II Samuel  14, 4-17

La mujer de Tecoa se presentó ante el rey, inclinó su rostro e hizo una reverencia. Luego le dijo: — Socórreme, majestad. º El rey le preguntó: — ¿Qué te pasa? Ella respondió: — Que soy una mujer viuda, pues mi marido murió. Tu servidora tenía dos hijos: tuvieron una pelea en el campo y, sin nadie que los separara, uno golpeó al otro y lo mató. Y ahora toda la familia se me ha enfrentado, exigiendo que les entregue al fratricida, para darle muerte, vengar a su hermano asesinado y acabar también con el único heredero. Así apagarán el rescoldo que me queda y dejarán a mi marido sin apellido ni descendencia sobre la tierra. º El rey le dijo a la mujer: — Vete a casa, que yo solucionaré tu problema. La mujer de Tecoa insistió: — Majestad, yo y mi familia somos los responsables; el rey y su trono no tienen culpa. El rey le dijo: — Si alguien te dice algo, me lo traes, que no te volverá a molestar. Ella le dijo: — Su majestad pida a Dios que el defensor de la sangre * no aumente las desgracias, acabando con mi hijo. Él afirmó: — ¡Vive Dios, que nadie tocará ni un pelo º de tu hijo! La mujer insistió: — Permita su majestad que su servidora añada algo más. El rey le dijo: — Habla. La mujer dijo: — ¿Por qué, entonces, proyectas hacer lo mismo contra el pueblo de Dios? Tus mismas palabras te acusan, majestad, por no dejar volver a tu desterrado. Todos hemos de morir, pues somos como agua derramada en tierra que no puede recogerse. Dios no quiere quitar la vida *. Al contrario, desea que el desterrado no siga alejado de él º. º Si yo he venido a hablar a su majestad de este asunto, ha sido porque la gente me ha asustado y me he dicho: “Voy a hablar con el rey, a ver si quiere hacer lo que su sierva le pide, escuchándola y librándola del hombre que quiere arrancarnos a mí y a mi hijo juntos de la heredad de Dios”. Esta sierva tuya pensó: “Que la palabra del rey, mi señor, nos devuelva la paz, pues el rey, mi señor, es como un enviado de Dios que sabe discernir entre el bien y el mal”. Que el Señor, tu Dios, esté contigo.
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