II Samuel  4, 9-12

Pero David respondió a Recab y a su hermano Baaná, hijos de Rimón de Beerot: — ¡Vive el Señor que ha salvado mi vida de todo peligro! Si al que me anunció la muerte de Saúl, creyendo que me daba una buena noticia, yo lo detuve y lo hice matar en Siclag, pagándole así su buena noticia, º ahora que ustedes, unos desalmados, han matado a un hombre inocente * en su propia casa y en su misma cama, ¡les haré pagar su muerte y los borraré del mapa º! A una orden de David, sus soldados los mataron, les cortaron las manos y los pies y los colgaron junto a la alberca de Hebrón. Luego recogieron la cabeza de Isbóset y la enterraron en la sepultura de Abner, en Hebrón.
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