Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
46. Caída de los ídolos de Babilonia.
Yahvé, Gloria de Israel.
Babilonia, simbolizada en sus ídolos, sufre un colapso total. Esto señala la hora de la liberación de los cautivos israelitas. En contraposición a esto, Yahvé despliega toda su omnipotencia con sus protegidos.
Impotencia de los ídolos y omnipotencia de Yahvé (1-4).
1 Postrado Bel, abatido Nebo, sus simulacros son puestos sobre animales y bestias de carga; las cosas que llevabais han sido un peso, una carga para el fatigado (animal). 2 Están encorvados, doblegados a la vez; no pudieron salvar la carga, y ellos mismos van al cautiverio. 3 Oídme, casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, que habéis sido cargados (sobre mí) desde el vientre, llevados desde el seno. 4 Yo mismo hasta la vejez y hasta la canicie (os) portaré. Como ya hice, (os) llevaré, (os) portaré y os preservaré. El profeta contrapone irónicamente la conducta de los ídolos de Babilonia y la de Yahvé. Aquéllos no sólo no pueden salvar a sus seguidores, sino que tienen necesidad de ser llevados por los babilonios en su huida, mientras que Yahvé no es
llevado, sino que se encarga de
llevar y salvar a sus adoradores. Yahvé, en realidad, es el
portador de su pueblo a través de las vicisitudes de su historia.
Bel y Nebo (Júpiter y Mercurio babilónicos) eran las divinidades supremas del panteón babilónico . Los ciudadanos babilónicos quieren salvar sus divinidades en la huida, para seguir disfrutando de su protección y para que no caigan en poder del invasor, con lo que sus poderes quedarían muy reducidos.
Las cosas que llevabais es alusión a las procesiones babilonias, que constituían por su pompa el orgullo de los babilonios. Efectivamente, Bel (Marduk) y Nebo eran llevados procesionalmente en barcas en el día de año nuevo. Ahora la situación ha cambiado, y son
una carga para el fatigado animal en la huida. La descripción es ideal, conforme a las escenas usuales en tiempos de invasión. En realidad, Ciro, al conquistar Babilonia, se portó muy condescendiente con las creencias religiosas de sus nuevos súbditos, y, lejos de llevarse los ídolos, como habían hecho otros conquistadores, procuró aplacarlos con ofrendas y actos de culto. Esta descripción del profeta prueba que fue escrita antes de la toma de Babilonia por Ciro. Los profetas conocen muchas veces el
hecho sustancial futuro, mientras se les escapan las
circunstancias concretas del mismo; y utilizan en sus descripciones circunstanciales tópicos literarios recibidos. Aquí el profeta describe la caída de Babilonia con los colores habituales de pánico, huida de los habitantes con sus dioses. No se compromete, pues, en realidad, la veracidad histórica del vaticinio si tenemos en cuenta el género literario profético con sus recursos habituales 2.
En contraposición a esta situación vergonzosa de los dioses
llevados por sus devotos para
salvarlos, el profeta presenta la actitud de Yahvé
llevando personalmente a sus adoradores a través de las vicisitudes de la historia. Yahvé verdaderamente lleva a su pueblo
desde el seno materno. hasta la vejez (v.3-4), e.d., desde el principio del pueblo israelita como nación hasta el fin. Los padres se preocupan de sus hijos mientras son niños; pero, cuando son adultos, se desentienden de ellos; no así Yahvé, que durante toda la vida histórica de su pueblo le ha llevado y le llevará:
como yo hice, (
os)
llevaré (v.4) 3.
Impotencia de los ídolos (5-7).
5¿A quién queréis compararme, y equipararme, y asemejarme, de forma que fuésemos iguales? 6Aquéllos sacan oro de la bolsa, pesan la plata en la balanza, pagan al orfebre y hacen un dios, se postran y le adoran, 7le cargan a hombros, le llevan, le ponen en un lugar, y allí se está, no se mueve de su sitio. Claman a él, pero no responde, no les libra de sus tribulaciones. Es una sección muy similar, por el tono irónico y concepción, a 44:9-20. Se destaca la estulticia de los idólatras, que se confían a un simulacro fabricado por manos de hombres. Aunque estén recubiertos de oro y de plata, siempre serán algo inerte. La ironía es sangrienta. El ídolo está tan muerto, que tiene necesidad de ser transportado, y donde le dejan, allí permanece. Es inútil que sus devotos le hagan súplicas, pues no las oye. ¡Qué contraste con Yahvé, siempre viviente y activo! Por eso les dice enfáticamente:
¿A quién queréis compararme.? (v.6).
