I Reyes 6, 1-22

Construcción del Templo

(2 Cr 3:3-4,10-11)

El año cuatrocientos ochenta º de la salida de los israelitas de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, es decir, el segundo mes, Salomón comenzó a construir el Templo del Señor. El Templo que el rey Salomón construyó al Señor tenía treinta metros de largo, diez de ancho y quince de alto º. El vestíbulo que había en la parte delantera del edificio tenía diez metros de largo en toda su anchura y cinco de ancho en su parte frontal. En el Templo puso ventanas con celosías y construyó, adosada al muro del Templo, una galería º que rodeaba las paredes del edificio, alrededor de la nave y del camarín, con habitaciones laterales alrededor. La galería baja tenía dos metros y medio de ancho; la galería intermedia tenía tres metros y la galería superior, tres metros y medio, pues había colocado unos salientes externos alrededor del edificio para no empotrar las vigas en los muros. En la construcción del Templo se emplearon piedras talladas en la cantera y no se oyeron golpes de martillos, picos o cualquier otra herramienta de hierro durante su construcción º. La entrada de la galería baja estaba a la derecha del edificio. Por una escalera se subía a la galería intermedia, y de esta a la galería superior. Cuando Salomón terminó la construcción del Templo lo recubrió con un artesonado de cedro. Construyó la galería de dos metros y medio de altura y la unió al edificio con vigas de cedro. El Señor dijo º a Salomón: — Por este Templo que estás construyendo, si caminas según mis normas, pones en práctica mis decretos y guardas mis mandamientos, conduciéndote de acuerdo a ellos, yo te cumpliré la promesa que hice a tu padre, David: º habitaré entre los israelitas y no abandonaré a mi pueblo Israel. Cuando Salomón terminó de construir el Templo, decoró las paredes interiores del edificio con paneles de cedro, desde el suelo hasta las vigas del techo; recubrió el interior con madera y cubrió el suelo del edificio con tablas de pino. Decoró los diez metros de la parte trasera del edificio, desde el suelo hasta el techo, con paneles de cedro y lo convirtió en camarín o lugar santísimo. Delante de él se encontraba la nave del Templo, que tenía veinte metros. La decoración interior del Templo era de cedro con relieves de calabazas y flores abiertas. Todo era de cedro y no se veía la piedra. Dispuso el camarín en el interior del Templo, en la parte central, para colocar allí el Arca de la alianza del Señor. º El camarín tenía diez metros de largo, diez de ancho y diez de alto. Lo recubrió de oro puro y construyó un altar de cedro. También recubrió de oro puro el interior del Templo, puso cadenas de oro delante del camarín y lo recubrió de oro. Recubrió de oro todo el interior del edificio, hasta completarlo, así como todo el altar que había en el camarín.
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