Ezequiel  26, 15-18

Esto dice el Señor Dios a Tiro: — Cuando oigan el estruendo de tu caída y el gemido de tus heridos, cuando arrecie la carnicería en tu interior, ¿no se estremecerán las costas lejanas º? Todos los príncipes de las ciudades costeras bajarán de sus tronos, se despojarán de sus mantos y se quitarán su ropa recamada; se pondrán el pánico por vestido, se sentarán en el suelo, temblarán una y otra vez, y quedarán desolados al verte. º Y te entonarán esta elegía: ¡Cómo desapareció la reina del mar, la afamada ciudad! ¡Poderosa en el mar con sus moradores, que infundían terror en todo el continente! º Y ahora tiemblan las costas, ahora que ven tu caída; están aterradas las costas al ver en qué has acabado.
Ver contexto