Salmos 31, 9-10

(10) Apiádate de mí, Señor, que soy presa de la angustia; se consumen de pena mis ojos, todo mi ser y mis entrañas º. º (11) Se agota mi vida en el dolor, en gemidos mi existencia, se debilita mi fuerza por mi maldad º y mis huesos se consumen.
Ver contexto