Isaías 60, 2-16

Mira: la tiniebla º cubre la tierra, negros nubarrones se ciernen sobre los pueblos, mas sobre ti clarea la luz del Señor, su gloria se dejará ver sobre ti; los pueblos caminarán a tu luz, los reyes al resplandor de tu alborada. Alza en torno tus ojos y mira, todos vienen y se unen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. º Entonces lo verás radiante, tu corazón se ensanchará maravillado, pues volcarán sobre ti las riquezas del mar, te traerán el patrimonio de los pueblos. º Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Llegan todos de Sabá, trayendo oro e incienso, proclamando las gestas del Señor. º Traerán para ti rebaños de Quedar, te regalarán carneros de Nebayot; aceptaré que los inmolen sobre mi altar, y así engrandeceré mi glorioso Templo. ¿Quiénes son esos que vuelan como nubes, que se dirigen como palomas º a su palomar? Navíos de las islas acuden a mí, en primer lugar las naves de Tarsis, para traer a tus hijos de lejos, cargados con su plata y con su oro, para glorificar al Señor, tu Dios, al Santo de Israel que te honra. Extranjeros levantarán tus muros, sus reyes estarán a tu servicio; cierto que te herí en mi cólera, pero ahora te quiero complacido. º Tus puertas estarán siempre abiertas, no se cerrarán ni de noche ni de día, para traerte las riquezas de los pueblos, que vendrán guiados por sus reyes. º El pueblo y el reino que no te sirvan acabarán en ruinas, serán desolados. º A ti acudirá la pompa del Líbano, cipreses, abetos y pinos juntos, para dar prestancia a mi santa morada º: así honraré el estrado de mis pies. Vendrán a ti, humillados, los hijos de quienes te oprimían; te honrarán postrados a tus plantas todos los que te despreciaban; te llamarán Ciudad del Señor, la Sión del Santo de Israel. º En lugar de estar abandonada, despreciada, sin habitantes, te convertiré en orgullo de los siglos, gozo de generaciones y generaciones. º Mamarás la leche de los pueblos, mamarás de los pechos de reyes, y sabrás que yo, el Señor, te salvo; que tu redentor es el Fuerte de Jacob. º
Ver contexto