Ezequiel  40, 38-46

Con el vestíbulo del pórtico comunicaba una sala, donde se lavaban las víctimas de los holocaustos. º En el propio vestíbulo había unas mesas, dos a cada lado. Eran usadas para degollar a las víctimas de los holocaustos y de los sacrificios expiatorios y penitenciales. En la parte de fuera, en dirección al pórtico septentrional, había dos mesas; otras dos estaban colocadas al otro lado, en dirección al vestíbulo del pórtico. Había, pues, cuatro mesas en la parte interior del pórtico y otras cuatro fuera: un total de ocho mesas dedicadas a los sacrificios. (42a) Las cuatro mesas destinadas a las víctimas de los holocaustos estaban construidas con piedras labradas; medían tres cuartos de metro de largo y de ancho, por medio metro de alto.
(43a) Las repisas que estaban empotradas en las murallas medían un palmo de ancho; (42b) en ellas se colocaban los instrumentos utilizados para degollar las víctimas de los holocaustos y de las ofrendas sacrificiales.
(43b) La carne de las ofrendas debía ser colocada sobre las mesas. Fuera del pórtico interior había dos salas º, en el atrio interior: una daba al sur y la otra, al lado del pórtico meridional, estaba orientada al norte. Entonces me dijo: — Esta sala orientada al sur está destinada a los sacerdotes responsables del servicio del Templo, º mientras que la sala que da al norte está destinada a los sacerdotes responsables del servicio del altar. Estos últimos son los sadoquitas º, descendientes de Leví, que pueden acercarse al Señor para servirlo º.
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