Mc y Q, cambia el orden de las tentaciones y ubica la última en Jerusalén. Cuando Jesús esté sobre la cruz, en Jerusalén, volverá a encontrar tentaciones como las de 4,1-13 (cf.23,34b-39) y de nuevo las vencerá, a ellas y al mal, mediante su fe. Cf. J. Neyrey,
The Passion According to Luke (TI, Nueva York 1985) 156-92. Las especulaciones sobre el final del tiempo incluían el elemento mítico de la derrota del diablo (
AsMo 10,1;
l Hen 69,29). Lucas manifiesta también este tipo de pensamiento en 10,17-20; 11,22; 22,3.53; Hch 10,38; 26,18, que son pasajes donde describe el ministerio de Jesús y de la Iglesia. Dado que 4,1-13 contiene este modo de pensamiento mítico, resulta difícil evaluar su historicidad. Es plausible que Jesús utilizase estos patrones de pensamiento apocalíptico de su época para hablar a sus discípulos de las pruebas a las que se vio enfrentada su fe, generadas por los conflictos que encontró en su predicación del reino. Además del mensaje cristológico que hay en ellas, Jesús, Hijo y Siervo, es el paradigma de la nueva humanidad que vence al mal mediante el Espíritu y la fe obediente, encontramos también un mensaje eclesiológico. La confianza y la fe en la bondad de su Dios y Padre, y en la palabra de Dios como el armamento más seguro en todo conflicto (cf. Ef 6,17), son un modelo para todos los cristianos, que también están dotados con el Espíritu Santo.
53 1. lleno de Espíritu Santo: Esta proposición aparece solamente aquí y en Hch 6,5 y 7,55 (Esteban) y 11,24 (Bernabé). Jesús es el modelo para los cristianos amenazados,
del Jordán: Clara conexión con el bautismo de Jesús en el Jordán (3,21-22), en que se reveló como Hijo y Siervo,
conducido por el Espíritu: El Espíritu, otorgado a Jesús en su bautismo, no lo conduce a la tentación, sino que es el poder que lo sostiene durante ella. Una parecida tradición bautismal puede hallarse tras Rom 8,14.
en el desierto: Tal vez una referencia al desierto de Judá. En 8,29 y 11,24, el desierto es el lugar donde habitan los demonios. No parece percibirse ninguna referencia a la experiencia de desierto de Israel.
2. cuarenta días: En la tradición bíblica, «cuarenta» equivale a un periodo suficientemente largo de tiempo (cf. Jon 3,4). Pero es Mateo, no Lucas, quien evocará la experiencia de desierto de Israel (cf. Mt 4,2 y Éx 34,28) en su relato de las tentaciones de Jesús. En Lucas, Jesús no es ni un nuevo Moisés ni tampoco un nuevo Israel.
tentado por el diablo: A diferencia de Mateo, que mezcla en su relato «Satán» y «diablo», Lucas se refiere al fiscal de Dios (cf. Job 1-2) considerado como
diabolos. El destino de Jesús como Hijo y Siervo es desafiado por los riesgos y ambigüedades de la existencia humana cotidiana,
no comió nada: No se trata de un ayuno penitencial. Tampoco hay referencia alguna a la experiencia de Israel en el desierto, en el que permaneció 40 años, no 40 días. El ayuno es símbolo de la plenitud de Espíritu que posee Jesús, y de su impotencia, contingencia y humillación ante un Dios omnipotente que, generosamente, da y mantiene la vida. Cf. J. F. Wimmer,
Fasting in the New Testament (TI, Nueva York 1982).
3. si eres Hijo de Dios: Tanto aquí como en el v. 9, Jesús es llamado «Hijo de Dios», una clara referencia a su bautismo (3,22) y a «Adán, hijo de Dios» (3,28). Jesús, Hijo y Siervo de Dios, que cumple el plan de Dios en la creación y en la historia de Israel (3,23-38), es fiel al plan divino, mientras que ni Adán ni Israel lo fueron,
esta piedra: Lucas, de forma más realista que Mateo, menciona sólo una piedra. No se imagina la transformación del desierto rocoso de Judá en una panadería.
