Isaías 6, 2-5

Por encima de él había serafines º, con seis alas cada uno: con dos se tapaban la cara, con otras dos se tapaban los genitales *, y con el tercer par de alas se mantenían en vuelo. Se gritaban entre sí, diciendo: “Santo, santo, santo, el Señor del universo; la tierra toda rebosa de su gloria”. º Los quicios de las puertas temblaron ante el estruendo de su voz, y el Templo se llenó de humo. Me dije entonces: “¡Ay de mí, estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros º, yo, que habito entre gente de labios impuros, y he visto con mis propios ojos al Rey, Señor del universo”. º
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