II Reyes  2, 1-11

Esto es lo que sucedió cuando Yahvé arrebató a Elías en un torbellino hacia el cielo. Elías y Eliseo partieron de Guilgal*. Elías dijo a Eliseo: «Quédate aquí, pues Yahvé me envía a Betel.» Eliseo dijo: «¡Por el Dios vivo y por tu propia vida, que no te dejaré!» Y bajaron a Betel. Los discípulos de los profetas* que había en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: «¿Sabes que Yahvé va hoy a arrebatar a tu señor por encima de tu cabeza?» Respondió: «Ya lo sé yo también. ¡Callad!» Elías le dijo: «Eliseo, quédate aquí, porque Yahvé me envía a Jericó.» Pero él respondió: «¡Por el Dios vivo y por tu propia vida, que no te dejaré!». Y llegaron a Jericó. Los discípulos de los profetas que había en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: «¿Sabes que Yahvé va hoy a arrebatar a tu señor por encima de tu cabeza?» Respondió: «Ya lo sé yo también. ¡Callad!» Elías le dijo: «Quédate aquí, porque Yahvé me envía al Jordán.» Respondió: «¡Por el Dios vivo y por tu propia vida, que no te dejaré!» Y los dos continuaron caminando. Cincuenta hombres de los discípulos de los profetas iban también de camino y se pararon frente (al Jordán), a cierta distancia de Elías y Eliseo, que se detuvieron al lado del Jordán. Elías se quitó el manto, lo enrolló y golpeó con él las aguas, que se separaron a un lado y a otro, y ambos pasaron sobre terreno seco. Mientras pasaban, Elías dijo a Eliseo: «Pídeme lo que quieras que haga por ti antes de que sea arrebatado de tu lado.» Eliseo respondió: «Que pasen a mí dos tercios de tu espíritu*.» Replicó: «Pides algo difícil. Si alcanzas a verme cuando sea arrebatado de tu lado, entonces pasará a ti; si no, no pasará.» Iban hablando mientras caminaban, cuando de pronto un carro de fuego con caballos de fuego los separó a uno del otro. Elías subió al cielo en el torbellino*.
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