Daniel 7, 9-10
“
Visión del anciano y del hijo de hombre
Mientras seguía mirando, pude ver cómo colocaban unos tronos y cómo se sentaba un anciano *. Su ropa era blanca como la nieve, y sus cabellos parecían lana purísima. Su trono eran llamas, y las ruedas que lo sostenían, fuego ardiente º. º Por delante de él manaba un río de fuego. Le servían miles y miles; sus asistentes se contaban por millones º. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros. ”