I Reyes 1, 2-4

Sus asistentes le dijeron: «Hay que buscar para el rey mi señor una joven virgen que sirva al rey y sea su doncella; que duerma sobre tu pecho y el rey mi señor pueda entrar en calor.» Tras buscar una muchacha hermosa por todos los términos de Israel, encontraron a Abisag la sunamita, que presentaron al rey. La joven, extraordinariamente hermosa, era su doncella y le servía, pero el rey no intimó con ella.
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