Ezequiel  37, 15-27

Yahvé me dirigió su palabra en estos términos: «Por tu parte, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: ‘Judá y los israelitas* asociados a él.’ Toma luego otra vara y escribe en ella: ‘José, vara de Efraín, y toda la casa de Israel asociada a él*.’ Júntalas después una con otra, de suerte que, cuando las tengas en tu mano, formen una sola vara. Y cuando tus compatriotas te pregunten: ‘¿No nos vas a explicar qué es eso que tienes ahí?’, les responderás: Esto dice el Señor Yahvé: Voy a tomar la vara de José (que está en la mano de Efraín) y las tribus de Israel asociadas a él, y pondré junto a ella la vara de Judá, de suerte que, cuando las tenga en mi mano, sean una sola cosa. «Sujeta con tu mano las varas en las que has escrito, de modo que las vean, y diles: Esto dice el Señor Yahvé: Voy a recoger a los israelitas de entre las naciones a las que marcharon. Los reuniré de todas partes para conducirlos a su suelo. Haré de ellos una sola nación en esta tierra, en los montes de Israel, y los gobernará un solo rey. Ya no formarán dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos. No se contaminarán más con sus basuras, con sus ídolos y con todos sus crímenes. Los pondré a salvo de las infidelidades* por las que pecaron y los purificaré, y serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David reinará sobre ellos; será el único pastor que tengan. Obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y sus descendientes para siempre, y mi siervo David será su príncipe eternamente. Concluiré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre. Mi morada estará junto a ellos; seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
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