4. no sólo de pan vive el hombre: Al estar sin alimentarse durante tanto tiempo, el ser humano Jesús está, obviamente, hambriento, y es vulnerable a la tentación del diablo. La respuesta de Jesús al diablo está tomada de Dt 8,3. Sus respuestas posteriores en los vv. 8 y 12 también están tomadas del Deuteronomio (6,13.16). Jesús combate al diablo con las armas de la palabra poderosa de Dios, tal como se hallaba en la madura reflexión de Israel sobre la experiencia del éxodo, donde aprendió la fidelidad a la promesa, la soberanía y la misericordia de Dios, y lo que se exigía al pueblo elegido de la alianza. Jesús, provisto con el Espíritu de Dios y capaz de proveerse alimento para sí mismo, confía en su Dios soberano y bondadoso, que le da la vida y el alimento. La obediencia de Jesús como Hijo, simbolizada en el ayuno, se expresa ahora verbalmente. Jesús confía en que su Padre lo sostendrá en todos los conflictos y pruebas.
5. llevándole: El texto no es claro. Parece que Lucas ha suprimido «montaña» y ha añadido «en un instante» para dar una visión más realista de la tentación. No hay montaña alguna desde la que Jesús pudiera haber visto todos los reinos de la tierra. Sólo podría verlos como «en un abrir y cerrar de ojos».
6. poder: El poder en sentido político (
exousia) es característico de Lucas (cf. 20,20; 23,7).
8. está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto: Jesús cita Dt 6,13. El diablo ataca el ayuno de Jesús desde otro ángulo. Remitiendo a la experiencia de Israel del celo de Dios por el pueblo elegido, Jesús verbaliza de nuevo lo que para él significa el ayuno: su Dios es el único sustento de la vida auténtica. Mediante su referencia al «poder político» en el v. 6, Lucas puede estar remitiendo también a una de las dimensiones de la servidumbre de Jesús. En 22,24-27, Jesús, obediente a la voluntad de su Padre, es el Siervo que manda a sus discípulos desechar el poder político como modelo de servidumbre.
9. Jerusalén: El orden lucano hace de ésta la última tentación. En Jerusalén, Jesús culmina su
exodus (cf. 9,31) hacia Dios a través de la cruz, muerte, resurrección y ascensión, como obediencia a la voluntad y al plan del Padre. En Jerusalén, Satán se apodera de Judas (22,3); en Jerusalén, actúan poderosamente las potencias de la oscuridad (22,53).
Hijo de Dios: cf. el paralelo del v. 3. De nuevo encontramos una referencia a 3,22 y 3,38.
54 10-11. está escrito: El diablo utiliza ahora las mismas armas de Jesús y cita la Escritura (Sal 91) en un intento de probar al Jesús en ayunas que Dios lo sostendrá igualmente si va por propia iniciativa a Jerusalén y realiza algo extraordinario.
12. no tentarás al Señor tu Dios: Obediente a la voluntad de Dios, Jesús cita Dt 6,16. De nuevo verbaliza Jesús el significado de su ayuno: El plan y la voluntad de Dios son categóricos, incluso aunque éstos impliquen el sufrimiento y la muerte ignominiosa del inocente Jesús en Jerusalén.
13. por un tiempo: El hecho de que el diablo se aparte de Jesús por un tiempo no significa que exista un periodo de inactividad diabólica entre las tentaciones y su llegada a Jerusalén (a pesar de lo que afirma Conzelmann,
TL 50-51). En el desarrollo de su ministerio, Jesús seguirá encontrándose con las fuerzas del mal, que lo identificarán (4,41; 8,29), pero a las que vencerá. El conjunto 4,1-13 resulta así programático del ministerio de Jesús: Jesús, Hijo, Siervo y culminación humana del plan de Dios, superará la hostilidad a su misión mediante su fe obediente, y liberará a los hombres y las mujeres de la esclavitud del diablo (Hch 10,38).
55 (IV) Ministerio de Jesús en Galilea (4,14-9,50).
