Genesis 48, 3-7

Dijo Jacob a José: «El Sadday se me apareció en Luz, en país cananeo; me bendijo y me dijo: ‘Mira, yo haré que seas fecundo y que te multipliques; haré de ti una multitud de pueblos, y daré esta tierra a tu posteridad en propiedad eterna.’ Pues bien, los dos hijos tuyos que te nacieron en Egipto antes de venir yo a Egipto a reunirme contigo, míos son: Efraín y Manasés. Serán míos como lo son Rubén y Simeón. En cuanto a la prole que has engendrado después de ellos, tuya será, y con el apellido de sus demás hermanos se la citará en orden a la herencia. «Cuando yo venía de Padán se me murió en el camino Raquel, tu madre, en el país de los cananeos, a poco trecho para llegar a Efratá, y allí la sepulté, en el camino de Efratá, o sea Belén.»
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