No admite representaciones ni simulacros suyos, porque nada puede dar idea de su naturaleza trascendente y
santa: Es el que es, Yahvé.
Apelación a la historia y a la profecía para probar. su divinidad (8-11)
8 Acordados de esto y entendedlo4, reflexionada de nuevo, transgresores. 9Recordad los tiempos pasados desde antiguo, porque yo soy Dios, y no hay más Dios fuera de mí. 10 Yo anuncio desde el principio lo último, y de antemano lo que no se ha hecho. Yo digo: Mis designios subsistirán, y cumplo toda mi voluntad. 11Yo llamo del levante al ave de presa, de lejana tierra al hombre de mi consejo5. Como lo he dicho, así lo llevaré a cabo; corno lo he planeado, así lo realizaré. Yahvé apela de nuevo a su conocimiento del futuro para probar su divinidad. Invita a sus enemigos a recordar sus gestas pasadas. Todo sucedió como lo había anunciado (v.10). La profecía siempre ha sido considerada como privativa de Dios, en cuanto que supone el dominio sobre la marcha de la historia. Toda la historia es el despliegue de los designios de Dios, que terminan por imponerse (v.10). El acontecer histórico para el profeta es algo más que un caos de hechos que fortuitamente se yuxtaponen. Por encima de ellos está Yahvé, que dirige los hilos de la trama del cosmos y de la humanidad:
cumplo toda mi voluntad (v.10). Es. Yahvé el que ha suscitado a Ciro,
el ave de presa que ha llamado
desde el levante (v.11). Se le llama
ave de presa por su celeridad en la conquista y su rapacidad como invasor. En
Jer_49:22 y
Eze_17:3 se compara también a Nabucodonosor al
águila. Ciro es el instrumento de los
designios históricos de Dios 6.
La salid de Sión (12-13).
12 Oídme, hombres de duro corazón 7, que estáis lejos de la justicia. 13 Yo haré que se os acerque mí justicia; ya no está lejos, y no tardará mi salvación. Yo pondré en Sión la salud, y mi gloria en Israel. Dios se dirige a los obstinados o a los pusilánimes (que las dos interpretaciones son posibles) para que se percaten de que Yahvé puede traerles la
justicia o victoria, que aquí es sinónimo de
salvación (v.13). Y ésta tendrá su sede en
Sión, centro de la nueva teocracia. Los profetas viven obsesionados con la idea mesiánica, y de ahí que constantemente recurran a ella como medio de consuelo y de mutuo estímulo. Parece que los contemporáneos del profeta se sentían descorazonados, ya que consideraban la
salvación como algo que estaba
lejos (v.13). En la mente del profeta, Dios está dispuesto a intervenir para inaugurar la nueva era de ventura y de justicia.
1 La palabra
Bel (Belu) es la equivalente al
ba'al hebreo, y significaba una divinidad particular y un nombre genérico de divinidad. Como nombre propio se aplicaba a Marduk (Merodac), divinidad tutelar de Babilonia, si bien se habla de otro Bel, que aparece como su padre. Nebo (Nabu) era el hijo de Marduk, y su culto tenía lugar en Borsippa, cerca de Babilonia. Su nombre Nabu se relaciona con la raíz íáßð hebrea: profeta, lo que hace pensar que era el locutor de los dioses (como Mercurio,
Hec_14:12). Se le consideraba inventor de la escritura. Como aparece en los nombres de reyes caldeos (Nabopolasar, Nabucodonosor, etc.), se cree que era el protector de la dinastía (Skinner, o.c., II 76). 2 Cf. Condamin, O.C., 2848. 3 Cf.
Exo_19:4;
Deu_1:31;
Deu_32:11;
Ose_11:3. 4 El significado del verbo que traducimos por entendedlo es incierto, pero el contexto es claro. 5 El texto hebreo lee su consejo. Pero el
qere lee mi consejo, que está mejor en el contexto, y así lo entienden los LXX. 6 Algunos ven en
ave de presa una alusión al
águila real de oro que campeaba en las insignias reales persas; cf. jenof.,
Cirop. VII 1:4. . , 7 Las palabras hebreas que traducimos por duros de corazón pueden tener el s< de obstinados y desanimados (así LXX).