(A)Descripción previa del ministerio de Jesús en Galilea (4,14-15). por la fuerza del Espíritu: La proclamación del reino de Dios, con palabras y hechos, procede del Espíritu creador de Dios (cf. 3,21-22).
a Galilea: Para Lucas no sólo tiene relevancia teológica Jerusalén (la ciudad del cumplimiento de la promesa de Dios), sino también Galilea. Galilea es el territorio donde Lucas comienza su descripción del significado del reino de Dios. Como J. Nützel ha observado
(Jesús ais Offenbarer Gottes nach den lukanischen Schriften [FB 39, Wurzburgo 1980] 28-30) 4.14-44, esp. 4,43, presenta un potente sumario del ministerio de Jesús de la proclamación del reino de Dios en Galilea. Esta proclamación implica el cumplimiento de las promesas de Dios (4,16-30), el restablecimiento de la salud para hombres y mujeres, y la expulsión de demonios (4,31-44). Galilea es también el lugar donde convoca Jesús a los testigos de su ministerio (cf. Hch 1, 11; «hombres de Galilea»; 1,21-22: criterios para ser apóstol; 10,37-38: kerigma de Pedro sobre Jesús, cuya misión empezó en Galilea). Finalmente, Galilea es el lugar donde los discípulos no entienden ni la persona ni la misión de Jesús, pero se maravillan de sus poderosas acciones y disputan entre ellos sobre quién era el más importante (9,43-46). Una vez que sus ojos hayan sido abiertos por Jesús en su camino hacia la cruz (9,51-19,27), y por el Jesús crucificado y resucitado (24,45), comprenderán el papel de Jesús en el plan y voluntad de Dios, y ya no regresarán a Galilea (24,7, en contraste con Mc 16,7). Su viaje partirá desde Jerusalén en dirección hacia todas las naciones (24,47). Cf. R. J. Dillon,
From Eye-Witnesses to Ministers of the Word (AnBib 82, Roma 1978) 37-38.
56 15. enseñaba: Lucas introduce uno de sus temas dominantes: la presentación de Jesús como maestro. En 14 ocasiones se predica de Jesús el vb.
didaskein: 4,15.31; 5,3.17; 6,6; 11,1; 13,10.22.26; 19,47; 20,1.21; 21,37; 23,5; muchos de estos pasajes nos presentan a Jesús enseñando en la sinagoga y en el templo. A Jesús se llama
didaskale en 13 ocasiones: 7,40; 8,49; 9,38; 10,25; 11,45; 12,13; 18,18; 19,39; 20,21.28.39; 21,7; 22,11. Y
epistata 6 veces: 5,5; 8,24 (2 veces); 9,33.49; 17,13. Mediante este tema, Lucas subraya la autoridad que tiene Jesús para hablar al pueblo sobre Dios y su plan de salvación; también implica que, en cuanto maestro, tiene discípulos para quienes su proceder es normativo,
sus sinagogas: Notemos que, con frecuencia, la cuestión sobre la identidad de Jesús se produce en una sinagoga, tanto en Lucas (p.ej., 4,16-30), como en Hechos (p.ej., 13,13-52). Mediante el motivo de la sinagoga, Lucas subraya que Jesús está en continuidad con las antiguas promesas de Dios. Pero también se producen persecuciones y hostilidades contra Jesús dentro de la sinagoga (p.ej., 4,16-30), y contra sus discípulos (p.ej., 12,11; 21,12; Hch 18,1-11). Jairo, un jefe de una sinagoga (8,41), acoge favorablemente a Jesús; otro, sin embargo, cuyo nombre desconocemos, le es claramente hostil (13,14). La comunidad lucana lucha por dialogar con sus hermanas y hermanos judíos sobre Jesús como aquel que cumple sus Escrituras comunes. La historia de Lc-Hch no es un relato ininterrumpido de los éxitos del camino de la palabra de Dios desde Galilea hasta Jerusalén, y desde aquí hasta los confines de la tierra. La cruz mitiga toda tendencia lucana a escribir una teología de gloria. Cf. Tiede,
Pro(-)phecy and History.
