Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Noemí Aconseja a Rut (3:1-5).
1
Dijo Noemí, la suegra de Rut, a ésta: Hija mía, voy a procurarte una posición para que seas feliz. 2
Booz, con cuyos criados has estado, es pariente nuestro, y esta noche va hacer en su era la limpia de la cebada. 3
Lávate, úngete, vístete y baja a la era. Procura que no te vea hasta que no haya acabado de comer y beber; 4
y cuando vaya a acostarse, mira bien dónde se acuesta, y entra después y, levantando la cubierta de sus pies, te acuestas a ellos. El mismo te dirá qué es lo que has de hacer. 5
Ella le respondió: Haré cuanto tú me mandes. La situación en que se encontraba Rut preocupaba a Noemí, la cual quería darle aquella paz que le deseaba de parte de Yahvé (v.8.19) "en la casa de su marido, y a este efecto le expone el plan que ella ha meditado y que le ha sugerido su parentesco con Booz. Sabe que Booz esta noche va a hacer en su era la limpia de la cebada. Para esta operación se aprovechaba la brisa del mar, que sopla hacia media tarde en los montes de Judá.
El término
noche debe entenderse, como en otros pasajes (Jos 2.2), Por
tarde, hacia el crepúsculo. Terminada la operación de la limpieza, entrada ya la noche, Booz cenaría en el campo y se entregaría al descanso junto a uno de los montones de grano, gozando del fresco de una noche de junio. Booz pernoctaba en el campo, o bien por razón de comodidad o para proteger la cosecha de los posibles ladrones. Rut irá a juntarse a él en la era y recordarle su derecho de levirato. Por respeto a tan gran señor (2:13) debe lavarse, ungir su cuerpo con aceite aromatizado (
Jdt_10:3), signo de buena reputación (
Can_1:3; Eccl. 7:1), y cubrir su cuerpo con un gran manto (
simlah),
posiblemente lujoso (
mitppahat, ? .16),
para ocultar ante las gentes su personalidad. Se acercó Rut calladamente y, levantando la porción del manto que cubría los pies de Booz, se acostó junto a ellos. Nada de indecoroso hay en esta acción, que a los ojos de Noemí es el único medio para obligar a Booz a que cumpla con el deber que le impone la ley del levirato. La acción de Rut equivalía a pedir a Booz que la tomara por esposa.
En la era de Booz (3:6-15).
6
Bajó, pues, a la era e hizo todo cuanto le había mandado su suegra. 7
Booz comió y bebió y se alegró su corazón. Fue a acostarse al extremo de la hacina, y Rut se acercó calladamente, descubrió sus pies y se acostó. 8
A media noche tuvo el hombre un sobresalto, e incorporándose, vio que a sus pies estaba acostada una mujer, 9
y preguntó: ¿Quién eres tú? Ella respondió: Soy Rut, tu sierva; extiende tu manto sobre tu sierva, pues tienes sobre ella el derecho del levirato. 10
El dijo: Bendita de Yahvé seas, hija mía; tu proceder ha sido a lo último mejor todavía que al principio, pues no has buscado ningún joven, pobre o rico, u No temas, hija mía; yo haré por ti cuanto me digas, pues sabe muy bien todo el pueblo que habita dentro de las puertas de mi ciudad que eres una mujer virtuosa. 12
Yo tengo, en verdad, el derecho del levirato, pero hay otro que es pariente más próximo que yo. 13
Pasa ahí la noche, y mañana, si él quiere hacer uso de su derecho, que lo haga, y si no quiere hacerlo, yo lo haré, vive Yahvé. Acuéstate hasta la mañana. 14
Quedóse ella acostada a sus pies hasta la mañana, levantándose antes de que los hombres puedan reconocerse unos a otros. El mandó: Que no se sepa que esta mujer ha venido a la era. 15
Y añadió: Coge el manto que te cubre y sosténlo. Sostúvolo ella, y le echó él seis medidas de cebada, que le cargó, y ella entró en la ciudad.
El plan de Noemí cumplióse en todos sus pormenores. A media noche, a consecuencia del frío o por una providencia divina, tuvo Booz un sobresalto, e incorporándose, vio que a sus pies estaba acostada una mujer, que no podía identificar por la oscuridad. A la pregunta:
¿Quién eres tú? Rut dióse a conocer y le pidió que, conforme a la ley del levirato, la tomara por esposa. Booz no reprocha a Rut su comportamiento; al contrario, la bendice por su conducta hacia su suegra (2:11) y por el deseo legítimo y justo de querer asegurar una descendencia legal a Elimelec, prefiriendo casarse con un viejo que buscar a un joven, pobre o rico. Booz, no tiene inconveniente alguno en casarse con Rut, pero existe un
goel más próximo que él y, por consiguiente, con más derecho sobre ella. Booz prometa activar cuanto antes la cuestión del levirato, obligando al pariente más próximo a que ejerza su derecho, o, en caso de negarse, hacer él uso del mismo. Booz dictó a Rut las precauciones que debía tomar para asegurar su buena reputación, enviándola a su casa después de haber depositado en la extremidad del manto de Rut seis medidas (
homer, un poco más de tres litros) de cebada.
Rut regresa a su casa (3:16-18).
16
Cuando llegó Rut a casa de su suegra, le preguntó ésta: ¿Qué has hecho, hija mía? Ella le contó lo que el hombre había hecho por ella, 17
y añadió: Me ha dado, además, estas seis medidas de cebada, diciéndome: No vuelvas a casa de tu suegra con las manos vacías. 18
Noemí le dijo: Estáte tranquila, hija mía, hasta ver cómo acaba la cosa, pues ese hombre no descansará hasta terminar hoy mismo este asunto. Noemí muestra impaciencia por conocer el desenlace de las gestiones de Rut. Al llegar le pregunta:
¿Qué has hecho, hija mía? (Sobre el sentido del interrogatorio hebraico en este lugar, véase Jouon, Lc., 78.) Acaso la pregunta de Noemí tenga el sentido de: ¿Cuál es tu condición actual? ¿Eres ya esposa de Booz o sigues siendo, como antes, mi nuera viuda? (Tamisier). No cabe duda que, si no hubiera existido un
goel más próximo, Booz la hubiera desposado aquella misma noche, por concederle aquel derecho la legislación hebraica. Los deseos de Noemí no se realizaron tal como ella había soñado por ignorar la existencia del pariente más próximo.