II Samuel  1, 5-10

Dijo David al joven que le daba la noticia: «¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?» Respondió el joven que daba la noticia: «Yo estaba casualmente en el monte Gelboé; Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros y los jinetes lo acosaban. Se volvió y, al verme, me llamó y contesté: ‘¿Qué deseas?’ Me dijo: ‘¿Quién eres tú?’ Le respondí: ‘Soy un amalecita.’ Me dijo: ‘Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un desfallecimiento, aunque todavía estoy con vida.’ Me acerqué a él y lo maté, pues sabía que no podría vivir después de su caída. Luego tomé la diadema que ceñía su cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo y se los he traído aquí a mi señor.»
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