57 (B) Jesús cumple las promesas de Dios a favor de todos (4,16-30). Este relato programático del ministerio de Jesús es un ejemplo fundamental del modo en el que Lucas ordena sus materiales de acuerdo con el principio teológico promesa -cumplimiento (cf. 1,1-4). Para la descripción de la predicación inaugural de Jesús, Lucas utilizó como una de sus fuentes Mc 6,1-6a, un pasaje que no describe el inicio del ministerio de Jesús. También utilizó materiales de la tradición en los vv. 23 y 25-27. Los vv. 17-21 y 28-30, que dejan traslucir motivos teológicos típicamente lucanos, proceden de su propia mano. Cf.
FEL 425.
58 16. donde se había criado: Es importante, desde el principio, para la interpretación de la reacción de los habitantes en el problemático v. 22, que nos demos cuenta de que los compatriotas de Jesús en la oscura y diminuta Nazaret (cf. Jn 1,46) piensan que lo conocen totalmente,
sinagoga: Parece que, durante el s. I d.C., el culto sinagogal del sábado consistía en el cántico de un salmo, la recitación del
Shema Israel y las dieciocho bendiciones, una lectura de la Torá y otra de los Profetas, una homilía sobre el significado de estas lecturas, una bendición del presidente y la bendición sacerdotal de Nm 6,24-27. Es altamente controvertido si en esta época existía un ciclo trienal de lecturas,
sábado: Éste es el primero de los seis incidentes provocados por la actividad de Jesús en día de sábado: cf. 4,31-37; 6,1-5; 6,6-11; 13,10-17; 14,1-6. Nos encontramos ante un relato programático para interpretar las actividades que Jesús realizaba en sábado: el sábado está subordinado a Jesús porque él es el cumplimiento escatológico de las promesas de Dios para el hambriento, el enfermo y el encarcelado. Cf. S. G. Wilson,
Luke and the Law (SNTSMS 50, Cambridge 1983) 35.
como era su costumbre: Lucas subraya la continuidad entre lo antiguo y lo nuevo; Jesús está en la línea de la mejor tradición de Israel.
59 17. encontró el pasaje: Nos hallamos ante la teología lucana de promesa-cumplimiento. Como el análisis de los vv. 18-19 dejará claro, este texto isaiano no se encontraba en ninguno de los rollos de la sinagoga. Es una composición artística, formada por la combinación de Is 61,1-2 e Is 58,6, que deja traslucir el colorido propio de la cristología lucana.
18-19. Este texto está formado por Is 61, la.b.d; 58,6d; 61,2a. En la cita de Is 61, que los esenios de Qumrán también se aplicaban (llQMelq), Lucas omite aquellos elementos que podrían espiritualizar el texto o restringir su focalización sobre el «verdadero» Israel. En este sentido, omite Is 61,1c: «a vendar los corazones rotos», y también Is 61,2b-3a: «(para anunciar) un día de venganza, para consolar a todos los que lloran, para darles a los afligidos de Sión gloria en lugar de ceniza». Añade Is 58,6, que se encuentra en un pasaje que describe el verdadero ayuno que Yahvé desea, referido a la liberación de los que estaban cargados de deudas. Cf. R. Albertz,
ZNW 74 (1983) 182-206.
