II Timoteo  3, 15-17

Recuerda que desde niño conoces las sagradas Letras*; ellas pueden proporcionarte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil* para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra religiosamente maduro y preparado para toda obra buena.
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