II Pedro  2, 17-18

Estos hombres son como fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas. Pronunciando palabras altisonantes, pero vacías, seducen con las pasiones y el libertinaje propios de la flaqueza humana a los que acaban de alejarse* de la gente que vive en el error.
Ver contexto