Espíritu del Señor: Desde 1,35 y 3,22, el lector sabe que Jesús posee el Espíritu. Ahora se subraya la finalidad de ese don del Espíritu: beneficiar a los desgraciados por causas económicas, físicas y sociales,
buena noticia a los pobres: Mediante su modificación de Is 61, esp. por la introducción de Is 58,6, Lucas muestra que el término «el pobre» no debe interpretarse metafóricamente como el «Israel necesitado», objeto del favor de Dios cuando acontezca la «nueva restauración». Lucas intensificará este mensaje universalista en los vv. 25-27. Como dejará claro el análisis de 6,20-26; 7,22 y 14,13.21, es en este contexto en el que debemos interpretar el sentido de «pobre»,
liberar a los encarcelados: Aveces, es(-)te aspecto del ministerio de Jesús parece cum(-)plirse en 13,10-17 y 23,39-43, pero resulta mucho mejor considerarlo como una referencia a los que están encarcelados a causa de las deudas. Jesús se dirigirá a los presuntos responsables de estos encarcelamientos en 6,35.37. La imagen del jubileo bíblico aparece también en la superficie de esta frase. El año jubilar se celebraba cada cincuenta años. En este año, los campos se dejaban en barbecho, las personas regresaban a sus casas, las deudas eran canceladas y los esclavos liberados. La imagen que subyace tras todo esto es la de la restauración, nuevo comienzo, fe en la soberanía de Dios, y la convicción de que las estructuras económicas y sociales debían reflejar el reino de Dios. Cf. S. H. Ringe,
Jesús, Liberation, and the Biblical Jubilee (OBT, Filadelfia 1985); R. B. Sloan,
The Favorable Year of the Lord (Austin 1977). En griego «liberar» se dice
aphesis. La versión LXX de Lv 25,10 utiliza
aphesis como traducción del hebr. «jubileo»; en Dt 15,1-11 (LXX), el año sabático es denominado
aphesis (cf. además Éx 23,10-11). Que estas reflexiones sobre el jubileo eran contemporáneas de Lucas tiene una confirmación en Qumrán. En sus reflexiones sobre el final de los tiempos, los esenios relacionaban Is 61,1 con Lv 25,10-13 y Dt 15,2 (cf. llQMelq), e identificaban la «liberación» con la de los deudores durante el año jubilar. Aunque este trasfondo socioeconómico del jubileo está muy presente en todo este pasaje, no deberíamos pasar por alto que
aphesis es también la palabra que Lucas utiliza para referirse al «perdón» (de los pecados), p.ej., 24,47.
liberar a los oprimidos: Esta frase de Is 58,6 contiene también el término
aphesis. El gr.
thraud, tras el término «oprimidos», significa literalmente «romper en fragmentos» (como, p.ej., una roca). Én un sentido figurativo significa «romper», «oprimir espiritualmente». Cf.
BAGD 363. Según Neh 5,1-10, es plausible que «oprimidos» se refiera a los oprimidos por las deudas y el encarcelamiento,
para proclamar el año aceptable del Señor: Lucas ha cambiado el vb.
kalesai (Is 61,2a LXX), «llamar», por
kéryxai, «proclamar». Para Lucas, se trata de la proclamación de que Dios ha cumplido en Jesús las antiguas promesas. De nuevo aparecen las imágenes jubilares. En griego «aceptable» se dice
dektos; este término volverá a aparecer en el v. 24, con referencia al tema del profeta «aceptado». El ministerio de Jesús es el único que Dios acepta, puesto que no limita sus palabras y acciones a su propio pueblo; su ministerio que no conoce límites será precisamente la razón por la que aquel pueblo no lo aceptará, ni a él ni sus palabras. Cf. D. Hill,
NovT 13 (1971) 169.
60 21. hoy se ha cumplido esta escritura: La palabra «hoy» introduce un tema lucano importante (cf. también 2,11; 22,61; 23,43); no debería interpretarse como un dato referido al tiempo histórico de Jesús. Se trata, más bien, de una referencia al tiempo actual del cumplimiento (no obstante Conzelmann,
TL 62; cf. Schweizer,
Good News 89). Las primeras palabras del Jesús adulto, en Lucas, tratan del tema de la fidelidad de Dios a la promesa.
22. Este notoriamente problemático versículo exige que lo estudiemos palabra por palabra. Cf. F. Ó Fearghail,
ZNW 75 (1984) 60-72.
todos daban un testimonio favorable de él: No hay ninguna evidencia en Lucas ni en otro escrito del NT de que el vb.
martyrein tenga un sentido negativo, es decir, de que hubiera que interpretarlo en el sentido de que daban testimonio contra él. Los datos de las inscripciones apuntan hacia el significado de «testimonio favorable emitido por la gente que vivía con la persona en cuestión». Este significado está apoyado por el v. 16: «donde se había criado»,
pero estaban asombrados por las palabras de salvación que salían de su boca: Los paralelos de Hch 14,3 y 20,24.32 sugieren que
hoi logoi tés charitos debería traducirse no por «palabras de gracia o encantadoras», sino por «palabras de salvación». Dt 8,3 nos ayuda a explicar el sentido de «salían de su boca». En el Deuteronomio, se refiere a la palabra de Dios. Los habitantes están asombrados de que uno a quien conocen de toda la vida sea el mensajero de tal noticia,
¿no es el hijo de José?: La pregunta da las razones del asombro de los habitantes, y para los lectores se trata de una ironía, dado que ya conocen 1,32.35; 3,21-22; 4,1-13.
