Jeremías  31, 16-19

Esto dice Yahvé: Reprime tus voces y tu llanto, que tus ojos no derramen lágrimas, pues tus penas tendrán recompensa (—oráculo de Yahvé—): volverán del país enemigo; y tu futuro está cargado de esperanza (—oráculo de Yahvé—): volverán los hijos a su tierra. Bien he oído a Efraín lamentarse: «Me corregiste y corregido quedé, como un becerro sin domar; hazme volver y volveré, pues tú, Yahvé, eres mi Dios. Y luego de volver, me arrepiento, me doy cuenta y me golpeo el pecho*, me avergüenzo y me confundo luego, porque tengo que aguantar el oprobio de lo que hice en mis años mozos.»
Ver contexto