II Samuel  18, 33

(19:1) El rey se conmovió, subió a la habitación que había encima de la puerta y se puso a llorar diciendo mientras subía: — ¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío! º
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