23. Como en 11,37-54, Lucas presenta a Jesús tomando la ofensiva contra quienes lo escuchan. Les acusa de su falta de fe en él como cumplimiento de las promesas de Dios, y de desear que realizara acciones poderosas solamente por curiosidad y para su propio beneficio.
61 24. ningún profeta es aceptado: Lucas nos remite al tema del «profeta rechazado», tanto aquí como en los vv. 25-27. Cf. también 6,22-23; 11,49-51; 13,34-35; Hch 7,35.51-52. Este tema destaca la compasión ilimitada de Dios al continuar enviando profetas a un pueblo rebelde. El modelo del tema del «profeta rechazado» se encuentra claramente en Neh 9,26-31: (1) rebelión y asesinato de los profetas; (2) castigo; (3) misericordia mediante el envío de nuevos profetas; (4) pecado y rechazo de los profetas. La primera parte de este modelo se encuentra en Lc 1-23; la segunda parte domina Lc 24 y el libro de Hechos. Precisamente por esto, el rechazo de Jesús en 4,16-30 no debería considerarse como la respuesta final que da Dios a Israel mediante Jesús. Cf. R. J. Dillon, «Easter Revelation and Mission Program in Luke 24,46-48»,
Sin, Salvation and the Spirit (Fest. Liturgical Press, ed. D. Durken, Collegeville 1979) 240-70.
25-27. Mediante las referencias a la misericordia de Dios a favor de personas necesitadas que no pertenecían al pueblo elegido, a través de los profetas Elías (1 Re 18,1) y Elíseo (1 Re 17,9), Lucas fundamenta su universalización de Is 61,1-2 en los vv. 18-19. Notemos también que la misericordia de Dios afecta por igual a hombres y mujeres.
62 28. todos se llenaron de ira: Su reacción es parecida a la del v. 22. Pero ahora ya saben con toda claridad, por los ejemplos de Jesús en los vv. 25-27, que el ofrecimiento de salvación de Dios mediante el profeta Jesús no está restringido exclusivamente a ellos. La gracia de Dios no está condicionada por nada. Ellos no son los «pobres de Dios» para exigir un tratamiento especial.
29-30. Jesús prosigue su camino hacia Dios de acuerdo con el plan divino, al que nada puede oponerse. La huida de Jesús apunta hacia la victoria de la Pascua. Cf. J. A. Sanders, «From Isaiah 61 to Luke 4»,
Christianity, Judaism and Other Greco-Roman Cults (Fest. M. Smith, ed. J. Neussner, SJLA 12, Lei(-)den 1975) 1.75-106;
God Has a Storv Too (Fila(-)delfia 1979) 67-79;
Int 36 (1982) 144-45.
63 (C) El reino de Dios restablece en su integridad a hombres y mujeres (4,31-44).
Esta sección, basada en Mc 1,21-39, es una unidad bien trabada. Lucas utiliza un conjunto de actividades de Jesús, que, inadecuadamente, aparentan ser un día típico del ministerio de Jesús, para crear un catecismo cristológico destinado a sus Iglesias.
