II Reyes  25, 11-15

Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó deportados al resto de la gente que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la población. El jefe de la guardia sólo dejó a unos pocos de la gente humilde del país al cuidado de las viñas y los campos. Los caldeos destrozaron las columnas de bronce del Templo del Señor, los pedestales y la pila de bronce que había en el Templo y se llevaron el bronce a Babilonia. º También se llevaron las ollas, las palas, los cuchillos, las bandejas y todos los objetos de bronce destinados al culto. El jefe de la guardia se llevó consigo los incensarios y aspersorios, tanto los que eran de oro como los que eran de plata.
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