Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 21 (Vg 20): Canto de Acción de Gracias por Haber Protegido al Rey.
E ste salmo es lógica continuación del anterior. El tono deprecativo es sustituido por el de acción de gracias por el auxilio prestado al rey. Ahora aparece el rey en el templo ofreciendo sacrificios a Dios por la victoria conseguida.
Podemos distinguir dos partes en la composición salmódica:
a) en la primera se felicita al rey por la victoria conseguida contra los enemigos del pueblo de Yahvé (2-8);
b) en la segunda (9-14) se auguran nuevos triunfos sobre los enemigos en las futuras expediciones militares. En la
mentalidad teocrática de Israel, el rey representaba a Dios, y por eso los poetas áulicos recargaban sus epítetos entusiastas en favor del que sintetizaba las esperanzas nacionales. Las victorias de Israel eran las victorias de Yahvé. En torno a esta idea surgió una literatura cortesana, de la que encontramos muchos ejemplos en el Salterio. El salmista escenifica en nuestro salmo las explosiones de júbilo y la esperanza de la asamblea israelita, reunida con motivo de una fiesta en torno a su rey.
Por el estilo parece que el salmo es obra de los poetas áulicos o de los cantores del templo. Las expresiones del mismo pueden adaptarse a una asamblea religiosa con motivo de un sacrificio del rey o de una fiesta de coronación real. Las fórmulas son bastante generales y pueden adaptarse a distintas circunstancias y reyes. Como la dicción es muy correcta, exenta de arcaísmos, los críticos consideran el salmo obra de un poeta de los siglos VIII-VII; ciertamente es anterior al exilio, aunque no falta algún crítico extremista que rebaje la época de composición a los tiempos de los asmoneos en el siglo u; pero la ausencia de arameísmos y helenismos parece excluir fecha tan tardía.
Acción de gracias por las victorias obtenidas (1-8).
1
Al maestro del coro. Salmo de David. 2
En tu poder, ¡oh Yahvé! se goza el rey. ¡Cuan jubiloso está de tu socorro! 3
Le diste cuanto su corazón deseaba, no le negaste la petición de sus labios. Seldh. 4
Más bien te adelantaste con faustas bendiciones y pusiste en su cabeza la diadema de oro puro. 5
Te pidió vida, y se la diste: días que se prolongan para siempre jamás. 6
Por tu protección es grande su gloria, le has revestido de esplendor y magnificencia. 7
Tú le otorgas bendiciones para siempre y le colmas de alegría ante tu faz. 8
Porque en Yahvé confía el rey, y por el favor del Altísimo permanecerá inconmovible. En el salmo anterior se pedía protección para el rey que salía en campaña; ahora, al volver victorioso, se dan gracias a Dios por el triunfo. La
petición de sus labios era, sin duda, la súplica de victoria expresada en el salmo anterior, pero incluye también sus deseos de verse coronado y agasajado de su pueblo y colmado de días. Las expresiones son hiperbólicas y enfáticas, y así, para indicar una larga duración de su reinado, el poeta habla de
días que se prolongan para siempre.Los poetas de corte siempre se han distinguido por la tendencia a halagar al rey. Aquí el salmista considera al soberano como representante de los intereses de Yahvé, y por eso desea que continúe en su trono, que es símbolo de la protección que Dios otorga a su pueblo.
En las promesas de la Ley mosaica se anunciaba larga vida para los que fueran fieles a Dios. Aquí el salmista se hace eco de ellas, y espera que el rey fiel a la Ley tenga una larga vida, colmada de
bendiciones 1. La vida del rey se desarrollará alegre ante la
faz de Yahvé, es decir, en íntima comunión espiritual de afectos, lo que para el salmista constituye la mayor felicidad en esta vida.
La amistad con Dios trae protección y bendiciones de toda índole. Gracias al
favor del Altísimo, el soberano continuará seguro e
inconmovible en su trono para bien de él y de su pueblo.
Deseos de victoria total sobre los enemigos (9-14).
9
¡Que tu mano alcance a todos tus enemigos y que tu diestra sorprenda a cuantos te aborrecen! 10
Tú los pondrás como en un horno de fuego en el día de tu faz 2
: Yahvé los consumirá en su ira, el fuego los abrasará. 11
Borrarás de la tierra su progenie, su descendencia de entre los hijos de los hombres, 12
Si algo malo trazan contra ti, si maquinan engaños, no prevalecerán. 13
Les harás volver el dorso, tendiendo contra su rostro las cuerdas de tu arco. 14
¡Ensálzate, Yahvé, en tu fortaleza! ¡Cantemos y celebremos tus proezas! La victoria obtenida es una prenda de otras que traerán la exterminación definitiva de los enemigos. Las expresiones del salmista se vuelven duras y escalofriantes, conforme a la ruda mentalidad del A.Ô. En realidad, para él los enemigos del rey son los enemigos de la causa de Dios. Llevado de su arrebato patriótico y de su celo por la gloria de Yahvé, el poeta desea el exterminio total de los enemigos que constantemente conspiran contra los intereses del pueblo de Dios. Las frases son radicales y han de ser entendidas teniendo en cuenta el arranque oratorio del poeta y la mentalidad extremista de los orientales. El propio rey David se mostró a veces muy cruel con los vencidos. Así, después de la victoria sobre los amonitas, se dice que a los habitantes los sacó de la ciudad, los puso a las sierras, a los trillos herrados, a las hachas y a los molinos y a los hornos de ladrillos 3. Quizá la frase del salmista los
pondrás en horno de fuego aluda a esta bárbara costumbre de echar a los vencidos a hornos ardiendo 4.
El
día de la faz de Yahvé es el día de su manifestación airada contra los enemigos de Israel. Era el día del triunfo del propio Yahvé; por eso el salmista le pide que se manifieste y
ensalce, mostrando su fortaleza. Las victorias de los israelitas eran un motivo de admiración hacia su Dios de parte de las poblaciones gentiles; por eso, otorgar el triunfo al pueblo cíe Israel era
ensalzarse a sí mismo, mostrando su poder y justicia. Sus
proezas o victorias sobre los enemigos de Israel serán así ocasión de ser
celebradas por el pueblo elegido, que verá en El su escudo y protección. Por este aire de triunfo general sobre los enemigos, la tradición rabínica ha querido
ver aquí a la persona del Mesías vencedor de todos los enemigos de Israel. En la tradición cristiana, algunos Padres le han dado este sentido; pero el contexto no favorece la interpretación mesiánica, ya que las frases del salmista pueden explicarse como explosión entusiasta en favor del rey en un momento solemne de su vida, como el día de la coronación o al volver triunfante de una campaña militar.
1 Cf.
Exo_23:26;
1Re_3:11;
Pro_3:2. 2 Algunos autores ven en las frases de este verso una alusión escatológica al juicio cíe Yahvé sobre las naciones al fin de los tiempos, antes de la inauguración mesiánica; pero no está clara esta insinuación en el contexto. 3
2Sa_12:31. 4 Cf.
Dan_3:18s.