31-37. Es el primero entre los muchos exorcismos que encontramos en Lc-Hch. Además del relato de curación en 4,38-39 y de la tempestad calmada en 8,22-25, donde se utiliza el término técnico para exorcismo
epitiman (4,39 y 8,24, respectivamente), Lucas cuenta otros tres exorcismos; 8,26-29; 9,37-43a; 13,10-17. Sólo 13,10-17 es propio de Lucas; los otros proceden de Marcos. También habla Lucas de los exorcismos de Jesús en sus sumarios: 4,40-41; 6,17-19; 7,21; 13,32; Hch 10,38. Los dos primeros proceden de Marcos; el tercero, de Q; los dos últimos, de L. Los seguidores de Jesús son liberados de los demonios (8,1-3) o comparten su poder sobre el mal: 9,1-6.49-50; 10,17-20; Hch 5,16; 8,7; 16,16-18. Todos son propios de Lucas, excepto 9,1-6.49-50. En la perícopa de Q, 11,14-26, Jesús entra en controversia con los dirigentes religiosos sobre la cuestión del origen de su poder sobre el mal. Ni Lucas ni las tradiciones conocidas por él podían evitar poner de relieve que en Jesús Dios está liberando a la creación de aquellos poderes que la estrangulan. Llevan mucha razón quienes opinan que Lc 11,20 y Hch 10,38 son claves para entender todo cuanto Lucas dice sobre Jesús y el mal: Jesús manifiesta con sus exorcismos la naturaleza del poder de Dios; todo su ministerio puede describirse como liberación de todos aquellos que están oprimidos por los poderes del mal. Cf. W. Kirchschlágter,
Jesu exorzistschen Wirken aus der Sicht des Lukas (Ósterreichische biblische Studien 3, Klosterneuburg 1981).
64 31. Cafamaún: Ya en 4,23 anticipó Lucas parte de lo que quería decir sobre este importante centro de comercio, que estaba localizado en la ribera noroccidental del mar de Galilea (? Geografía bíblica, 73:61). Lucas completará su relato en 7,1 y 10,15; este último versículo suena realmente amenazador. Cafarnaún tenía una población de unos 15.000 habitantes. Cf. L. J. Hope,
What Are They Saying About Biblical Archaeology? (Nueva York 1984) 58-78, esp. 58.
ciudad polis): Lucas tiende a situar las historias sobre Jesús y Pablo en las ciudades, que son los centros culturales, económicos, políticos y sociales de toda una comarca.
enseñaba los sábados: cf. 4,14-15.
32. su palabra: Se refiere a su enseñanza. En la
inclusio de 4,36 encontraremos una referencia a esta palabra sobre los espíritus impuros. La enseñanza de Jesús tiene tanto poder como un exorcismo.
33-34. sinagoga: Se hace explícito lo que estaba implícito en los vv. 31-32. Cf. 4,14-15. En torno al tema de la pureza se unen aquí tres conceptos: sábado, espíritu impuro y el Santo de Dios. Jesús limpia a un hombre de un espíritu impuro en el día que separa lo profano de lo sagrado porque se halla en íntima relación con Dios, la suma santidad. La relación de Jesús con Dios que hallamos aquí evoca 1,32-33.35; 2,11.30.49; 3,22-23; 4,1-13, y apunta hacia el énfasis cristológico de 4,41: Hijo de Dios y Mesías.
35. increpó: En griego
epitiman, uno de los términos que Lucas utiliza para relacionar los materiales en 4,31-44; aparece de nuevo en 4,39.41. Se trata de un término técnico y «se refiere a la declaración de una palabra conminatoria por la que Dios, o su portavoz, someten a los poderes malignos. Forma parte de la terminología con la que se describe la derrota final de Belial y sus secuaces» (
FEL 459). Jesús practica un exorcismo a un hombre con un espíritu inmundo en presencia de todos; en 4,38-39, lo practicará a una mujer con fiebre en una casa particular. Su poder de liberación afecta tanto a hombres como a mujeres, y no está limitado por espacios sagrados o profanos. Sobre el tema de las mujeres en Lucas, cf. comentario sobre 2,36-38. Lucas, en contraste con Mc 1,26, subraya el hecho de que, tras el mandato de Jesús, el espíritu inmundo carece de poder para hacer daño al hombre.
36. con autoridad: Dada la
inclusio que forma con 4,32, en este versículo se pone de relieve el poder de la palabra de Jesús para restablecer en su integridad a los quebrantados por el mal. En contraste con Marcos, Lucas equilibra la actividad milagrosa de Jesús y su enseñanza, dándoles la misma importancia. Cf. P. J. Achtemeier,
JBL 94 (1975) 547-62.
