Jeremías  9, 9-21

[[9:8]] ¿Y no voy a castigarlos por estas acciones? —oráculo de Yahvé—; ¿no voy a vengarme de una nación así? [[9:9]] Entonaré sobre los montes endechas y lamentos, una elegía por las dehesas del desierto, porque han sido incendiadas*. Nadie pasa por allí, no se oye mugir al ganado; desde las aves a las bestias, todas huyeron, se han ido. [[9:10]] Voy a convertir Jerusalén en un montón de piedras, en una guarida de chacales; transformaré en desolación a las ciudades de Judá, las dejaré sin habitantes. [[9:11]] ¿Hay algún hombre sabio que entienda esto? ¡Que lo cuente si le ha hablado la boca de Yahvé! ¿Por qué el país se ha perdido, incendiado como un desierto por donde nadie transita? [[9:12]] Yahvé lo ha dicho: Es que han abandonado mi Ley que yo les propuse, y no han escuchado mi voz ni la han seguido. [[9:13]] Antes bien, han seguido la inclinación de sus corazones tercos, en pos de los Baales, como sus padres les enseñaron. [[9:14]] Por eso, esto dice Yahvé Sebaot, Dios de Israel: He decidido dar de comer a este pueblo ajenjo y hacerles beber agua emponzoñada. [[9:15]] Los voy a dispersar entre las naciones desconocidas de ellos y de sus padres, y enviaré detrás de ellos la espada hasta exterminarlos. [[9:16]] Esto habla Yahvé Sebaot: ¡Llamad a las plañideras, que vengan! ¡Mandad por las más expertas, que vengan! [[9:17]] ¡Que lleguen pronto y entonen una lamentación por nosotros! ¡Que nuestros ojos derramen lágrimas, que viertan llanto nuestros párpados! [[9:18]] Sí, una lamentación se deja oír desde Sión: «¡Ay, hemos sido saqueados!, ¡qué vergüenza tan grande, que nos hacen dejar nuestra tierra, después de derruir nuestros hogares!» [[9:19]] Oíd, mujeres, la palabra de Yahvé; prestad oído a la palabra de su boca: Enseñad una endecha a vuestras hijas, las unas a las otras esta elegía: [[9:20]] «La muerte ha trepado por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, barriendo de la calle al chiquillo, a los mozos de las plazas.»
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