Levítico 14, 49-53

Para purificar la casa el sacerdote tomará dos aves, madera de cedro, una cinta escarlata e hisopo; inmolará una de las aves en una vasija de barro que contenga agua corriente; luego tomará la madera de cedro, el hisopo, la cinta escarlata, la púrpura y el ave viva, mojará todo en la sangre del ave inmolada sobre la vasija con agua corriente y asperjará la casa siete veces. Así purificará la casa con la sangre del ave inmolada, con el agua corriente, con el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la cinta escarlata. Al ave viva la dejará en libertad por el campo. De esta manera hará expiación por la casa, y esta quedará pura.
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