65 38-39. Simón: Lucas cuenta la llamada de Simón en 5,1-11, mientras que Marcos lo hace en 1,16-20; a éste le sigue el pasaje de la curación de la suegra de Pedro (Mc 1,21-39), que Lucas adelanta en esta sección. Se han dado dos razones para explicar el orden lucano; (1) Lucas, esp. en Hechos (p.ej., 8,4-12), desarrolla la tesis de que la fe y el discipulado surgen del encuentro con el milagro. En esta perspectiva, Simón, al ver el milagro que Jesús ha hecho por su suegra, está ya preparado para seguirle cuando lo llame. (2) Una de las técnicas literarias de Lucas consiste en mencionar previamente el nombre de un personaje en el relato y, posteriormente, ofrecer más detalles sobre él. Así, Lucas menciona anticipadamente a Bernabé en Hch 4,36-37, pero sólo rellenará este primer boceto en Hch 13. De igual modo, la primera mención que se hace de Pablo en Hch 7,58-8,3 es apenas un esbozo; pero, a partir de Hch 9, Pablo desarrollará un papel dominante en el relato lucano.
una fiebre alta: Lucas intensifica la fiebre y, así, subraya el poder de la palabra de Jesús. La fiebre era muy temida en la antigüedad, por su rápida aparición y efectos perjudiciales, esp. el delirio.
39. inclinándose sobre ella: En contraste con Mc 1, 31 y Hch 28,8, Lucas no menciona el uso de las manos. En 4,40, sin embargo, pone de relieve la imposición de sus manos sobre el enfermo. Lo que aquí le interesa es poner en el centro de la escena el poder de la palabra de Jesús,
increpó a la fiebre: De nuevo, utiliza Lucas el vb.
epitiman, la palabra técnica para el exorcismo. La curación es inmediata. No se requiere ningún proceso para recuperar la fuerza; la suegra de Simón asume sus obligaciones sociales con total resolución.
66 40-41. Este sumario se parece al de 6,17-19; en ambos se integran los exorcismos de Jesús bajo el término más genérico de «curar» (
therapeuein).
40. todos: Lucas subraya la compasión de Jesús por todos.
41. salían: Es la misma construcción gr. (
exerchesthai apo) que Lucas emplea en 4,35 (dos veces) y 4,36; al mismo tiempo, es un recurso mediante el que unifica el conjunto 4,32-44. En contraste con Mc 1, 34, Lucas añade dos títulos cristológicos; Hijo de Dios y Mesías. Puede expulsar demonios precisamente porque tiene su origen en Dios (cf. 1,32-33,35) y porque es el agente ungido por Dios para la salvación. Desde el principio, los demonios saben quién es Jesús y lo que pretende. Sin embargo, a los hombres les costará el largo camino de la fe para valorar la función de la cruz en la vida del Mesías (cf. 24,26).
67 42-44. Estos versículos, esp. el v. 43, constituyen una importante recapitulación de 4,13-43; la primera misión de Jesús en Galilea.
42. Lucas pospondrá a 5,16 el hecho de la oración de Jesús, que hallamos en Mc 1,35. Cf. J. Dupont,
RSR 69 (1981) 45-55, esp. 46. La respuesta que da la población de Cafarnaún a Jesús se encuentra en fuerte contraposición con la que recibió de los nazaretanos (4,16-30). ¿Pero es realmente así? Cf. 10,15. Tal vez, los habitantes de Cafarnaún no llegaron a creer en Jesús, no obstante los hechos portentosos que hizo para ellos.
43. reino de Dios: El relato lucano de 4,16-42 ofrece una definición descriptiva de este término. El gobierno de Dios significa la victoria sobre el mal para todos, para hombres y mujeres, para marginados y pobres, para ciegos y lisiados. Y este gobierno se realiza mediante la predicación y las acciones portentosas de Jesús, el Santo de Dios, el Hijo de Dios, el Ungido de Dios,
he sido enviado: Observando lo que Jesús hace, podemos llegar a tener una visión clara de aquel que lo envía. El que le envía está también a favor de la vida y de la eliminación del mal. Además, es digno de toda confianza porque es fiel a sus promesas (4,16-21).
44. Judea: Esperaríamos leer «Galilea»; pero, en cuanto país de los judíos, Galilea formaba parte de la más extensa Judea. Cf. U. Busse,
Die Wunder des Propheten Jesús (FB 24, Stuttgart 1977) 66-90.