Apocalipsis  7, 9-10

Después miré y pude ver una muchedumbre inmensa, incontable, que procedía de toda nación, razas, pueblos y lenguas*. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con ropas blancas y llevando palmas en sus manos*. Entonces se ponen a gritar con fuerza: «La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
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